Otto Bichulek!

Otto Bichulek es el buen hombre Alemán. Lamentablemente luego de su nacimiento estreno el periodo más duro de toda su existencia. A sus breves años vivió la masacre a la que fue sometida toda su familia: su padre degollado y su madre violada hasta la muerte. Tiempo después de vivir esos crudos hechos de infancia, que marcarían todo su destino, abrió los ojos de la percepción y comprendió que era el personaje legendario de la humanidad, perteneciente a la raza más pura de la fértil historia de la tierra de los hombres dolidos.

El joven árido había pasado sus años cuestionando todo tipo de existencia, convirtiéndose en un adolescente estructurado, vengativo y muy estudioso. En su mente ya había sido iniciada su lucha en contra de la humanidad pacifista y revolucionaria ¿Quién mejor que Otto para privar al pueblo de la majadería y la inmoralidad creciente? Habían pasado muchos años en los que había visto los extremos más absolutos de los hombres y mujeres, que se encontraban desposeídos de representaciones de control. Otto sintió el llamado desde la repugnancia más alta de la sociedad podrida, concibiendo el llamado de la disciplina forzada como parte de su propia alma. Este en un puesto que el joven buscaba hace años y pensaba merecer como nadie: el controlador de los sin ley, el personaje que debía tomar las decisiones absolutas de la nueva era.

Es así como nuestro joven camarada, proveniente de las afueras de Berlin, inició un encierro personal para diseñar el plan de intervención de masas. Aterrorizaban a su mente las conductas diarias de la supuesta humanidad, la que no catalogaba como necesaria para la sobrevivivencia, debido a sus dotes de estupidez y poca vergüenza con el regalo de estar vivos. Otto parecía cada día más desafiante y repetía una y otra vez: si Dios no los mata, tendré que matarlos yo. El último de los Bichulek sólo veía ratas corriendo por la ciudad y la única solución era comprar ese veneno que lo liberara hacía un mundo prospero, pensado en las nuevas generaciones… sus nuevas generaciones de principios y virtudes relevantes.

Finalmente había llegado el día esperado: el buen muchacho europeo surgió de los muros de su habitación para limpiar la basura de los callejones, organizó escuadrones de batalla y barrida pro humanidad. No tenía como perder. Sabía que finalmente el mundo podría ser un lugar mejor, en el que la memoria de sus padres fuera un pilar fundamental de los nuevos tiempos por conquistar. Entendía que el futuro sería reconocido y aclamado como siempre debió ser: el mundo de Otto Bichulek...

Finalmente el niño despertó con la entrepierna mojada y de manera natural no pudo dejar de llorar a causa de la terrible pesadilla que le había tocado vivir.