Sensualidad

La cascada profana hiende en el lago profundo de las lamentaciones y tú,tersa y bella,me miras con esos dos luceros dulces y frescos como la brisa de la bien amada naturaleza.Me llamas por mi nombre oculto y voy nervioso a tu encuentro con mi frágil corazón en mis pálidas manos.Entonces,te desnudas ante mí,susurrando a través del aire etéreo que quieres hacer el amor inmaculado conmigo.Me sonrojo de vergüenza.Pues una leve falta oculta esta mísera alma voluble;y es que mi deseo es demasiado fogoso.Tendría miedo de tronzar en pedazos tu sano juicio moral de lo que es el bien y el mal.Mas tú,impaciente,me acaricias con palabras idealizadas,de un calor insondable que difumina en colores primaverales la faz diáfana del todopoderoso dios de la pasión.Entonces,sin pensármelo dos veces,me abalanzo sobre ti,y entre besos furtivos de labios rojizos,enmarcados en un crepúsculo de santa eternidad,paso a continuación a hacer la cópula contigo,¡oh!mi musa monocorde de bella cabellera de jacinto.Tú gimes de bienaventurado placer infinito,mientras que yo me pierdo en el orgasmo polimórfico de una sensualidad sin precedentes.