1. Guest, ven y descarga gratuitamente el cuarto número de nuestra revista literaria digital "Eco y Latido"

    !!!Te va a encantar, no te la pierdas!!!

    Dismiss Notice

El hombre

Discussion in 'Prosa: Generales' started by Belbet, Apr 3, 2012. Replies: 0 | Views: 431

  1. Belbet

    Belbet Poeta recién llegado

    Joined:
    Jan 5, 2012
    Messages:
    33
    Likes Received:
    6
    Gender:
    Female
    En esta parte del mundo era verano, el sol pegaba a pleno sobre la villa marina.
    Las hojas de los Mióporos brillaban vestidas con esplendoroso verde oscuro. El mar estaba calmo, azul intenso.
    Las olas llegaban a la orilla como viajeros cansados que se apean de un expreso cuyo viaje ha sido interminable,
    Y en el andén de la playa se desmayan exhaustos.
    Yo estaba sentado en la escollera vasta y solitaria. Reposando y mirando sin mirar en la lejanía, que acaso
    Imaginamos diferente por lejana. Adivinando costas misteriosas y, quien sabe, apostando a que del otro lado está
    Nuestro igual haciendo, quizás, las mismas conjeturas…
    Cuando advertí la presencia del hombre.
    Pasó por mi lado y se paró sobre la última piedra de la escollera, o tal vez la primera.
    No supe si se aventuraba como un adelantado o si se resignaba postulando su ser al abandono. Tal como estaba,
    Parado ahí, bien podría haber sido el primero o el último, pero sólo un hombre.
    A varias rocas y siempre de espaldas, me asestó una pregunta, supongo que me hablaba a mí, no había nadie más.
    _ ¿Cuál es, en el devenir de los tiempos, el río que se detiene?
    _ Ningún río se detiene jamás, contesté sin mirar.
    -así corren desde el principio, y aquí vienen para seguir corriendo.
    _ El río de la sangre se detiene un día, dijo.
    _ Sólo individualmente le dije, pero mientras haya un hombre seguirá su corriente.
    _ Cuando tal río se detiene en uno no vuelve a correr, la muerte es singular y plural, acotó.
    _ La muerte es una y es muchas, dijo. Pero el que la gustó por propia voluntad, ése no ha podido ser retenido por ella.
    Él la sorbió en Victoria y es el mismo que nos legó el río de su sangre.
    De manera que el río que en el devenir de los tiempos se detiene es el de los incrédulos.
    Aquellos que no han querido sumergirse, por fe, en el río de la sangre de Cristo.
    A mi espalda se hizo silencio, cuando miré no había nadie en la escollera, el mar seguía calmo.
    Me volví caminando lentamente, pensé que lo había soñado. El recuerdo de su voz se perdía en mi memoria.
    Es lo único que pude rescatar en el tiempo. Eso y la conversación. Nunca pude urdir ninguna imagen.
    Jamás le vi la cara.-
     
    #1

Share This Page