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Después de que mi ex mujer se marchó empecé a padecer de insomnio. Las luces de la casa permanecían encendidas durante toda la noche. Subía y bajaba por el edificio como si fuera de día. Los vecinos se dieron cuenta del cambio operado en mí y me sugerían muchas cosas para que pudiera conciliar el sueño. Nada funcionaba, la única solución era leer y leer durante muchas horas, escuchar música suavemente para no perturbar el sueño de los moradores de las casas cercanas. Caminaba y corría por las escaleras. Hacía ejercicio en el gimnasio para ver si el cansancio me devolvía el sueño. Lo último que hice fue abandonar la casa por las noches y manejar. Tomaba una autopista principal y manejaba durante toda la noche, al llegar el amanecer escogía una desviación insignificante pensando en hallar al final un sitio rústico y primitivo, uno de esos poblados lejanos y desvinculados de todo lo habitual en la vida de las ciudades. Compré una cámara web y contraté un servicio de cobertura nacional para gravar todo mi recorrido, un sitio de internet alojaba todo el material que recababa. En el facebook abrí un sitio para que el material de mis viajes nocturnos estuviera al alcance de los desvelados en el mismo instante del recorrido. Jamás imaginé que existiera tanta gente como yo. Al poco tiempo aparecieron otros usuarios del sitio que copiaron mi iniciativa. Los conductores nocturnos se multiplicaron. Como medida de seguridad se recomendó no publicar los detalles de los automóviles, solo las imágenes de video se podían seguir a través de la liga.

Bendita tecnología moderna que nos permitía ir viendo desde el automóvil a los otros conductores nocturnos en su recorrido. Cuántas veces nos cruzamos por las autopistas sin que mediara una sola palabra entre nosotros, solo un cambio de luces o un toque de bocina como una de las reglas de seguridad era evitar el contacto, para no sufrir un secuestro o un asalto. Llegó un momento en que el sistema nos permitía enterarnos de quiénes llevábamos el mismo rumbo, modificamos las reglas para poder ir en caravanas de insomnes, unidos solo por las luces de los autos destellando en medio de la noche.

En torno del insomnio se tejió un mundo donde los insomnes gravitaban, pronto se formaron grupos de vigilantes, auxiliares, asesores, relatores...de los insomnes errantes por los caminos del país. Los insomnes son seres humanos y socializar es lo suyo, con todos los elementos conocidos con que se construye una sociedad, cualquier sociedad. Vinieron los adeptos y con ellos los críticos; los prohombres y los destructores; los apoyadores y los delatores. Unos y otros, insomnes todos ocupando su vigilia incontrolable en la actividad de los que viajan para consumir el tiempo.

Así hubo una comunidad de chat activa durante toda la noche a la cual se conectaban todos los que por alguna razón no tenían medios o estaban impedidos de manejar un vehículo. Vigilaban, asesoraban, brindaban auxilio. Hubo médicos, abogados, funcionarios gubernamentales, vendedores de todo tipo de insumos y productos. Se establecieron reglas claras para evita que algo diferente al tema de la conducción nocturna prevaleciera en los sitios ligados a la red del insomnio. Se moderó, se expulsó a quienes accedían con otro propósito. Pronto se dieron los ataques cibernéticos a la red y se formaron, como un reflejo a estas actitudes: los escudos, prestos a mantener invulnerable y operativo el sistema.

El flujo nocturno en las autopistas nacionales se incrementó notablemente cuando intervinieron los medios de comunicación. Una reportera de un periódico nacional que padecía de insomnio, intentando hallar un remedio para su tortuoso padecimiento escribió: insomnio, en su buscador, y de pronto apareció todo el universo creado hasta ese momento en internet. Grupos en todos los idiomas, de todas las regiones y países del mundo. Tuvo toda la velada de ese día y los siguientes para escribir un artículo para su columna en la sección de "sociales" en un periódico de cobertura nacional.

Con la publicación se multiplicó número de participantes, hubo más observadores y también conductores, como la columna era leída preferentemente por mujeres, el número de conductoras creció exponencialmente. Surgieron las caravanas mixta para brindar seguridad a las mujeres insomnes.

Ahora se establecían puntos de encuentro. Determinada caseta de cobro de X autopista como punto de partida. Se llegó a tener noticia de caravanas de hasta 1000 autos que iniciaban desde un mismo punto un recorrido determinado.


::: inconcluso.

 

Creo que no es mala idea, don Melquiades. No se extrañe si alguna vez nos encontramos circulando por algún lugar inhóspito. Se le saluda y felicita por tanta y buena imaginación y, sinceramente, es un relato que merece más historia.

 

le voy a seguir, es que llegó la familia a pasar el domingo y fui obligado a dejar el tema. Lo editaré ahí mismo, a ver cómo le va. Abrazos amigo. Un placer saludarle.

 

Sin duda leeré tan imaginativa historia. Saludos y un abrazo, don Melquiades.

 

Qué intriga....