En las noches azules de verano…

En las noches azules de verano iré por los senderos, salpicados de maíz, pisar la fina hierba, no hablaré,
no pensaré en nada… e iré muy lejos… como un gitano por la naturaleza… feliz como con una mujer a mi lado.​

A veces, el amor se presenta ante nosotros como un sendero que se extiende en la oscuridad de la noche, sin promesas de claridad, pero con la certeza de que cada paso tiene su razón de ser. No se trata de llegar a un destino, sino de ser parte del viaje, de dejarse llevar por la sensación del momento, como cuando en silencio, sin pensar, se camina a través de los recuerdos y los sentimientos. El amor no siempre requiere palabras, ni comprensión; a veces basta con sentir la conexión, con dejar que lo que nos une fluya de manera natural. Así, entre las sombras de lo incierto, encontramos la paz de un encuentro sin tiempo, donde todo lo que importa es estar ahí, ser y sentir sin nada más. Al final, no es el destino lo que nos hace felices, sino la libertad de permitirnos caminar juntos, sin expectativas, simplemente siendo parte del uno al otro.



Crédito de la frase: A quien corresponde.



Te invito a disfrutarlo en el formato de video, solo espero que sea de tu agrado, gracias.





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