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Tres décadas

Discussion in 'Prosa: Generales' started by ricky lagarto, Aug 16, 2011. Replies: 0 | Views: 592

  1. ricky lagarto

    ricky lagarto Poeta recién llegado

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    "Tres décadas"

    Primera década

    Como el agua que corre entre los dedos, mi vida se escurre en esta sencilla reflexión.
    Hoy a mis treinta años me siento resignado a que mi infancia, mi juventud y mi impredecible adultez ya no volverán a pasar.
    Dando vueltas y vueltas en este carrusel de pensamientos tengo grabados estos escenarios, situaciones y recuerdos de lo que he sido y soy hasta el día de hoy.
    Dicen que llore en el vientre de mi madre antes de nacer y que por consecuencia tengo un don o una maldición de adivinar y soñar las cosas que sucederán.
    También cuentan que enferme muy grave de fiebre cuando era apenas un bebé y que estuve a punto de morir.
    Mi primer día en el kinder lo tengo muy presente, a mis primeros compañeros y amigos, aún me veo en aquella sillita anaranjada, algo nervioso y con mi uniforme todo blanco.
    Una imagen que tengo muy presente es mi madre lavándome mis tenis un día antes de mí Graduación del kinder, a lo largo de mi vida contemplaba esta escena como triste por no haber tenido unos zapatos nuevos para ese día tan especial, pero también lo veo como una muestra de cariño de mi madre que aunque no tenían para compararme unos zapatos se preocupo que yo llevara mis tenis limpios, hoy en día no tengo mucha ropa ni tantos pares de zapatos pero procuro siempre tenerlos algo limpios.
    Otro recuerdo es mi patio ese lugar tan maravilloso era mi mundo, jugaba con una vieja mesa de madera, botes de pintura vacíos, bloques, tablas, etc. todo eso con mi imaginación hacía realidad lo que se me ocurría, todo bajo la sombra de dos árboles de limones.
    En ese tiempo no conocía la envidia, ni las mentiras, ni siquiera sabía que había cuatro estaciones en el año y que existía un mundo tan cerca y muy lejano a mi razonamiento infantil.
    Una vez y después muchas veces pensé que el día en que me muriera quería que me enterraran en medio de aquellos dos árboles de limones, creo que ya no se podrá porque uno de los árboles lo cortaron.
    Todo esto pasaba tan normal tan lleno de tranquilidad hasta que ingrese a la primaria.
    Ahí mi primera dificultad fue ser zurdo, escribía de derecha a izquierda, aún hay libros de mi padre con mi nombre al revés atrás de las pastas.
    Aún tengo la manía de hojear las revistas y periódicos de la última hoja hacia la primera.
    En las artes manuales me sentía frustrado que mis trabajos eran muy malos pero después comprendí que a todos mis compañeros les ayudaban sus padres o hermanos mayores y a mi nadie me ayudo.
    Mi diversión era jugar fútbol con una pelota amarilla ponchada y mojarme en la lluvia de verano.
    También recuerdo que cuando mi madre regaba el jardín me mojaba los pies con la manguera eso lo siguió haciendo aún cuando era más grande, sólo que se enojaba porque a veces ni me quitaba los zapatos y metía así los pies al agua.
    También recuerdo las noche en que antes de dormir mi padre nos contaba algún pasaje de la Biblia y nos hacía preguntas acerca de la historia que nos relataba.
    De los pocos programas que me veía en la televisión siempre me quedaba con las ganas que por una vez ganaran los villanos en las películas o caricaturas.
    Siempre de niño soñé con tener una bicicleta nunca la pude tener, pero aún así, sin tener tantas cosas fui realmente feliz y descubrí que para disfrutar la infancia sólo teníamos que aprovechar lo que teníamos en esos tiempos una hermosa libertad.

