dolor

-Dios te oiga!-
Pero Dios no la oyó,estaba atendiendo asuntos más urgentes. Por más que suplicó no encontró la respuesta esperada.
Día a día su corazón cedió ante lo evidente.Su ilusión comenzó a avanzar por el túnel infinito de las dudas hasta caer en el pozo negro de la desesperación.
...Y en un ocaso de tantos padecidos el frágil cuerpo de su amado alcanzó el descanso entre sus brazos...unos brazos que quedaron vacíos para siempre.

No existen palabras que consigan curar,no hay consuelo para quien ama tanto.

El blanco fue anidando en su pelo,la escarcha entre sus blancas manos,la niebla en su mirada...El dolor se adueñó del resto de su vida cerrando las ventanas que aún seguían entreabiertas buscando algún respiro.
Es difícil agarrarse a la vida después de haber probado su lado más amargo.
-¡Dios te oiga!-
...Y Dios la oyó, una alborada más de tantas padecidas su cuerpo recuperó la paz sobre su lecho. En su último suspiro un adiós sin dolor...una foto guardada entre sus manos y su pecho.

 

Hermosa prosa con un baño de melancolía y un final muy triste. Un placer leerte. Saludos.

 

Muchísimas gracias Joblan por tu visita y comentario, un saludo.

 

Un anhelo consumado que deja la tristeza en esta emotiva prosa que da gusto leer a pesar de la tragedia, un gusto volver a leerte Marga, un saludo y abrazo.

 

Mil gracias querida Nancy,un gusto encontrarte en mis letras. un beso,linda.

 

Triste, pero, nos dejaste con las ganas de leerte más. Abrazos

 

Buenas noches Marga:

Un relato que te atrapa y se puede una imaginar varios sucesos, triste, pero esperanzador, con la fe, una se va más reposada.

Un abrazo.

 

Muchísimas gracias Rosa por tu agradable compañía en mis letras,un placer reencontrarte. Un beso.

 

Muchas gracias Luci por tu visita, un placer recibirte.

 

La lucha, la esperanza y su pérdida; la desilusión y el desapego cuando se apaga sin remisión lo más amado hasta de nuestra propia vida. Después la espera, todo es espera, hasta alcanzar ese destino final que todo lo vuelve a unir.
Conmovedor relato, que me llega cercano... aunque por sorpresa.
¡Que ni avisas ni na!
Besos, Marga, con ramillete de azahar.

 

Pero qué bien hablas,chaval!!,je,je,je. Un gusto recibir tu filosofía en mis letras,poeta. Un beso con mi agradecimiento.

 

Triste pero lindo porque llega, se siente, un gusto leerte.