Aaa

El universo habla francés, no es mudo y no lo escucho solo cuando no estoy besando tus senos.
Es una forma, una línea, un verso libre, sin directrices, sin temáticas aburridas, complementa todo de una manera fantasma, desplegable.
Adoro irme y no estar, no ser, olvidar, buscar el amanecer o dejarme encontrar por el azul cielo entre ecos, caracoles y alcohol.
Adoro que me dejes en pleno corazón nocturno y te abandones a placeres sin mi sexo en tu vientre.

Adoro imaginar y morir, ser verde, rojo, azul, negro, café, gris, estrella, noche, ángel, adoro el pedazo de vidrio que me refleja en el espacio superior.
Soy un volcán dentro de un cielo con hojas serpientes y manos y vagabundos añorando cigarros, soy tu piel, tu diente que me rasga los labios.
Nosotros somos amor en conexión de izquierda subterránea, de paz mi amor, de locura instantánea, de bloques de llanto polar, de pestíferos violetas en bocas de ogros estelares, destilación de llanto por sudor, de llanto en tu labios verticales, de la humedad que nos empapa, que no deja arrancarse las memorias, nos seduce mi amor, nos llama a los acantilados, a las piedras enemigas de la salvación, a clavarse espinas, a estampar cráneo contra roca, saliva contra mar, ruptura contra olvido, nos llama a eso que ocultamos dentro de la caja de zapatos, a lo que temes cuando me abrazas, a lo que reprendo y maldigo con espasmos entre noches desiertas de dominado presente etílico.

La ruptura, el tumor, el olvido mismo traicionando su naturaleza, nosotros sin ellos, sin valijas en las estaciones, con toques en las puertas, sin respuestas, con silbidos, con dolores de toda la vida, con descamaciones, de eso viene y nos ocultamos entre las sabanas de una metáfora, nos cubrimos seguros de nada, nos hacemos el amor y lloramos por los pasos y las voces y las muertes que se acercan, el total descalabro.

Yo, la nada, la tormenta y tú, el olvido, el tragaluz, el vacio cuántico, el país extenso a toda palabra donde acudo a extraer signos y comienzos de algo más, yo el vago incalificable, tú la musa que esta en presente eterno, mas allá de cortarnos las manos con un adiós, mas allá de sacrificarnos todo, estamos tú y yo, ondas de agua, de amor, en escape perfecto, en vacio cósmico, sobre el lago de universo en vivencia eterna inseparable.

 

Un calificativo: Maravilloso.
Te sigo los pasos.

Abrazo, Diego.