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El Extraño

Tema en 'Fantásticos, C. Ficción, terror, aventura, intriga' comenzado por el_cracken, 21 de Febrero de 2010. Respuestas: 4 | Visitas: 1424

  1. el_cracken

    el_cracken Poeta recién llegado

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    27 de Enero de 2010
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    El caballo se desplazaba plácido y tranquilo sobre el pedregoso camino, el manto de la negra noche cubría el llano, las grandes parcelas se extendían hasta el horizonte, iluminadas tenuemente por la plateada luna, que refulgía soberbia en el cielo, rodeada de millones de deslumbrantes estrellas que centelleaban juntas.
    Don Gregorio, venía cansado de tanto bailar, montado sobre aquel semental, de pelaje negro azabache, que relucía con la luz de la luna y con la cabeza alzada como siempre, demostrando su estirpe árabe. Conocía ya el acostumbrado camino, a la derecha en la caoba, un árbol milenario que se erguía soberbio al cielo.
    Cuando el animal dobló la esquina, una sombra negra y cabizbaja, salió de la nada, tenía el contorno de un hombre alto y fornido, que pareció menospreciar al allegado, un sombrero negro cubría su cabeza, y un gabán, tal cual, que le llegaba a los pies rozaba la hierba de la orilla.
    En un instante el ambiente se volvió pesado e incómodo, el caballo comenzó a inquietarse con la presencia de aquel extraño personaje que seguía con la cabeza a Don Gregorio, como asegurándose de que continuara su camino. Entonces, con un giro repentino, el puñal de Don Gregorio apuntó al pecho del extraño, quien siguió con la cabeza gacha, como sin inmutarse ante la presencia del plateado hierro.
    La voz recia de don Gregorio se hizo presente y dijo: –Usted, como que no es de esto lados, pues es la primera vez que le veo, mire que yo conozco a todos los que son de por aquí, así que lo mejor será que me vaya dando información suya o lo dejo aquí mismito clavaó.
    Aquella figura seguía callada como en el primer momento, sereno como la noche y tomando el puñal por la hoja, lo aparto de sí y comenzó caminar como si nada. Don Gregorio quedó asombrado, había sentido como si alguien le tomaba de la muñeca y la halaba moviendo el puñal de su posición. —yo no se quién es usted y menos qué hace —dijo, sin demostrar el miedo que comenzo a sentir –pero más le vale que se vaya de por aquí, pues no tiene nada que buscar.–

    El extraño siguió su camino, sin hacer caso de las palabras de Don Gregorio. Este, convencido de no haber sentido nada, desmontó y corrió tras aquella figura, a la que le asestó una puñalada en la espalda, el extraño cayó al piso de rodillas y con las manos en el suelo. Don Gregorio sacó el puñal de la espalda del hombre y le sorprendió ver como salía tan limpio como había entrado.
    Estaba aún perplejo cuando un enorme perro negro le saltó encima. Don Gregorio cayó boca arriba sobre el suelo, las patas del animal sobre sus extremidades, y cuando la cara del animal y la de don Gregorio se encontraron, el susto fue el mayor de su vida. Don Gregorio había sentido que los ojos de aquella bestia, no eran como los de las demás que el había visto, eran dos globos blancos y sin iris, solo dos pupilas negras y dilatadas que parecían arrugarse como pasas. Los dientes del animal se mostraron feroces, dispuestos a devorarlo de un solo bocado. Inmediatamente una voz profunda y casi como un susurro, salió de la boca del animal, quien no hizo ni el más mínimo movimiento para decir –¿cuál es su problema?, déjeme en paz y siga su camino sin decir jamás lo que ocurrió, ni lo que vio, para no perder demasiado por ser bocón. Ahora, cuando yo me baje, usted se monta en su animal y se va por ahí por donde iba y me deja a mí hacer mi trabajo.

    Cuando la bestia se bajó, de encima, Don Gregorio se paró despacio, y sin ruido y pudo ver cuando el animal se paró en dos patas otra vez, su pelaje se convirtió en la capa negra que le cubría al principio y se alejó con la cabeza gacha y el paso cansado.

    La visión de Don Gregorio se volvió difusa al final y lo que escuchó después, fue la voz tosca de su mujer que le llamaba, mientras, pasaba un algodón húmedo de alcohol por su nariz.
     
    #1
    A Évano y (miembro eliminado) les gusta esto.
  2. Jolie

    Jolie Poeta que considera el portal su segunda casa

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    Esta historia me encanta, envuelve al lector dentro de ese ambiente, nos proyecta, misterio del hombre que se transforma, es rica en recursos e imagenes, mis aplausos a ella.

    Un placer visitarte.
    Besitos y cariños.
     
    #2
  3. cipres1957

    cipres1957 Poeta veterano en el portal

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    Una historia sorprendente, cargada de misterios con una gran calidad de relato y de detalles finos que permiten seguir las escenas como si fuese una película de ficción.
    Realmente muy buena tu prosa, espero ver tus escritos más seguido.
    Un gusto amigo poeta.

    Saludos y bienvenido al portal.
     
    #3
  4. el_cracken

    el_cracken Poeta recién llegado

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    Muchisimas gracias, me pone feliz que te haya gustado. :::banana:::
     
    #4
  5. Évano

    Évano ¿Misántropo?

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    Es una historia interesante y bien narrada.
    El tal Don Gregorio un entrometido vanidoso y no sé si el señor de la capa que se transformaba en un animal terrible, debería haberle hecho algo más. Aunque así está bien.
    Me gustó.
    Ha sido un placer haber pasado.
    Se le saluda.
     
    #5

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