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Chico raro

Tema en 'Prosa: Ocultos, Góticos o misteriosos' comenzado por tyngui, 15 de Marzo de 2015. Respuestas: 0 | Visitas: 1019

  1. tyngui

    tyngui Poeta que considera el portal su segunda casa

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    Hombre
    Descalzos sus pies corren desesperanzados por el atardecer y el bullicio estrepitoso de la cercana noche. Lo abstrae y se dispone a caminar sollozando.

    Sus ropas están sucias y un poco rotas, nadie observa igualmente su porte.

    Y eso le hace un poco mal.

    Los cabellos al viento, excepto su cruel flequillo… y los labios secos de sed.

    Con forman su figura estéril y un tanto artificiosa.

    Sus indiferentes caras a veces duelen.

    Aunque un poco esta bueno mantenerse lejos.

    Piensa en vos alta, meditabundo.

    Ciertos cristales dejan caerse en las calles, alumbrando las avenidas y sus caras reflejan un incierto bienestar.

    Se ríen entre sí, y solos los transeúntes ausentes…hablan solos, y algunos lloran, reflejando su propia soledad.

    Soledad que contamina.

    Pero todos lo ven como el chico raro del flequillo duro.

    Las gentes vuelven su mirada hacia atrás, buscándose en sus propias sombras.

    Es muy probable que lo que busquen sea su propia ilusión perdida.

    Pero el raro en realidad es una chica que comienza a enervarse con las gentes todas, gentes de todas las clases.

    Nadie lo ha notado.

    Y el raro se siente un poco ofendido.

    Y si bien no sabe porque, si se sabe enajenado con todas las malditas gentes.

    Y no lo puede controlar.

    Lo intentará una vez más, y tal vez entonces, comience a correr sin pensar, sin parar, sin mirar.

    Y nuevamente la jaqueca llegue repentina como acostumbra a hacerlo.

    Ni bien dan las 20,00 horas, en su viejo reloj pulsera, el mismo que le obsequiara su madre.

    Ese chico raro de andar raro, de gélido semblante.

    Saca de un viejo morral una filosa daga corva y la debacle llegará repentinamente.

    El raro, deja volar de su boca poética una voz lejana y atroz, con la que aturde y horroriza a todos por igual, aprovechando la aprensión.

    Inicia su osada empresa, clavándole la daga en la frente a un joven que pasó junto a él.

    Este cae y la sangre brota, regando un circulo y manchando a todos a su alrededor.

    El raro hace un giro hacia la izquierda y decapita a dos jovencitas citadinas, que no llegan a gritar.

    Mientras tanto el bravo viento se lleva las cabezas, brazos y piernas que van flotando junto al raro, que continúa su matanza, sin despegar el flequillo de su pequeña frente.

    Su obra maquiavélica enrojece la ciudad que corre en distintos puntos sin poder guarnecerse.

    Llueve copiosamente sobre Buenos Aires.

    El chico raro, que en realidad es una chica rara, observa su figura y reacomoda su flequillo frente al espejo de un local de iluminación. En ese preciso instante comprende que su imaginación, le ha tomado cautivo a su cerebro, provocando un histriónico enjambre de escenarios y contextos que no existieron nunca.

    La preciosa muchachita de rizos rojos, se quita los Rollers y al guardarlos en la mochila, se corta con una daga corva, extremadamente afilada, cuando logra ver la sangre en uno de sus dedos, siente que se le ha endurecido el flequillo.
     
    #1

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