1. Invitado, ven y descarga gratuitamente el cuarto número de nuestra revista literaria digital "Eco y Latido"

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  1. Rompen mi corazón las injusticias
    quiebran mis alas, y mi risa
    pero no habrá nadie
    que pueda doblegar mi inspiración.

    Mi voz entrecortada, emocionada
    tantas veces enamorada del amor
    de la vida y los milagros.

    Suelo bañarme en las aguas de montañas
    bajo las estrellas y la luz de la luna,
    y me siento bendecida y doy gracias
    porque esos son los milagros en los que creo.-

    Esa es mi canción, en ella crecen flores
    amaneceres que cobijan los sueños
    se vuelven realidad a cada momento
    es cuando mi corazón está contento.

    Suelo ser intensa y es por eso que lloro
    mojando el suelo y mis rosales.

    Suelo estar contenta y me vuelvo campana,
    un lucero en la mañana
    porque me siento peregrina en este mundo
    y todos o casi todos sabemos
    que somos golondrinas volando
    como aves, como ave de paso.

    A Mel. le gusta esto.
  2. ¡¡ BESOS!!

    Mil besos escondidos que yo guardo
    besos amanecidos en mi boca
    labios humedecidos con furores
    besos detenidos en mi memoria.

    Tu beso desafiante el que yo aguardo
    mi desvelo revuelo me provoca
    sin esperar la calma en mis temblores
    pulsiones en mi sangre con euforia.

    Se anidan mis pasiones y los besos
    se funden con la piel en madrugada
    y abrazan mi costado enmudecido.

    Acaso el beso estalla con excesos
    refugio de mis labios mi almohada,
    dejando sin aliento a mi latido.

    Tu beso perseguido.
    Porque así son los besos que yo invento
    sin fallar si me apagas. ¡Yo lo intento!.

    [​IMG]

  3. Me adorne el cabello con guirnaldas
    de flores aromadas y caminé descalza
    sobre tu arena mojada
    la espuma de tu mar, mis huellas borraba.

    Dejé caer los ovillos de lanas coloridas
    y me entretuve girando como un carrusel
    mientras el sol en mi piel se desparramaba,
    dorando mis hombros y mis espaldas.

    Encontré entonces a
    tu abril y mi septiembre.

    Nuestras primaveras florecidas
    como imanes, se pegaban
    y el viento del norte alivió tu morada,
    allá en tu invierno frío, mi calor yo enviaba.

    La luna se quedó en tu mirada
    y el lamento de Brel en mis oídos.

    Aunque ahora no somos los mismos
    aún te arrullan mis palabras
    aún me arrullan las tuyas
    en esos te quieros
    que dejas en mi almohada.

    Porque nos quisimos con el alma
    porque compartimos tus miedos y los míos
    porque rompimos moldes y vivimos en el horizonte
    de una nube perlada,
    de un rocío dormido
    en la húmeda rosa,
    en la encumbrada mañana.

    Hoy no somos los mismos,
    pero me tiendes tus manos
    y yo con mis palabras te acaricio
    porque siempre vuelves
    con tu mirada llena de paisajes y dejas en mí,
    los sabores de tus andares.



  4. Cultivo una rosa blanca
    en junio como en enero,
    para el amigo sincero,
    que me de su mano franca.
    José Martí


    A mi amigo Beningo

    Está enfermo luchando con la muerte
    no te rindas amigo sigue fuerte.

    Verás la vida suele ser penumbra
    que esconde una luciérnaga que alumbra.

    Cultivo para ti en mis manos flores
    flores que curan, sanan los dolores.

    No solo sobrevive el más valiente
    sobrevive el que siempre va de frente.

    Cultiva la esperanza amigo mío
    la fe que indestructible es tu navío.

    Navega las corrientes más violentas
    y enfrenta de sus aguas las afrentas.




  5. ¡¡ LA VERDADERA NAVIDAD!!


    Mirando lo que hay en las vidrieras
    sin duda es la época navideña,
    el colorado , el verde olivo y el dorado,
    el pre aviso de la noche buena.

