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El Borracho

Tema en 'Prosa: Generales' comenzado por Edouard, 3 de Mayo de 2017. Respuestas: 1 | Visitas: 581

  1. Edouard

    Edouard Poeta adicto al portal

    Se incorporó:
    15 de Marzo de 2016
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    1.058
    Me gusta recibidos:
    483
    Género:
    Hombre
    El muchacho de fatua mirada gris se emborracha en la bodega de los viles leprosos. Allí tiene todo el vino añejo. De cepa antiquísima y noble. Bebe como un animal. Sus compañeros de enfermedad mortal acarician su delicada piel de mozo afeminado. Y él no se opone. Al contrario. Se deja llevar por esa insana satisfacción de decadentismo secular. Parece que su estómago no tiene fondo. Pero, de repente comienza a vomitar. Las venas de la frente se le hinchan. Y comienzan a nacer pústulas sobre su pecho de ahora agonizante cuerpo. Pide al Altísimo clemencia. Pero ya es demasiado tarde. El faro mortuorio se va apagando. Mientras él, mísero vagabundo de mentiras inflamadas, suelta un alarido descomunal en el húmedo lugar. Donde ya está sentenciado por el susurro de la madre muerte. Que lo hace desvariar en un último capítulo de novela negra. Tan negra como su hígado.
     
    #1
    A homo-adictus le gusta esto.
  2. Edouard

    Edouard Poeta adicto al portal

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    homo-adictus, tal pecaminoso engendro de vicioso paladar hacia el vino estaba destinado a quedar abolido por la menstruación aberrante de un delirio tremendo. Fraguado en la resaca de unos efectos que también compartía con la mala compañía de esos seres crapulosos llenos de tiña en piel apergaminada. Contento en principio con su facha de inmoderado, se las tenía que ver aviesas con la indomable execración de un organismo depauperado. A tanto llegó que, consciente ya demasiado tarde, se hizo noche en su salud que él creía de hierro. Y, aunque implorando conmiseración rastrera y vil hacia Dios, la esquelética figura atroz de la guadaña dio carpetazo final a su vida. Que tanto tenía de enferma como esos seres clínicos que mueren en frondosos hospicios de gangrenados en entrañas ya podridas por dentro. Atentamente Edouard.
     
    #2

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