Al mediodia

La isla se encuentra en el pacifico, otras en el atlántico. Su circunferencia es casi perfecta. Dejándose ver al soplar el verano sus palmeras más altas. Refugiándose entre rocas cuando el invierno acecha y despoja sus carencias. No es indiferente a las mareas que abrazan su llegada. Tampoco olvida las semillas que se desprenden mientras habla.

A veces los barcos que se aferran al silencio y caminan sobre rieles que imaginaron los mapas, bordean la costa de la isla. Ella, serena y orgullosa, espera la llegada de extraños que nunca podrán poner sus pies vírgenes en tan blancas arenas.

La isla llora entre tormentas. Condenando sus raíces, arranca con cólera los frutos del alma. Aburrida y melancólica, inventa: senderos, abismos, caricias, esperando resurgir.

Por la tarde, cuando la naturaleza esta de siesta, abre los ojos gigantes sobre el sol. Momento perfecto donde rebela su belleza, victima de un dios.

Un naufrago quiebra la mañana, gritando, pidiendo auxilio, intentando alcanzarla con la punta de los dedos. Ella no puede moverse, ni callarse. Así arma retratos invisibles de trágicas comedias donde el universo parece contemplar.

No acepta su destino de ser eterna soledad, buscando aproximarse a otras islas, más lejanas, más terrenales, más ambiciosas, crece sin fronteras.

 

Hola! te doy la bienvenida, amigo, muy reflexiva tu obra, creo que la hubieras puesto en prosa, pero igual esta buena... espero que sigas escribiendo así, y aún mejor.... te invito a visitarme

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