    Segunda década

    Siguiendo en la ruleta de las suertes llegaba a mi pre adolescencia aún con la inocencia que conservaba para sorprenderme.
    Recuerdo mi primer baile de la secundaria creo que sólo fui hacer un ridículo por no saber bailar desde ahí creo que me frustre en esa faceta.
    Recuerdo que en una fiesta del Día del Estudiante mi mamá me compro una playera negra de un grupo de rock y un pantalón de mezclilla en verdad hasta me sentí raro porque habían gastado en ese obsequio, pero también fue un gusto muy grande el recibir un regalo ya me había acostumbrado a ponerme la ropa que iba dejando de usar mi hermano mayor.
    Uno de esos días en la secundaria me sacaron del salón por supuesta indisciplina y estaba afuera formado junto con otros compañeros mirando hacia dentro del salón la clase, me di cuenta que no podían resolver unas ecuaciones de álgebra y levante mi mano y la maestra le extraño que quisiera pasar por estar castigado y me paso hasta el pizarrón y resolví todas correctamente al terminar me dirigía de nuevo hacia afuera y me dijo a donde va siéntese en su lugar luego lo pensó un poco y me dijo que les avisara a los demás castigados que podíamos regresar al salón.
    Cierto día en la secundaria me calificaron mal una tarea y no dije algo, al llegar a mi casa le dije a mi papá y me dio este consejo; tu nunca te dejes de nadie aprende a hablar, bueno eso de hablar me lo había dicho también un doctor cuando mi mama me llevaba al seguro recuerdo que ella le decía lo que me dolía y otros síntomas que ella inventaba con tal de que nos recetarán más medicamentos.
    Este consejo creo que lo tome muy a pecho y lo puse en práctica causando problemas en todos lados.
    Aún me veo en la dirección o en bancas afuera del salón y en el sol haciendo planas de que no debo contestar ni cuestionar a los maestros.
    Creo que siempre he sido muy independiente a lo largo de mi vida y me acostumbre a poder estar sólo y pensar como si fuera dos personas totalmente opuestas y ver las cosas de diferentes perspectivas.
    Aún recuerdo mi primer cigarro lo tome del cajón de mi hermano el no fumaba pero tenía unas cajetillas de algún amigo que se le habrían olvidado.
    Creo que no supe ni como lo prendí ni si le fume bien bueno era obvio que no, pero me sentí diferente traer un cigarro.
    Unas de mis filosofía en aquellos años era si iba hacer algo lo tenía que hacer bien aunque fuera algo muy malo.
    Y la otra era nunca dejar que las circunstancias decidan por mi.
    Siempre me ha gustado tener el pelo largo sin importar las modas y usar pulseras.

    En mis ratos libre cuando no estudiaba ni me metía en problemas le ayudaba a hacer tramites a mi padre y en un invierno era Noche Buena y fui a cobrar un dinero y al regresar venia en el camión mirando por la ventana y vi una señora de las que piden limosnas que le partía un pan duro a su hijo, estaban sentados en la banqueta con sus ropas sucias y pensé que si esa era toda su cena que si se conformarían con eso, creo que nunca vemos la suerte que tenemos me dio un sentimiento extraño y creo que ese día no cene y si tome mucho.
    Mis días en la facultad, mis compañeros, mi rebeldía, parecía que había algo dentro de mi que me quemaba que tenía que estar en movimiento casi todo el tiempo, mi cabeza me explotaba de tantas cosas que pensaba creo que metí toda una vida en mi juventud y un día se me acabaron las ganas de ser yo.

    Tercer década

    En esta etapa conocí la primeras muertes de familiares cercanos, la primera fue de mi abuelo paterno recuerdo muy bien que un día antes fui a levantarlo de su cama y los cargue para sentarlo en su silla de ruedas en su patio, casi no pesaba nada y no hablaba pero recuerdo bien su mirada así como, de tristeza, como de resignación muy indescriptible y al día siguiente era un sábado llegue de clases y mi otro abuelo me dijo que se acaba de morir mi abuelito no supe si llorar ni que decir solo pensé en mi papá.
    Años después soñé unas semanas antes que moría mi abuelo materno y tuve ese presentimiento que ocurrió después del año nuevo, creo que fui la ultima persona con quien hablo en el hospital me pregunto por mi novia y me dijo que me saliera porque el doctor no quería que estuviera ahí pero en realidad el quería ir al baño, recuerdo esa misma mirada que no se si tratara de decirme mil cosas y nomás me hace sentir vacío.

