Eucaristía

Dios, si tiras más de mí me vas a partir el brazo.

Tranquilo, tengo soluciones para todo.

Unas para despistar, otras para despistarme.

Ninguna para nosotros.

No te pongas celoso.

No se pongan celosos.

Amar es tan difícil cuando nadie te quiere por lo que eres, que lamería todas mis libretas.

Ésta no es mi obra más germinal.

O sí.

¿Me amáis por lo que soy, o paso palabra?

Dios, yo, ustedes, vosotros -los más informales-.

Claro que puedo amar, al igual que Dios puede asegurarme el cielo.

Ser uno con Él.

Y es que, ¿a quién le cabe este amor amordazado?

Amorosos míos, no perdáis la fe. Dios está a la vuelta de la esquina sin mono de papelina.

Dios está aquí tomando una taza de café.

¿Qué mensaje daría el Redentor de la raza humana?

Amor para no discutir.

Así se llega a Dios.

Y si es con desamor, mucho más rápido.

Pero no lleguen al punto de obsesionarse con Él.

Me lo chivaría después de una copa de Chiva’s.

Calma, por favor, en el momento que capten el propósito de estas letras.

Los demás poemas y teorías podrían caer efecto dominó, y…

¡Por fin!

Dominaría el mundo.