Acicalados

Sus caras toman cierta velocidad ante la externalidad negativa, se desdibujan en el aire apesadumbrado y traumático de miles de instantes asintomáticos. Deambulantes incógnitos marchan sobrecargados, acicalados paralelamente por diferentes puntos de la ciudad. Sin embargo en el silencio de la prisa se amplificará la angustia por llegar, el lánguido y reflexivo momento de subsiguientes periodos de ahogo estará cerca. El vacío que atrapa en las paredes de mi mente está de vuelta, se atreve a mirarme de frente, se posa frente al espejo y me observa detenidamente, lentamente. Siento una vez más que corta se hace la distancia. Pero solo aquí en este pequeño cuarto, intento no dejarme llevar por mis secuelas desesperanzadoras. Pero esto no acaba y no creo soportarlo más…

Cada vez que vuelvo el rostro hacia atrás tengo la sensación de que algunos ojos escondidos entre las sombras de los pasadizos imaginarios, me siguen de cerca. Obstante el mareo es constante y las ganas de escapar de mí, son cada vez más fuertes.
No sé si estaré aquí cuando despiertes.