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Estaba lloviendo

Tema en 'Prosa: Generales' comenzado por Pasajero de barro, 23 de Julio de 2011. Respuestas: 2 | Visitas: 1080

  1. Pasajero de barro

    Pasajero de barro Poeta recién llegado

    Se incorporó:
    19 de Junio de 2011
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    “¿Que estamos haciendo?” Quería decírselo “¿Que hemos hecho? Dime Mina ¿Que hemos hecho?” No tenía apetito pero debía desayunar. Nunca había visitado aquel aeropuerto, a decir verdad odiaba Buenos Aires.
    ¡Cuánto sueño que cargaba sobre su espalda, no podía sonreír más de lo necesario! “Deberíamos de volver” pensaba para sí mismo. Hoy no recuerdo exactamente que tomaba de ese vaso, recuerdo que tenía el estómago intratable, como si se lo hubieran invertido. Y que afuera llovía. Y que él no lloraba, pensaba que de hacerlo haría todo aquello mucho más triste. Quería que la espera no terminara nunca, que se detuviera completamente el tiempo, que los aviones se precipitaran a tierra como pájaros sin aliento. Que de algún modo aquel momento cambiase, que tuvieran el valor (y la locura) para salir corriendo de allí. Pero no decía nada, la observaba, le acariciaba la mano. El quería besarla hasta que llamaran a abordar, pero estaba demasiado triste. No quería hacérselo saber.

    “¿Que estamos haciendo? ¿Por qué es que esto acaba siendo lo correcto?” ¿De todas las posibles soluciones, de todas las acciones necesarias, una despedida debía ser la que habría que tomar? El reloj no se detenía, ni siquiera bajaba el ritmo, en verdad nunca habían sido buenos amigos. Aquel joven y el tiempo eran eternos vecinos enemistados. Y afuera llovía, había llovido todo el camino, desde que habían dejado el hotel. Vaya metáfora.

    Y él trataba de hacerla reír, convencerse de algún modo que aquello no era en verdad tan triste. Sabía que más allá de la puerta de abordaje no iba a volver a cuidar de esa mujer. Y tenía anudada la garganta, sentía nauseas, le dolía la cabeza, quería dormir, quería darse por vencido, pedirle que volvieran a Rosario, prometerle cosas que no valía la pena prometer, porque aquella, aunque hiriente, era la decisión correcta.

    ¿Cómo le hace frente al destino quien no cree en su existencia? Porque es cierto que durante contados momentos estamos seguros acerca de que será lo que ha de acontecer en breve. Ambos lo sabían bien. Cuando hacían la cola para despachar el equipaje, cuando miraban las tiendas que vendían libros y revistas. El se movía como si nada sucediera en realidad. Se mentía a sí mismo. Quería creer que ese no era más que otro momento compartido en nada diferente a los que habían vivido a lo largo de semanas. Pero luego levantaba la mirada, la veía, sabía que esa chica debía volver a su casa.

    El alma debe de estar en los pulmones, porque a él se le acababa el aire. Debe de ser lo suficientemente grande como para llegar hasta los párpados y ejercer presión sobre los lagrimales. “¿Que estamos haciendo? Dime Mina” pensaba para sí mismo, pero sonreía. Y la besaba. Humedecía en esa boca sus labios.

    Probablemente la gente los observaba. La verdad es había entre ellos una diferencia de edad notable. Pero los besos y el dolor era los mismos que hemos sentido todos alguna vez. Es probablemente por eso que nadie se atrevía a juzgarlos. Aprenderían sí, de ellos, que el contenido trasciende la forma. Seres visuales, peces de acuario, observando a estos dos, que habiendo escapado de la invisible prisión de la pecera estaban a punto de poner entre sí la extensión oscura de un inmenso océano.

    Debo informarte, lector, que todo acto de aparente inconsciencia trae consigo un premio y un castigo. La vida es diferente para cada historia. No puede estar contenida en ningún libro, en ninguna otra vida. Violar las leyes de la buena enseñanza traerá consigo la posibilidad de ser libre, de elegir el modo particular por el cual cada uno alcanza la felicidad. No acercará a la posibilidad de encontrar el punto exacto en el cual comenzar a respirar aire fresco. Pero exigirá algo a cambio. A estos dos del aeropuerto les exigía todo esto que te estoy contando.

    Hubo un último beso como en toda despedida. Un abrazo que fue sin dudas el más largo. La observó irse por detrás de esa esquina. Tuvo que retenerse el corazón cuando cruzaron por última vez sus miradas. Luego hizo tiempo hasta la salida de la trafic entre viajeros cansados y un grupo de chilenos que exigían un reembolso. Intento no llorar durante todo ese tiempo. Pero cuando salió afuera vio que seguía lloviendo. “Vaya metáfora” pensó.
     
    #1
  2. Halach

    Halach Poeta fiel al portal

    Se incorporó:
    18 de Marzo de 2010
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    Me ha gustado mucho el inicio que has dado a la prosa, una serie de preguntas que bien podríamos hacerlas cada día. Y el nombre...es genial, necesario para imaginar la atmósfera donde se desarrolla la historia.

    Esto de tomar una parte de la historia (o de la vida) de dos personas en un lugar lleno de gente: el aeropuerto de Buenos Aires, me hizo recordar ahora mismo el laboratorio de biología en la secundaria, donde nos hacían escoger una sola de las hojas de un frondoso árbol, cortarla y luego quitarle la epidermis para observarla a través del microscopio. Ir a lo que nuestros ojos no pueden imaginar que existe en esa pequeña hoja verde. Todo un universo de formas y tramas. Así la historia de estos dos entre una multitud.

    Y tomas un momento y lo llenas de sentimiento y sensaciones.

    Y llueve, cómo llueve!

    Las frases " El alma debe estar en los pulmones, porque a él se le acababa el aire. Debe ser lo suficientemente grande para hacer presión en los lagrimales..." Me encantan!

    "Y la besaba, humedecía en esa boca sus labios...". Me la quedo para recordarla cada noche antes de dormir.

    Me ha emocionado mucho tu prosa.

    Qué bello es sentir, aunque a veces duela.

    Mis estrellas.
     
    #2
  3. Shio

    Shio Poeta recién llegado

    Se incorporó:
    28 de Julio de 2011
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    primera vez que entro a esta pagina de poesias , primera que leo, bueno me impresiono , me estremecio .....ver mi historia igual como la habia imaginado, plasmada aqui, por alguien que no me conoce, pero relata lo que tal vez sera, que no debio, pero fue, y si, llueve en mi no para de llover....................
     
    #3

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