Sobre pérdidas

El que ha perdido algo, sabe bien el dolor que se siente. A veces perdimos cosas materiales, pero tarde o temprano podemos volver a obtenerlas, otras, perdemos cosas inmateriales, esas nos duelen más, quizá porque no sabemos que espacio han dejado vacío en nuestro interior, entonces a diferencia de las cosas materiales, en que, rápidamente podemos solucionar esto, colocando una similar, y a la inversa, sufrimos, porque no sabemos qué, ni quién podrá reemplazarle.
Cuando nuestros seres queridos nos dejan, nos duele no solo por su falta física en nuestro espacio, sino por su falta espiritual. El ser humano es tan maravilloso por ello, porque tanto física como espiritualmente llena la creación. Cada uno tiene un color distinto a otro, una energía diferente, un brillo sin igual. Podemos mirarle a través de una nota musical, observarle con nuestros sentimientos, y con la mano de nuestro corazón le pincelamos y le damos vida.
En estos instantes, abrí la puerta para recibir a los que deben llegar, la comprensión y la resignación, que seguramente vendrán en el carro del tiempo, por el momento, el único que me acompaña es el dolor.

 

Realmente es irreparable cuando perdemos a un ser que amamos. El dolor se vuelve profundo...
Un placer leerte, poeta.

 

Es la pura verdad, el dolor se hace un agujero negro sin fin

 

La pèrdida...

Yo era una adolescente de 17 años cuando mi cuerpo florecìa ante una nueva vida, y todo eso que decìan las embarazadas me estaba pasando, los mareos, las naùseas, los antojos, la sensaciòn de ya no estar sola, de estar regalando mi cuerpo para que de èl se alimentara esa vida que crecìa, que me importaba que su padre no estuviera conmigo, ni que me besara o tocara la panza, con mucho esfuerzo y a escondidas, comprè un gorrito y una playerita, ambos blancos, y los guardè en un cajòn que habìa destinado para ir juntando sus cosas; pero esa felicidad me durò muy poco, un dìa cuando tenìa dos meses de espera, mi hijo o hija decidiò no nacer, y se me quedò muerto en mis manos, en el baño de mi casa, justo cuando yo le iba a decir a mi papà que estaba embarazada.

Cuando lleguè al dr, èl me dijo ''eso pasa con las mamàs adolescentes, el cuerpo no està listo aùn para hacer semejante esfuerzo''...

Han pasado casi 7 años de eso, y aunque ahora tengo una familia, un matrimonio y dos hijas, no puedo evitar sentir dolor, nadie ni nada reemplaza a un hijo, es un inmenso dolor indescriptible, dolor sin muchos ni pocos, sòlo dolor.

Su poquìsima ropa, aùn està guardada, pero ya no es usable, està amarillando, se pone vieja y huele a viejo, màs no asì, el recuerdo de esos dos felices y hermosos meses, que mi bebè estuvo dentro de mi.

Sentidas letras...

Saludos y gusto leerte.

 

el dolor es un sentimiento inquieto y a veces irreparable
las perdidas a veces son duras
y aveces fortalecen el alma,

pero siento que son más eternas que ellas.
saludos.

 

Si, nos fortalecen, pero el tiempo se hace largo en el trasncurso...gracias por tu comentario