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  1. Este peregrinaje, en que ha

    consistido tu vida, no es sino

    un fiel reflejo de lo que más arriba

    te espera: cielos y más cielos opacos.

    Sin dejar salir la luz, uno se vuelve

    ciego, los parajes y contornos de la tierra,

    maravillosa para otros, no te conceden

    tregua alguna: son sinónimo de muerte.

    Dejaste de mirar árboles, cuyo nombre

    ni siquiera te aprendiste, para luego

    maldecirlos en secreto; no, no es tuyo

    este divagar eterno por lo concreto y singular.

    Naciste para este caos, para este fusilamiento

    sin honor, para estas tierras que dan al ocaso,

    su verdadero nombre. Para este envilecimiento

    de ir marcando el paso

    de una ciudad en ruinas. Si vives, no es por

    puro azar, sino para dejar testimonio

    de tu abatimiento y soledad-.





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    A José Luis Galarza y Melementos les gusta esto.
  2. Desde el minuto uno,

    no he dejado de pensar en ti.

    Vacío en los límites

    donde la espesura que completa,

    deja abierta la esperanza

    a la nada más herética.

    Oh, odiando, y malversando

    en el camino se perfora lo anegado.

    Veo de lejos la línea sutil

    el convexo patio de azulados tonos,

    el cuerpo de los latidos inundados.

    No hay Dios, ni dos divinidades, ciegas.

    Sólo, tus ojos, abiertos al mundo

    para nada.

    La muerte te sentaría bien.

    Cornudo de los huevos a la cabeza.





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    A ti, a DESIRE SOLE, a Troto y a 1 otra persona les gusta esto.
  3. Animo con la austeridad

    que me precede, aliento

    desde la agónica mirada,

    temblor de serpientes, a

    reparar mi frente, erguida

    entre titubeos adolescentes:

    mirad, caballos solitarios

    se ausentan, con sus extensas

    crines, de este lago de tristeza;

    y retornan del labio larguísimo,

    una noche de cruel tormenta,

    empapando las sienes y los calcetines.

    Tan suavemente que pareciera

    inercia de los sueños, empujado

    por un viento hostil a los postes eléctricos.

    Donde se asientan, tras los placeres

    cotidianos, nubes y luminosas siluetas

    de pájaros y aves. Mirad, de frente,

    mi frente erguida sobre el manejo

    de la tierra-.





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    A Troto y José Luis Galarza les gusta esto.
  4. Yo también quiero reposar.

    Bajo estos libros, en estas

    delgadas líneas, donde tu

    flor se desgrana, consumiendo

    mi propia voz acelerada. Mas

    no es tiempo de llanto, sino

    de rezo; que traigan las benditas

    oraciones que a mis padres

    gustaron, y que en ocasiones,

    todos juntos orábamos. Que yo,

    caído e inútil, sabré componer

    otro inservible e ineficaz canto.

    Sí, y observar, desde lo lejos,

    la distancia que me multiplica,

    y saca mi vergüenza hacia

    afuera. Es hora de persignarse

    y rezar, y de hacerlo fuera de hora.

    Pues todos los que quise, yacen

    lívidos y muertos: como flores en

    los sótanos de algunos edificios,

    con sus órganos dispersos, para siempre.

    No habrá fuerza motriz, ni amor dispuesto,

    que culmine sus obras, ni otros brazos,

    aún los más vulgares y atrofiados,

    existirán para reunir sus mortales vestigios.

    Que sus hijos nacieron, para Dios,

    perdidos y sin descendencia, confundidos.

    Sin ojos, sin manos, sin noches cálidas,

    ¿qué será, pues, de sus obras? Humana

    comedia o sátira, verborragia confusa,

    su lengua se aparta del común de los mortales,

    y no sirve como modelo para nada.

    Su idioma, rosa húmeda tras las paredes,

    encalada viva, en un injerto de otras

    rosas, se adecenta y aviva, cual ceniza,

    ahora, que todo el cielo huye, como centella,

    pendiente arriba. Sí, que traigan

    esas rosas húmedas, esos cañaverales esparcidos,

    que quizás a trozos, y fragmentos descosidos,

    su voz sea una en mi periplo-.



    ©
    A Omaris Redman le gusta esto.
  5. Ante el tronco de una encina,

    recién cortado, cómo cabe

    ponerse vanidoso, o prepotente?

    No. Ingiero los posos tostados

    del te que se me ofrece, y basculo

    entre ladridos de perros, soportando,

    inigualable, el peso de mi cuerpo.

    Hasta las últimas estaciones

    se me abalanzan los ladridos, el rugido

    epífano, de lo que palpita entre

    los labios. ©
  6. Mi vida ya pasó a la ruina,

    y es un coche deslucido y deslavazado.

    Se le agolpan los mosquitos

    en la parte delantera, fluye su sangre,

    con la que me encuentro cada día

    y no sé qué hacer con ella.

    Oigo hablar a otros de amor,

    el mío es un más que probable mausoleo

    en el que día a día toreo, sin encontrarle

    encanto ni intermedio.

    Pero les escucho, no vaya a ser

    que la senectud me pillé desprevenido,

    a mí, que tanto le debo al desengaño

    y a la decepción-.



    ©
  7. Amo tu cuerpo porque es trigo, es pan y es rocío. Y en las noches densas, produce el milagro de iluminar la parte opuesta de mí mismo. Amo tu cuerpo porque es densidad, y es penumbra baja, y voz tranquila, como un río. Porque es alivio, y es consuelo, y es desafío. Porque multiplica los peces, y los hace interminables. Amo tu cuerpo, porque es la tarde, el frío, el banco de la plaza solitario: todo lo que amo-.



