Knorr

Todo tiene puré instantáneo, abro el papel higiénico con un leve gusto a papa. D se emociona con el fuego, le gusta ser un carbón para que las llamas se confundan y la quemen.

Me gustaría sentirme útil pero la música me llega entre retazos y sólo puedo escribir. D hace viento con un manojo de papeles y me pide ayuda, me deja a cargo; pero ella no entiende: ¡Todo tiene puré instantáneo!

Tengo que encontrar la marea justa para salarlo a punto caramelo. Saco todo, lo bailo, lo peino, lo franeleo con lo otro, nada sirve. El nácar quebrado cae como nieve sobre mis pies, y para completar, la sal se impregna en lo curtido de mis dedos resecos y arde, ¡puta cómo arde!

Miro el interior y el puré me hace ojitos, me saca la lengua, le gusta peliarme porque me lleva la ventaja.

Igual no me rindo, abro las cartas, una por una las soplo, les paso la lengua y pero él sigue estando, D me pide un pucho y hace silencio porque me ve escribir, pero no lo entiende.

No sabe, pobre, que el puré nos invade, nos asfixia, nos llena. Nos prepara con salchichas y nos come.

 

Maia
Muy interesantes letras...he pensado en el consumismo que nos invade, en esas cosas que están por todos lados...
Un placer pasar.
Saludos.
Ana

 

Ajajaja que super, yo imagine que estabas cagando y que te limpiabas con un envoltorio de Knorr, que por eso te ardia, perdon.

 

Brian-becerra: jajaja, excelente comentario! la comicidad es lo primero, está hecho para reirse! Saludos!