    Un muérdago en cada puerta
    en medio un moño de raso corazón
    y es como que en el aire flotara,
    una rara inspiración.

    Es el espíritu de la natividad
    de un nazareno descalzo,
    merodeando sin castillos,
    las ideas de pescadores,
    carpinteros y alfareros.

    El árbol no hace a la navidad
    ni los regalos hacen la paz
    ni las copas espumantes
    saciaran tanta sed
    en nuestra humanidad.

    Por qué entonces
    en nuestras casas
    se festeja como un carnaval
    una gran mesa con grandes manjares
    sin detenerse a pensar
    que hay otros hogares
    de mucha pobreza y soledad.

    ¿Podrá la humanidad me pregunto?
    mirar su propio corazón.
    Si aún resta la dulzura de una madre,
    la ternura de un niño,
    y cobijar al desvalido, tan solo con pensar?

    Tal vez, si todos pensamos
    que nada se ha perdido
    que podemos acariciar con el alma
    al afligido, al pobre peregrino
    y cambie así su realidad.

    Yo creo en la fuerza de la palabra
    el verbo que dejó Jesús
    un ser iluminado
    que jamás quiso un altar.

    El se dejó bautizar
    bajo un cielo con sol
    y en los lechos de un río
    y aquellos que lo siguieron
    no ostentaron la riqueza.

    Lo que sí hicieron
    fue predicar sin entender del todo,
    la humildad, la gentileza
    la bondad, la sencillez
    y la palabra amar.
  6. Cuando la tarde muere desolada,
    cuando la lluvia moja los rosales,
    mis lágrimas son frágiles cristales,
    que mojan tristemente mi almohada.


    Desangra displicente y condenada,
    la mirada perdida en madrigales,
    la sombra de mi sombra entre corales,
    tristeza que circunda acobardada.

    Sin morada en la tarde yo me muero,
    perdida entre la niebla más profunda.
    Estoy triste esperando aquél te quiero.

    Hoy pienso que la lluvia fue fecunda
    perdiendo aquel amor, el más sincero,
    que ha quedado en la tarde moribunda.
  7. Fue en un mayo de invierno congelado,
    quedándose en los huesos de la infancia,
    una infancia de muerte y desolado,
    cobra vida el dolor en la distancia.

    ¡OH! dolor que recorre tus ausencias.
    ¡Oh madre! no he podido conocerte,
    dejaste tus recuerdos y vivencias
    en mi triste mirada al no tenerte.

    Yo te llevo prendida en mi memoria,
    y es profunda la herida que dejaste,
    tu ausencia sigue siendo transitoria.
    Fuiste mi madre y sé que me acunaste.

    Hoy que he crecido, tengo tu firmeza,
    tu fuego y fortaleza, tu dulzura,
    llevo conmigo toda la grandeza
    de ti ¡ Oh madre! tu sangre y tu frescura.

    Me esperarás eterna en esos cielos
    esos cielos que albergan a los muertos.
    Descansaran mis huesos con tus velos,
    al amparo de jardines y de huertos.
    A Francisco Manuel le gusta esto.
  8. Me rindo ante el verdor de tu paisaje,
    caminos recorridos en tu mundo,
    dejaste del recuerdo lo fecundo,
    y fue mentira cruel en tu linaje.

    Hoy tengo entre mis manos tu mensaje,
    llenando este mirar ya moribundo,
    como muere la tarde en lo profundo,
    del cerro donde habita lo salvaje,

    mensaje que quebró toda dulzura,
    volviéndome paloma desarmada,
    volviendose mi noche, noche oscura.

    Me falta una canción desesperada,
    un verso que apacigüe mi amargura,
    y un rosal que perfume mi velada
  9. ¡¡EN LA PENUMBRA

    A veces pienso que me ves vencida,

    y siento que el recuerdo es solo mío,
    sabiendo que se muere en el hastío
    la flor que perfumó toda mi vida.

    A veces yo te pienso aquí en mi herida,
    que sangra cual dolor en mi extravío.
    A veces yo te pienso en mi vacío
    que muere con tristeza consumida.

    Yo tengo para ti solo ternura,
    ternura que se queda en la montaña,
    bañada en soledades y amargura.

