¡Ay amor!

Tuve mi libertad encadenada a tu amor desde siempre; sin saberlo; como un capitán en la tormenta, como un pájaro que no aprendió a volar, como el botón de la rosa eternamente joven.
Los años me cayeron de repente: como cae el chubasco en el verano..y sigue sin escampar.
¡Cómo se juntan los años! amor ¡Cómo se juntan!
Igual que la tierra en el pie de los frutales, igual que la arena en el hilo de agua que se agota, igual que el viento que fluye por el hueco que se cierra, igual que los ojos que se entornan.
Me cansa el corazón que se encabrita para llevarme a ninguna parte; y el paso vacilante que no me lleva.
La vista que se apaga con las cortinas de la tristeza; y la boca que se tuerce en el asco repentino que el tiempo le borda a las comisuras.
¡Ay amor! ¡..qué dulce que es el néctar de la vida! Y que amarga la miel de sus panales

 

Una profunda tristeza se perfila en tu escrito Sergio. Me gusta mucho tu escrito, muy conmovedor y rico en imágenes. Fue un placer leer tu obra. Un gran abrazo y buen domingo.