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La tormenta.

Discussion in 'Prosa: Melancólicos' started by jlucas, Mar 1, 2016. Replies: 1 | Views: 393

  1. jlucas

    jlucas Poeta recién llegado

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    Las nubes sobre lo alto de la montaña se veían muy grises, era claro que la época de estiaje estaba terminando, eso le recordaba que cuando terminaba el periodo de lluvias en un año siempre le quedaba el temor de que no volvería a ver los campos cubiertos de aquel verde que le daba vida a todo. Había elegido un árbol seco pero aún de pie, con ramas macizas y que tenía una rama que sobresalía y llegaba como a la mitad del lecho de aquel río perenne, ahora seco pero el cual muy pronto dejaría de estarlo, llevaba algún tiempo trabajando ahí, la pila de leña muy cerca del centro del lecho lo demostraba era una pila grande, conformada por una buena cantidad de ocote, la madera de pino más fácilmente flamáble, así como también grandes trozos de encino seco los cuales Duràn mucho tiempo generando grandes cantidades de calor, había llegado el día.

    Sus pertenencias, solamente su vestimenta, una cuerda, un garrafón pequeño de gasolina un encendedor y una pistola abastecida con tres cartuchos, así como dos pastillas de esas que se usan para que los granos no se piquen tan rápido.

    Decididamente se desnudó, busco un pequeño trozo de madera y en la punta de este enredo la playera de algodón que llevaba, tomó el garrafón de gasolina le quitó la tapa la cual arrojó a la pila de madera, regó la gasolina sobre una parte de la pila de leña y sobre la camisa enrollada en la madera, después colocó el garrafón sobre la pila, así como toda su ropa incluyendo el calzado excepto el cinturón que dejó atado a su desnuda cintura.

    Las dos pastillas estaban en el piso junto al encendedor y la pistola, generalmente para el fin era suficiente una sola pastilla , pero había tomado tantas precauciones para no fallar en el intento que ingirió las dos en una sola toma, pronto comenzarían a hacer efecto así que había que darse prisa, tomó el arma la cual colocó en el cinturón, la cuerda el encendedor y la improvisada antorcha, subió a la rama que estaba unos dos metros sobre la pila de leña, una punta de la cuerda la ato a la rama y la otra la ato a su propio cuello, con el encendedor incendio la camisa rociada de gasolina y lanzó el encendedor a la pila de leña, con la mano izquierda sostuvo la antorcha encendida y con la derecha la pistola mientras hacía equilibrio sobre la rama seca, lanzó la antorcha a la parte de la pila que había rociado de gasolina, esta se incendió rápidamente, el calor fuerte comenzaba a llegarle hasta arriba en la rama donde estaba recostado haciendo equilibrio, pronto allí sería el infierno, tomó la pistola la amartillo, la colocó en su sien derecha, para ese momento las lágrimas corrían a chorros por las mejillas pero la mano no temblaba, el cuerpo comenzaba a resentir los efectos de las pastillas de veneno, aún así su mano no tembló cuando lentamente pero con firmeza apreto del gatillo, el martillo cayó sobre la aguja percutora la cual violentamente golpeó el fulminante del primer cartucho el cual fue suficiente y no se necesitó de los otros dos, ya que la pólvora se incendió y en milésimas de segundo la bala había alcanzado una velocidad enorme, abandonó el cañón del arma penetrando la cabeza por el occipital derecho atravesando el cerebro y saliendo violentamente por el occipital izquierdo a la vez que la onda de choque de aquella bala de un diámetro de 0.4 pulgadas hacia un licuado de cerebro.

    No dolió, no alcanzó a escuchar el sonido del disparo, solamente la mano aflojó el arma la cual cayó, igualmente el cuerpo perdió el equilibrio y resbaló por un lado de la rama quedando colgado del cuello, y después del movimiento de péndulo el cuerpo quedó en posición vertical sobre la pila de leña donde un fuego intenso incrementaba rápidamente la temperatura y pronto convertiría el cuerpo colgante tan solo en cenizas, atrás quedaba la despreciable vida que había vivido atrás quedaba la violación que cuando niño le cambió la vida también los desprecios ofensivos de las personas de las que un día pretendió obtener cariño, atrás quedaba esa despreciable vida que alguien le había dado sin que él la pidiera, nunca pretendió encontrarse con Dios pero si eso ocurría sólo le escupiría la cara y le daría una bofetada, ahora estaba bien ahora estaba en el infierno, pero ese era un mejor lugar que esta vida…

    Quizá por la noche, quizá por la mañana el río comenzaría a correr con la fuerza del agua de la nube gris sobre la montaña y entonces se llevaría las cenizas… No quedaría nada… No alcanzó a volver a ver la temporada de lluvia!!.
     
    #1
    Last edited by a moderator: Mar 3, 2016
  2. joblam

    joblam Poeta que considera el portal su segunda casa

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    Muy interesante el contenido de la prosa. Determinante la decisión del protagonista al tomar tanta precauciones para no fallar en el intento de suicidio. La narrativa es bien detallada y podemos discernir las imágenes descritas. Un placer leer tu trabajo. Mis saludos cordiales.
     
    #2

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