    Es mi alma desolada quien te extraña
    Mil momentos volviedome insegura
    De no verte en la penumbra que me engaña


  10. ¡OH MI ALMA DE POETA COMPASIVA!!


    Soy poeta y navego a la deriva.
    No todo fue naufragio sin valor,
    no recurro al derecho de estar viva
    y emotiva mi pena con dolor,

    resbala en la tristeza que cautiva,
    y emociona mi triste corazón.
    ¡Oh mi alma de poeta compasiva!
    perdida en un lamento sin razón.

    Será que llora el cielo en la penumbra
    oculta su elocuente desventura,
    el sol de la montaña no me alumbra,
    el camino a seguir, mi noche oscura.

    Hay lágrimas que tejo en mi tristeza
    que esquivo solitaria en mi almohada
    morando con mi pena, mi certeza
    me muestro vulnerable y desolada.

  11. ¡¡EL SUSURRO DEL VIENTO!!
    El susurro del viento
    me trae su consuelo memorable
    es plegaria un lamento
    consuelo inexorable,
    acuna el desconsuelo siendo amable.

    Llega la primavera
    a quedarse enredada en mi ventana,
    trepando la ladera
    mi ladera serrana,
    latiendo mi energía de italiana.

    Comienza un nuevo día
    y los campos me traen su frescura
    Y siento mi alegría
    sintiendo la dulzura
    sabiendo que se aleja la amargura.

    La tarde en este enero,
    donde el viento del norte es atrapante
    tal vez como en febrero,
    el sol sea quemante,
    espejo de mi piel de sol radiante.

    A MASTER LY 22 le gusta esto.
  12. Amarte es dar calor a tus inviernos,
    inviernos que cobijo con mis huellas,
    tus quimeras de rayos y centellas,
    llevarte entre mis cumbres y perdernos.

    Quererte entre la bruma y conocernos
    besarte bajo un cielo con estrellas
    como besan y adoran las doncellas
    amarte entre las sombras y envolvernos.

    Quisiera enamorarte con mi fuego

    perderme con locura en tu mirada
    amarte en la penumbra sin relego.

    Te sueño ardientemente en mi almohada,
    y espero no me niegues el sosiego
    que me brinda tu boca enamorada.
  13. Me quemaste en tu fuego lentamente
    y fue la insensatez, fatal entrega,
    de mi alma enamorada y floreciente,
    buscando entre mis manos de labriega

    tu morada de tierra permanente.
    Creí con inocencia estando ciega,
    que te amaba insensata y locamente
    con mi alma ilusionada que hoy te niega.

    Será que ya no encuentro en tu mirada
    el rocío mojando mis sentidos.
    No quiero tu mirar donde no hay nada.

    Será entonces la tarde deshojada,
    el árbol marchitado y sin latidos,
    final de esta canción desesperada.

  14. ¡¡PECADORA ME SENTECIO!!

    He sido tu pecado y fiel amante
    tu miedo más cobarde en un silencio,
    mi mente te recuerda en el instante
    en donde, pecadora me sentencio.


    Quizás el mundo oculte sus pecados
    sus penas, cicatrices, desventuras.
    Puede que rasguen sórdidos tocados,
    que ocultan sus miserias y locuras.


    Hoy sé que el sol pecó sobre mí cama.
    un rayo de su luz colmó mi lecho.
    y siento que mi vida te reclama
    ¡reclama el corazón desde mi pecho!
  15. ¡¡CUANDO LA TARDE MUERE DESOLADA!!


    Cuando la tarde muere desolada,
    cuando la lluvia moja los rosales,
    mis lágrimas resbalan en cristales,
    de pena muere lágrima salada.

    Desangra dulcemente condenada,
    la mirada perdida en madrigales
    la sombra de mi sombra entre corales
    tristeza moribunda amordazada.

    Sin morada en la tarde yo me muero,
    perdida entre la niebla más profunda
    estoy triste esperando aquél lucero.

    Hoy pienso que la lluvia fue fecunda
    perdiendo aquel amor que prisionero
    se ha quedado en la tarde moribunda.