Susurros desde el espejo

Desde chica siempre tuve la creencia de que los espejos nos conocen mejor que nosotros mismos. Esa idea la heredé de mi abuela, ya que durante todas esas tardes, cuando tomábamos mate con bizcochitos, siempre me hablaba, aunque sea un poquito, sobre ellos.

Y ahora que mi cama está frente a uno grande que ocupa casi toda la pared y se apodera de mi mirada, no puedo evitar pensar en mi abuela y sus comentarios relacionados a los espejos. Me decía que estaban vivos, que siempre te vigilan, incluso mientras uno duerme.

La verdad no sé si es que estoy muy sensible últimamente o si es real, pero todas las noches, al despertarme en medio de la madrugada, escucho un susurro que parece provenir de ese espejo, casi como si me quisiera, como si me absorbiera... Lo escucho pedirme que atraviese el vidrio, que sea parte de él...

Para ser sincera, no me desagrada la propuesta. Huir de esta realidad me parece algo tentador, pues siento que cada día que pasa se vuelve más asfixiante mi rutina, mi existencia... Desde que él quedó en coma, dejé de dormir por las noches, y la verdad ya no sé que hacer... Pero bueno, no me molestaría en absoluto abandonar todo.

En este momento, son las cuatro de la mañana y el espejo me está susurrando. Es tan atractiva la idea... Que no puedo evitar levantarme de la cama y dirigirme hacia su reluciente vidrio. Me veo en la oscuridad y, sin embargo, no me reconozco. Toco el espejo y... Parece gotear, igual que un charco de agua. Hundo mis brazos, luego la cabeza y, finalmente, las piernas. Qué helado está... Sin dudarlo, me entrego por completo. Escucho una voz que me dice: "A partir de ahora, nada será revelado, solo reflejado..."; y ahora me siento parte del espejo.

Y acá, las horas pasan tan rápido, no estoy acostumbrada todavía, pero se siente tan bien... Podría presenciar el fin de la humanidad dentro de un espejo, en un solo parpadeo.

Son las nueve de la mañana ahora. Mi mamá me está buscando por todos lados, gritando mi nombre por todas partes. No les voy a mentir, me siento mal por ella, no sabe que estoy enfrente suyo... Si tan solo pudiera escucharme... Quizás esta noche logre llevármela, al igual que me llevaron a mí... Solo tengo que susurrarle, y ya no podrá resistirse...