El Pecado

El pecado


Los pecados parecieran ser un recordatório de Dios de nuestra llana humanidad; que nos obliga a una reestructura, a una crisis personal y grupal que nos empuje a cambiar algo esencialmente equivocado en nuestro SER o en nuestro camino.


Un cruel y macabro llamado de atención de un Juez decepcionado por la dominancia del EGO, un ego que logro apoderarse de la vida misma con un cinematográfico disfraz de amor propio. Un EGO que tarde o temprano podría haber destruido nuestra escencia.


El pecado es necesario, no solo por la simple analogía de que no existe luz sin obscuridad, o por la sencilla importancia del arrepentimiento como medio para mantener los pies en la tierra, el pecado es de carácter fundamental porque sin él no seríamos humanos.


Entes etereos que se transforman en actos reales en este plano y logran ese tan profundo llamado de atención. Capaces, de a través de nosotros mismos exponernos y dejar en claro nuestras mas profundas inmundicias y falsedades. Logrando la autoflagelación mas profunda, la auto generación del dolor mas grande que pueda existir, el dolor del EGO derrumbándose en nuestro interior.


El dolor que proviene de la incapacidad de otorgar la culpa a alguien más, el dolor que nace de nosotros mismos, por nosotros mismos y para nosotros mismos. El único dolor capaz de generar un poder transformacional sobre nuestro SER.


Una vez destruido el EGO, es momento de que la madurez de nuestro fondo invoque la fuerza del poder creador por excelencia, del poder que carece de EGO y que se nutre del amor propio real y del mas sincero amor hacia la belleza, la fuerza y la sabiduría; EL AMOR. El único poder que ha luchado eternamente contra la Mentira, la Codicia y la Ambición. El único poder que nos hace regenerarnos a nosotros mismos, vivir en gracia y en alegría…. Hasta el siguiente pecado.