El gatito que se quería comer la luna.

Resulta que hace mucho tiempo existió un gatito que le encantaba mirar la luna, tanto, tanto, la miraba, que se enamoró de ella, pero no lo sabía.
Una noche tenía tanto hambre, que comenzó a imaginar que su amada era de queso, así que intentó de mil maneras alcanzarla para comérsela.
Se subió a la azotea y camino por el filo de la cornisa tratando de atraparla y en un descuido cayó, pero ya saben los gatos tienen siete vidas así que perder una no era problema, un rato después estaba trepando al árbol más alto y más viejo del bosque para comerse a la luna , daba saltitos de rama en rama hasta llegar a la punta pero, un segundo, un sólo segundo, bastó y sin querer miró hacía abajo y zas!, cayó rebotando como pelota entre las ramas hasta llegar a besar el suelo.
Pensó y pensó hasta que diviso a lo lejos la cúpula de una iglesia, subió corriendo al campanario y al salir le comentó a una gárgola que él estaba muriendo de hambre y mirá le dijo: la luna se ve tan sabrosa estiró su patita para alcanzarla y está vez cayó tan fuerte y de prisa que la gárgola lo único que pudo es saludarlo en su caída.
Pero el gatito se levantó, eso no iba detenerlo!, vió relámpagos en una montaña y muy dentro dijo: si subo la montaña seguro te alcanzaré luna malvada y allá en lo alto, la luna brillaba con una sonrisa, parecía decir: ven por mi gatito, aquí te espero!.
Todo dolorido por las caídas comenzó a subir, hasta que al fin llegó a la cima y dando un gran salto, intentó apresar a la luna entre sus dedos, sin embargo todavía estaba muy alta y cayó otra vez rodando cuesta abajo.
Esta noche voy a comerte gritó, mientras pensaba, la torre Eiffel está bien alta; así que se subió a un tren rumbo a París, trepó, trepó pero fue en vano, no podía alcanzarla, y cuando miró hacía abajo sintió como un vahido, un leve mareo y despertó hecho puré en tierra.
La muralla china será alta pensó, ah pero la torre de pizza está más cerca y se tomó un vuelo a Italia, salió corriendo a la torre mientras
pensaba : pizza, pizza, seguro que aquí la atrapo, acaso la pizza no lleva queso?.
Subió arañando las paredes empinadas y al llegar a la cima exclamó: caramba! me engañaron ! qué desilusión!
y gritó taaaan fuerte que se desmayó, llamaron una ambulancia y los paramédicos lo resucitaron.
Ay Dios! Ay Jesús! la virgen y todos los santos! acaso no ven que muero de hambre?
Luna te quiero!
Luna te amo!
Luna te adoro!
gritó el gatito con todas sus fuerzas y la luna se emocionó al escuchar al gatito maullar tanto y bajando del cielo le dijo: Cómeme gatito, deja de sufrir y el pobre gatito comenzó a ronronear y no pudo ni siquiera tocar un trocito de luna, pues de tanta emoción, se murió y como ya había perdido todas sus vidas, no volvió y la luna, su eterna enamorada, se puso pálida y comenzó a llorar, tanto, tanto que inundó la tierra y sacudió los mares y después de un gran terremoto se alejó, para vagar solitaria, alrededor de la tierra, viendo transcurrir el tiempo, esperando algún día, reencontrarse con su amado.
Fin

 

Me gustó mucho.

Besos desde anadalucía.

 

Ese gatito, además de obstinado, travieso, y hambriento, también fue valiente porque no se rindió en perseguir su sueño, fuese valioso o no. Ahí nos dejas una enseñanza para transmitir a los niños; no dejen de soñar ni desistir de sus sueños y metas aunque el camino sea de muchos años y mucho intentos. Sí lo hacen el final del camino dará su propia recompensa, una que ni la muerte podrá guardar en la bolsa del olvido.

Gracias a esa otra luna, roja en su sentimiento, por ofrecer un héroe en forma de gato, ese tipo de héroes que gustan a los niños. Salud y más tiernas creaciones

 

me asombraste, me gusto tu cuentito. Esta versión a una primera lectura, ya sabes lo que te comente, me trajo una tremenda nostalgia y a su vez ternura. La ultima que modificaste es mucho mas real.
Tienes buena pasta de letras, buenas ideas y francos sentimientos.

Abrazo, Andre .