Meditando

Estaba absorto en mis meditaciones, a la orilla del lago, cuando apareció un hombre

que me llamó poderosamente la atención .Sus ojos tenían una luz especial, la piel curtida de su rostro reflejaba una vida dura, llena de padecimientos.

Su andar era peculiar, sin dudar ni vacilar un instante, me denotaba una seguridad enorme en sí mismo.

Me acerqué y le pregunté: ¿Adónde caminas buen hombre?. El me respondió: No tengo ningún lugar especial donde ir, camino por el mundo buscando la verdad, la sencillez , la armonía, la libertad , la bondad...Si tú me lo proporcionas todo esto, contigo me quedaré.

Ante esta respuesta, vacile qué decir, me quedé un momento pensando y respondí: Yo también busco lo mismo que tú. Por eso, medito todos los días a orillas de este lago para descubrir el verdadero camino

Entonces él me dijo: No en la meditación, sino en las vivencias encontrarás el camino. Vete lejos de aquí, relaciónate con todo tipo de gente y saca un aprendizaje de cada uno de ellos. Sólo así encontrarás el camino que te reconfortará.

 

Gracias Bristy por leer estas humildes letras

 

Gracias Alde, un abrazo desde Málaga

 

Excelentes líneas, maestro. Muy cierto y profundo el mensaje que nos deja este breve relato.
Saludos desde el otro lado del Atlántico, José.

 

Gracias Agustín un placer leer tus comentarios. Un abrazo con la pluma del alma

 

Tú también eres un gran poeta