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El Destino

Tema en 'Prosa: Generales' comenzado por Edouard, 13 de Marzo de 2017. Respuestas: 1 | Visitas: 367

  1. Edouard

    Edouard Poeta adicto al portal

    Se incorporó:
    15 de Marzo de 2016
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    1.058
    Me gusta recibidos:
    483
    Género:
    Hombre
    Embarazada de nueve meses, aquella lozana mujer de rubios cabellos comenzó una noche de ad viento a sentir los fatales dolores del parto. Estaba tumbada en la cama honda de su bienaventurada alcoba. Y dos negras comadronas de semblante feliz la ayudaron para que diese a luz a un niño con marca extraña en la frente. El infante fue creciendo en fuerza y vigor. Y ostentaba una osada inteligencia que amedrentaba a todos los sabios de la comarca. Su jubilosa maga madre quería que fuese filósofo. Mas siempre lo veía en el campo corretear con una espada en la mano. No tenía compañeros de su misma edad. Así que, jugaba con entes imaginarios que su dulce fantasía proyectaba. Una noche, el joven guerrero no había vuelto al solaz de su preocupada progenitora. Salió en su busca. Pero no lo encontró. Los sonidos de su prohibido nombre colmarían de eco y llanto a ella. Que, sola, se despeñó de un alto risco para no sufrir más por su desamparada ausencia.
     
    #1
    Última modificación: 13 de Marzo de 2017
    A homo-adictus le gusta esto.
  2. Edouard

    Edouard Poeta adicto al portal

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    Hombre
    homo-adictus, tal amorosa criatura femenina había parido un singular infante. Propicio para ser glorificado por un destino atrayente hacia la alta casta del pensamiento contemplativo. Para su madre esa recia y singular dote divina no se le pasó por alto. Y quería que cuando creciera en fortaleza maciza de viril resplandor se sumergiera en el agua marina del raciocinio discursivo. En cambio, el niño se sentía diametralmente opuesto a ese instinto heredado. Lo que más deseaba era jugar con los fantasmas de su imaginación en pendencieras luchas de deslumbrante casta guerrera. Pero ¡ay! una noche no volvió al hogar el niño junto a su tierna madre. Y ésta, preocupada en extremo,caló hondo por los valles desérticos el nombre siempre eterno de su hijo. Que resquebrajaría de pena rocosa el corazón partido de una mujer ya desesperada y proclive a consumar el acto noble del suicidio. Atentamente Edouard.
     
    #2
    Última modificación: 13 de Marzo de 2017

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