    A ellos cada que juego fútbol los recuerdo mucho no se porque pero siempre me pasa así.
    En aquellos días me veo en las mañanas sentado en la banqueta tomando sólo y pensando si al siguiente día algo cambiara.
    El fuego que tenía dentro de mí se había acabado y solo tenía depresiones que no sabía a donde escapar de mi mismo.
    Cada cosa que tenía que hacer parecía que la tenía que hacer bien como que tenía prohibido equivocarme, las personas me etiquetaban, como el que siempre tiene la razón, como que el que todo tenía que saber y yo luchaba contra mi mismo por dejar de pensar aunque sea una vez
    Mi tristeza siempre la escondía en vivir una vida con vicios y una falsa libertad sobre llevando las cosas y sin querer mirar la realidad.
    Recuerdo la muerte de mi abuela paterna en ese tiempo era la peor decadencia que yo vivía, me gustaba enviciarme, me gustaba perder la noción del tiempo, dormitaba en breves momentos del día y mi cuerpo estaba cansado, una semana antes de que muriera mi abuela me comprometí a cuidarla en las noches en el hospital y fue algo muy diferente, ver un ambiente de agonía y como todos luchaban por una segunda oportunidad de vivir, un día antes de que muriera la desahuciaron y yo llore pero no sentimentalmente sino por la impotencia de que no había logrado nada, porque no pude hacer algo, a su velorio no fui me la pase tomando en mi casa desahogándome de la hipocresía familiar de que todos se reunirían muy tristes al funeral y nunca fueron a visitarla en sus últimos días, eso nunca se los he perdonado aún. Todos mis rencores los acumulaba cada día ya sin la esperanza de que me fueran a dejar, el dolor emocional era como un amigo muy cercano y sincero y miraba la vida de una manera muy agria y distinta.
    En ese trascurso me di tiempo para leer mucho y escribir poesía, aún me recuerdo sentado en una mecedora en las noches bajo un árbol con mi libreta una pluma y algún libro.
    Disfrutaba esa soledad nocturna y buscaba una paz interna respiraba el fresco anochecer y miraba las estrellas y las nubes sin ningún interés más que admirar lo pequeño que soy y que tan grande es el espacio y los insignificante que somos en el universo.
    De nuevo estudie una carrera conocí nuevas personas me sentí vivo de nuevo y regresaron mis fuerzas y hasta la arrogancia y vanidad que tanto detesto tener.
    Aún me veo en el salón de clase o tarareando una canción mientras contesto un examen.
    Una día enferme del dengue probablemente hemorrágico fue la enfermedad más severa que he sufrido o la única que recuerde que me dejo sin fuerzas, pensé que tal vez me había llegado la hora de partir de este mundo, pero mas irónico fue que me internaron a lado del hospital donde había nacido que raro hubiera sido nacer y morir en la misma calle, pero salí adelante y aquí sigo.
    Recuerdo cada día en que nacieron mis sobrinos y en especial el día que cargue por primera vez a mi hijo creo que la vida me ha cambiado desde entonces, me considero afortunado de tener mi esposa y mi niño los amo y soy feliz y solo agradezco a la suerte, a la vida, a mis padres, a mis hermanos, a mis amigos, a mis compañeros, a mis maestros por ser parte de mi historia que aún continúa.
    Un día un niño quiso descubrir el mundo y acabo descubriéndose el mismo.
     
    #1
    Last edited: Nov 29, 2014

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