Herido

Herido, envuelto en un blister de piel doble
sobre dos venas crucificado, espero
enfrente un esternón, debajo un nítido olor
a cortada putrefacción es el primer síntoma de realidad
que un estomago comienza a asimilar
despertando con un ligero corte de su cuchilla aromática, el olfato.
Afuera la humedades capa cutánea del cielo florece
en un amanecer seco de sombras dejando a minutos de distancia
colgada de una rama la elástica piel de la madrugada que se escurre
seca y oscura por el horizonte derramando lentamente por las calles
grises barreras arquitectónicas extraídas de la muda de la estratosférica
escama que se aleja reptando, persianas metálicas con metálico sabor quemado.
Apagadas calles suben de intensidad, sabores abriendo de afuera hacia adentro colores,
maquinas muertas delatan, basura avivando el tronco rojizo de un árbol en llamas,
la amargura.