Reflexión

Hace ya un tiempo que paré la maquina en la que venía sumergida, donde todo estaba establecido... y empece a buscar, a escuchar, a entender qué era lo que realmente quería de la vida, qué era lo correcto que uno tenía que hacer y si era correspondido a mis deseos más profundos.... Aún sigo en esa búsqueda y he observado todo lo que nos falta por aprender como seres humanos, toda una inmensidad.
Aún así es imperioso aprender a vivir, a ser felices con nuestra realidad, con nosotros mismos. La vida nunca fue fácil para nadie y ser feliz no significa no tener piedras en el camino sino tener la capacidad de aceptarlas como parte del paisaje y enfrentarlas con alegría, con optimismo. Hay que reciclar lo malo en uno y transformarlo en algo mejor, en algo que nos nutra y nos haga bien al alma xq todo lo que proyectamos siempre vuelve.
Hay que entender que no estamos acá para sufrir sino para aprender a ser felices. Es importante empezar a cambiar la perspectiva con la cual se mira ya que a veces se sobredimensionan las cosas por mirar a través del lente equivocado.
Buscar la liviandad del ser humano es la clave para vivir mejor y más. Los lujos y la obsesión por "tener" nos aleja cada vez más de lo verdaderamente importante (el amor, el cariño, la amistad)
La voragine de la vida no nos deja muchas veces detenernos a mirarnos las caras y eso es muy peligroso xq perdemos noción de lo que nos rodea. Nunca hay que olvidar que a la vuelta de la esquina alguien esta esperando una mano amiga, y quien ayuda de corazón lleva un pedacito de cielo consigo.

Cuando la vida te presente razones para llorar, demuéstrale que tienes mil y una razones para reír.​

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