    ©
    A Melementos le gusta esto.
  8. Me dice

    el rey de la televisión

    que sea feliz y coma perdices.

    De cualquier modo, yo le hago

    caso

    y me como varias-.





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  9. Bordeas la honestidad

    en tu tributo constante

    esa ingenuidad que aglomera

    sustantivos falaces.

    Mira, tu eterno divagar,

    bajo la hoguera pedante:

    triturad la mancha del padre

    antes que amanezca derribado.

    Lo oscuro capta razones;

    mi mirada absorbe tu mirada

    en un ejemplo de constancia-.



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    A AnyuliUrie y Melementos les gusta esto.
  10. No me interesa la carne

    ni sus suplicios, la masturbación insólita

    de un edén castrado desde una perturbación

    atmosférica, captado desde mi perspectiva

    el paraíso es una montaña de boñigas, donde





    quiebran los espejos las gallináceas y otras aves

    excesivamente estentóreas.



    Me atrae en cambio la letra insomne de un vagabundo

    su culminación de rosa la impoluta composición aniquilable

    y esa estatua que orina sobre mis jardines consolados.





    Oh simbolismo, oh modernismo, oh estratos de una esfera

    cuya rueca no encuentra Penélope, no halla fin en el mundo!

    Acaso no os sirve el mismo satán con sus drogas y sus calendarios

    mecánicos? Vísteme de turbio, yo no encuentro el camino-.





    ©
    A lomafresquita le gusta esto.
  11. Donde la carne se viste de fragua

    trama la sanguinolenta estufa metida a vencedor

    lánguidas manos acarician su pudor de sombra

    como en las manos del devorador de pájaros



    soñoliento como nadie y sin cabeza dividida

    en mi mundo no caben tus certezas igualitarias

    excluyo los extremos con contundencia de simple criminal

    que aspira a someterse a lo lógico por una imprudencia de estómago





    reputaciones desterradas, sótanos de piso bajo visitado

    por la palma de mi mano, tan enclenque y esquelética,

    que formula su torreón de altas luces sinuosas hasta la espuma.





    Me gustan los trasiegos del mosto azucarado

    el nácar de los dioses en sus vainas de acero

    mi temblor de azucena pisoteada por uniformes

    la marcial ejecución de un príncipe sostenido.





    Entre candelabros la piel invita al deseo

    por qué no te vas ya? Reitero, eco desigual.



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    A laureano y José Luis Galarza les gusta esto.
  12. Oh qué broma es ésta

    torturas la lánguida melodía

    con tu opacidad de lenguaje

    la estrategia de un estulto

    inutilizando su material virginal

    con brillos y destellos



    esa broma insaciable, protestada

    por incansables juncos.



    Flexibles sueños los que ocuparon

    tu mente. La exigencia doctrinal,

    antepuesta a tus pies turbios cansados.



    En mi mente todavía ocupan exceso

    de espacio. Sí! Aun brillan su locuacidad

    y sus estentóreos trinos caníbales.





    Oh sí, qué broma es ésta.

    Después de las mejillas siempre está el cráneo.



    Los flecos de su estampilla valerosa

    mancillan mis ropas estranguladas.



    Labios que estancan sus preciosas somnolencias.





    Realeza de mi estirpe muerta en baúles secretos

    ese aire de bodegón instintivo de apetito que fulge.





    Siempre está el cráneo. Su solidaria y concisa

    estirpe. Me gusta saborear la lírica

    mampostería. El adobe de los objetos circuncisos.





    Círculos objetivos me catapultan a los labios

    palabras y palabras inútiles, ineptas;



    ©
    A Omaris Redman le gusta esto.
  13. Ya nada de lecturas.

    Sólo la boca que se abre

    y el pico que se alarga.

    Alambre mecánico

    de sustancias químicas

    insensibles. Insensatamente

    la sensación prescribe; son azules

    las líneas de un cielo que emerge

    sin luz. Cóncavo en lo sustancial.

    Misterio incesante, tu lúbrica mirada.

    Promueves el encanto, la ebriedad innecesaria.

    Tras las lunas, aspavientos y gesticulaciones

    imprecisas. Ese eslavo que comenta

    tu precisión de analogista. Tu indecisión

    proteica y ampulosa. Señorean

    los espacios empapados, los vestigios

    enamorados; ese incesante polvo de amianto

    en la garganta. ©
  14. Donde ayer hubo fuego

    hoy hay serenidad. Permanezco,

    al lado del sendero, siendo

    opaco justiciero, o solamente

    bondad. Veo, de lejos, ferrocarriles

    escasamente transitados, sin nostalgia

    alguna. Quizás, en esta orilla, quede

    lo de todos: el pan, la seguridad, el barro

    de las sendas, las hojas secas y un sueño

    reparador. ©
    A MarcosR y bristy les gusta esto.
  15. Quiero estar kurda

    sentirme basura

    excremento oportuno

    en los nocturnos

    de los bancos silenciados.

    Y sentir el humo

    de las humaredas entre

    chopos y copos aburridos.

    Oh plural de tu cuerpo!

    Que, en vasijas, yace

    como un energúmeno

    entre huesos de aceituna!

    ©
    A bristy y José Luis Galarza les gusta esto.