Para castigarme…

Para castigarme por mi desprecio,
la autoridad y el destino me convierte en tal…
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A menudo, nos encontramos resistiendo lo que no podemos controlar, desafiando la autoridad o el destino, convencidos de que somos más fuertes que las fuerzas que nos rodean. Pero, ¿Qué ocurre cuando ese desprecio se convierte en una forma de autodefinición? La frase parece sugerir que el rechazo hacia lo establecido, hacia lo que nos limita, no siempre nos libera, sino que puede tener el efecto contrario: nos transforma en aquello mismo que repudiamos. Nos convertimos en el reflejo de lo que nos cuesta aceptar, y el destino, en su irónica justicia, nos ofrece un castigo que no es más que la materialización de nuestras propias contradicciones.



Crédito de la frase: A quien corresponde.


Te invito a disfrutarlo en el formato de video, solo espero que sea de tu agrado, gracias.





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