Fragmentos 1

A. Es cierto, pero… el sentimiento dejo de vibrar, dejo de resonar. La cabeza, de pronto dejo de dar vueltas en su ausencia, y solo quedó la experiencia y una imagen borrosa en la memoria...
B. Tengo hambre.
A. ¿Para eso vivimos?
B. Pues claro, se necesita comer para vivir.
A. Si, es verdad, pero no es eso, estoy hablando de otra cosa.
B. ¿Por qué te gusta girar tanto sobre las cosas? ¿Por qué no dejarlas atrás y ya?
A. ¿Y por qué tú no te dejas reventar de una vez?
B. Tal vez tú también revientes conmigo.
A. No es cierto, puede que yo sea indestructible.
B. Está bien, ¡apostemos!
A. ¿Qué vas a ganar si revientas? ¡idiota!
B. ¿Por qué te pasas conmigo? ¿Quién te da derecho a insultarme?
A. Porque a veces es difícil comprenderte, eres una bestia.
B. ¡Ojala revientes tú y tu ofensiva soberbia!, !Eres una persona venenosa, toxica!
A. Y tú eres descuidada, ingenua, impulsiva, atravesada, y muy dañina.
B ¿tú no puedes parar de darle vueltas a las cosas? ¿Verdad? Siempre quieres seguir adelante, sin importar a quien pisotees, te quieres imponer siempre, solo quieres ser tú el único dueño de la verdad... ¿Pero sabes? Tu verdad ¡Apesta!, no la quiero, ¡Quédatela para siempre!
A. La verdad es lo único que me queda, de ella dependo para vivir, yo no puedo pasar por la vida ignorándola como tú, si no está conmigo… no sé lo qué dirán de mi, seguramente mi existencia seria en vano ¡Nadie me tomaría enserio!, como a ti.
B. ¿Qué quieres aparentar? ¿Por qué quieres la atención de todos? En el fondo, ¿qué importa lo que digan los demás? Puedes ser lo que tú quieras, y a nadie le tiene que importar lo que hagas.
A. ¿Si ves lo ingenua que eres? No te das cuenta de lo que hay alrededor tuyo, estas absorta en tu realidad sensiblera, y no te das cuenta que estas llena de vanidad superficial. Tú eres la que más necesita a los otros para complacer tu vanidad absurda.
B. No soy vanidosa.
A. Solo quieres impresionar a los otros con tus atributos vanidosos.
B. Solo estás envidioso, como a ti nadie te ve.
A. Y a ti nadie te toma enserio.
B. ¡Jódete!
A. ¡Púdrete!
A y B al tiempo: ¡Veté! ¡Lárgate! ¡Veté!, ¡veté!
B. ¡No te quiero volver a ver! ¡Vete! ¡Miserable!, ¡egoísta!
A. Vete tú, regalada, entregada ¡Ingenua! Solo sabes entregarte impulsivamente a tus pasiones.
B. Y tú, eres frío, insensible, canalla y soberbio. Por eso la gene bien cuando te conoce te evita.
A. ¡Eso no es cierto! Muchas han pasado por mi lecho.
b. Esa manera tan cursi de hablar, no eres más que un pobre romanticón envejecido, que ya nadie toman en cuenta, ¡porque fracaso!
A. ¡Eso no es cierto! No todo fue en vano.
B. Casi acabas con la vida, tu solo casito acabas con todo.
A. No todo fue mi culpa, tú también estabas ahí.
B. Sí, mi error fue subordinarme a ti y tus ambiciones, y ahora no puedes parar, te apoderaste de todo, queriendo imponer tu voluntad inútil en todo.
A. No todo fue en vano.
B. Si, llora por las atrocidades cometidas.
A. ¡No más!, ya basta, déjame en paz lujuriosa. Tú también fracasaste, ciudades enteras fueron arrasadas por tu culpa.
B. No me acuerdo de eso.
A. ¿Qué me dices de Sodoma y Gomorra? ¿Se te olvida?
B. Ellas tuvieron la culpa de todo, no conocían la prudencia.
A. La tentación siempre está pegada a ti, y yo soy el que tengo que lidiar con los problemas que trae.
B. ¿Tú crees que a mí no me duele?
A. Los dos sabemos lo que es el dolor, a los dos nos duelen estas cosas.
B. el dolor es lo único que sabemos que realmente existe en esta vida.
A. Pero también la felicidad y el placer existen.
B. Tenias que seguir dándole vueltas, ¿verdad?
A. ¿Por qué te molesta tanto escuchar sobre el placer y la felicidad? ¿Por qué te amargas?
B. Pudiera ser feliz todo el tiempo si no vivieras reprochándome, viviría solo para gozar del placer.
A. Vas a reventar de lujuria.
B. Eres un egoísta, pero ya no estoy subordinada a ti, y hago lo que se me dé la gana.
A. Reduces el placer a tus hormonas y glándulas.
B. nadie le ha visto la cara a Dios, no seas engreído.
A. Yo le vi la cara a Dios y, créeme, no se reduce a glándulas y hormonas.
B. ¿Cuándo le viste la cara a Dios?
A. Estuvo con nosotros un día, Ya hace mucho tiempo que lo vi.
B. ¡También lo recuerdo! Dolió mucho cuando nos abandono.
A. Es cierto, pero… el sentimiento dejo de vibrar, dejo de resonar. La cabeza dejo de dar vueltas, y pronto solo quedó la experiencia y una imagen borrosa en la memoria...