Mensajero

¿Qué querías de mi mensajero?, qué pretendías con tus ¿obscenidades filosóficas?
Obstinar el ánimo errado del falso ser, maltratar las ganas ilusas de un ojo infiel,
En las tardes cuando las brisa apaga el calor y diluye los huesos recalcitrados, de mi desgastada alma
Las palabras confunden ese pensar y la lengua retrasa las palabras en una combinación de necedades erradas cual camino que nunca conduce a nada,
Tú, mensajero, mezcla de necedad y locura de tus ambiciones existenciales que usas como tus latidos del corazón de tu mundo,
Permites a cualquier fantasma expresarse con palabras embusteras,
Y así ahuyentar los vapores sinsentidos del demonio alado,
Oh, ser funesto, que concurre a nidos y sofás aunadas en una traumante forma amorfa
Permite a todos estos seres ser heridos y herir en misma proporción
Y si alguno se sale del campo de lo normal no seas brusco, amalo y permite, viajero alado, que sus sueños más profundos queden en lo profundo o sean descontinuados si así lo desea
Estrella oscura, no zanjes los diabólicos deseos del mensajero y permite que te bese en los labios cuando sueña sus sueños profundos...
Para todo esto un pago no hay, pero un bueno amigo sabe que su sensación más íntima se encuentra en cada libra y kilo infinito de sus ámbitos desconocidos