Un penar.

Un penar

Un penar me dio la cura
de aquel ingrato sufrimiento
destrozándome por dentro
me alejo de la locura,
pareciera un imposible
que una honda amargura
resultara ser soltura
de cadenas inservibles
que amarraron a los sueños
haciendo mi sentir pequeño
y a mis sentidos insensibles.

Ocurrió en tempestuosa noche
de tristes desconsuelos
entre lágrimas y desvelos
entre sombras y fantoches
cuando surgió el reproche
que daría alivio a mi alma
devolviéndole la calma
el sosiego y el consuelo.

Decidí soltar amarras
como barca que se zafa
de sus cabos y su anclaje
y con rumbo a la deriva
tal cual quedó mi herida
sumergida en los oleajes.

¿Por qué he de sufrir tanto
y en mi pecho las tormentas
las mismas que esta noche
de centellas en derroche
a mi alma atormentan?

Si un querer ha partido
y ha dejado de quererme
al fin lo he comprendido
y una luz viene a envolverme,
si hondamente has querido
y han dejado de quererte
no debes seguir queriendo
a quièn no quiere quererte.



​

 

Gracias Roman por tus afectuosas palabras, un abrazo.

 

Gracias Joblam, abrazos.

 

Totalmente de acuerdo contigo malco en estos hermosos y soberbios versos. No es de recibo querer, ni tan siquiera pensar un segundo en la persona que dejó de quererte. Dicen que el amor no tiene limites, pues quien lo dijera se equivoco de lleno.
Me ha encantado como has llevado tan majestuosos versos amigo mío.
Recibe un fuerte abrazo

 

Gracias Luis, el que sufre es el que queda enganchado, el otro/a a gozar se ha dicho, un abrazo.