Hermosa mujer.

El éxtasis de tus rojos labios me estremecen, esa miel que endulza cualquier amargura mía, y esas gotas de agua lluvia que se convierten en cáliz prohibido al tocar tu piel.



Me conviertes en testigo mudo y ciego de tu desnudez angelical frente a el espejo, belleza desconocida por hombre alguno, belleza que resplandece e hipnotiza a quien la contempla,

mujer de confidencia espiritual, de venas cortar, mujer sin secretos, mujer sin complejos.



Sin semejanza alguna a lo que se conoce como hermosura, te diriges a mi cama con tu resplandor, con ternura, y me enseñaste que aunque la distancia me inspire amargura si es posible llegar a tocar la luna.




Suavemente saboreé tu cuerpo, con lujo de detalles y con besos para hacerlo intenso,probé tus labios rojos, y si... sabían a miel, tome del cáliz que corría por tu pie y me embriague. Y mi corazón paso a ser tuyo por que en mi pecho no lo siento latir, se desvaneció por completo, pero con gusto lo haría de nuevo por ti mujer hermosa de semejantes talentos. E.T.R​