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Paisaje onírico

Tema en 'Prosa: Surrealistas' comenzado por Salvacarrion, 10 de Septiembre de 2025 a las 4:47 AM. Respuestas: 0 | Visitas: 13

  1. Salvacarrion

    Salvacarrion Poeta recién llegado

    Se incorporó:
    2 de Julio de 2025
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    Hombre
    En las profundidades del Bosque Azul, donde las ramas de los árboles de amatista tañían sinfonías que solo el fino viento podía percibir y esparcir, vivían los gnomos de cuerpos traslúcidos. Sus puntiagudos capirotes rojos se mezclaban con el cielo turquesa, donde las nubes azules flotan como silenciosos bajeles sobre una alfombra acolchada de hierbas frescas.

    Cerca de allí, en la orilla de un apacible lago rosa, las hadas jugaban y saltaban entre los nenúfares de terciopelo azul. De sus delicadas alas se desprendían diminutos puntos luminosos, creando remolinos de fuegos fatuos que luego se zambullían en las aguas perfumadas. Sus risas juguetonas resonaban como el tintineo de pequeñas campanillas malvas que adornaban las frondosas riberas de los riachuelos.

    Los gnomos, con sus barbas de musgo dorado, se aventuraban a corretear por los claros alfombrados de tréboles escarlata. Una lluvia de finas perlas amarillas caía en silencio sobre la tierra vaporosa que los gnomos se apresuraban a recoger, listos para cocinar un festín de manjares con mieles iridiscentes y algodones de azúcar multicolores. Creaban mermeladas de sueños, removiéndolas lentamente en los grandes calderos que solían usar para sus ancestrales pociones.

    De pronto, un orbe esmeralda gigante apareció en el cielo, inundando el mundo con múltiples reflejos nacarados que llenó el lugar de una calma acogedora. Los tréboles, grandes y rojos como suaves amapolas, invitaban a bailar descalzos sobre el mullido suelo. Los duendes sintieron una necesidad irrefrenable de danzar y alabar el majestuoso espíritu de aquel nuevo día.

    Al otro lado de la floresta, lindando con la pradera de algodón blanco, un arcoíris de caramelo se desplegó en un inmenso abanico de tules fulgentes. Los ríos de diamantes rosas fluían juguetones, reverberando una melodía acuosa que deleitaba a todos los oídos. Una bandada de flamencos de cristal surcaba el aire con sus alas transparentes, expandiendo nuevos tonos jaspeados y destellos sobre aquel escenario de ensueño.

    Las hadas, sintiendo la energía benévola crecer en su ánimo, iniciaron un baile de bellas coreografías, flotando sobre ondas de sedas vaporosas. Un viento con aroma a menta fresca soplaba tenuemente, moviendo la arboleda y elevando las hojas policromadas del suelo ocre hacia el cielo decorado con esponjosas nubes de algodón.

    Gnomos y hadas enlazaron sus manos, con clara alegría, para bailar en corro alrededor de una gran hoguera de rutilantes estrellas.

    El sol esmeralda se posó sobre las copas de los árboles, tañendo acordes de pentagramas de ilusión. Los ríos de diamantes fluían plácidos entre los abedules morados. La arboleda se llenó de una amalgama de arpegios circulares, de sonidos hipnóticos y de brillos que colmaban de felicidad cada rincón de aquella naturaleza pletórica de fantasía.

    Y, en ese día de sinfonías y aleluyas, la magia creó un universo maravilloso y nuevo.
     
    #1
    Última modificación: 10 de Septiembre de 2025 a las 6:12 AM

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