Siempre gestionan igual

En el ámbito de la gestión de crisis, se observa una preocupante tendencia del PP, que históricamente y por sistema, actúa de manera nefasta. La falta de prevención y la ausencia de una visión a largo plazo, se conjugan con un interés sesgado de sus gobiernos, que se traduce en una priorización de sus intereses particulares sobre el bienestar colectivo.

En este contexto, la impudicia se convierte en una herramienta habitual para desviar la atención y la responsabilidad hacia otros, mediante la difusión de mentiras y la manipulación de la información. Esta estrategia de culpabilización sistemática no solo obstaculiza la búsqueda de soluciones efectivas, sino que también erosiona la confianza en las instituciones y en la capacidad de los líderes para gestionar adecuadamente las crisis.

La repetición de este patrón de comportamiento sugiere una falta de reflexión y aprendizaje, y un desprecio por la verdad y la transparencia. La gestión de crisis se convierte así en un ejercicio de cinismo y oportunismo, en el que la prioridad es proteger los intereses propios y mantener el poder, en lugar de buscar soluciones justas y equitativas para el bien común.

En última instancia, esta forma de actuar no solo agrava las crisis, sino que también socava la legitimidad de las instituciones y la confianza en la democracia. La falta de responsabilidad y la impunidad se convierten en un caldo de cultivo para la desconfianza y la desafección ciudadana.