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Perro muerto

Tema en 'Prosa: Generales' comenzado por ivoralgor, 23 de Mayo de 2014. Respuestas: 0 | Visitas: 332

  1. ivoralgor

    ivoralgor Poeta asiduo al portal

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    Una noche le dije que lo odiaba, que estaba cansada de su presencia y su estúpida actitud de macho. Me dio unos cuantos madrazos en el cuerpo, cuidando que no me quedaran marcas. Usó una almohada. Insistía en insultarme día y noche, cada vez que podía. Arrastrada por el dolor y la humillación volví a callar. El dinero de la comida está en el cajón de la alacena, son cincuenta pesos, dijo, cuídalos, es todo lo que tengo. Se fue a trabajar como si nada hubiera pasado y al regresar intentaba ser cariñoso: quería coger. Si no accedía esperaba a que los niños estuvieran dormidos para poder violarme. Si gritas les parto la madre a tus hijos, decía metiéndome sus asquerosos dedos en mi sexo. Temía por la seguridad de mis dos hijos.

    Tenía que planear bien su muerte. Sin dejar rastros, ni huellas. Ningún cabo suelto. No era tan ignorante, había terminado la secundaria. Una vecina me dijo que me ayudaría para demandarlo por maltrato. Una tarde me vio salir de la tienda de la esquina cojeando y me preguntó por la cojera. Con todo el dolor de mi corazón le conté que Agustin me golpeaba. Jamás le dije de las violaciones. Tengo un compadre que conoce a un buen licenciado que te puede ayudar, me dijo esa tarde, por sus honorarios no te preocupes, yo te presto. Le di las gracias y entré a la casa. Tomándole la palabra a mi vecina le dije que quería aprender a usar Internet. Pacientemente me enseñó lo necesario de Internet. Había cosas que no entendía de lo que leía o los videos que veía en Internet. Puedes venir a mi casa cuando gustes y vamos al Ciber que está en el parquecito de Santa Rosa, me dijo ignorando mis propósitos reales, no está caro. Tenía que memorizar algunas cosas y eso me llevaría mucho tiempo. No fui buena con la memoria. Pasaron dos años de insultos y violaciones. Me faltaba nada más la fecha para matar al hijueputa.

    Se acercaba diciembre y Agustin acostumbraba llegar borracho para esas fechas. Era la oportunidad perfecta para llevar a cabo el plan. Les dije a los niños que ese diciembre iríamos a visitar a su abuelita a Hunucma. La misma historia le conté a mi vecina para tener una coartada. Le dije a Agustin que mi mamá estaba enferma y que me mandó llamar para que la cuidara unos días. Accedió no sin antes violarme tres noches seguidas. Llevé a los niños a casa de mi mamá por la mañana y se los dejé encargados. Antes de salir dejé en el cajón de la alacena una nota: “Regreso mañana, voy a ver a mi mamá a Hunucma. Te dejé comida y un flan. Te amo.” Tengo que ver unos papeles en Mérida y ya sabes que Agustin toma mucho y no tengo con quién dejar a los niños, le mentí a mi mamá, regreso hasta mañana.

    Como esperaba, Agustin llegó esa tarde borracho a la casa. Tengo hambre, gritó, quiero comer algo. Me apresuré a darle su comida preferida, potaje de lentejas. Me dio gusto ver como se lo devoraba todo, hasta lamió el plato. Te hice un flan napolitano, le dije, está delicioso. Le di una porción grande del flan. Igual se lo devoró. Estaba tan lleno que con trabajos se pudo poner de pie e ir a dormir a su hamaca. Esperé una hora calculando que empezaran a fermentar el potaje y el flan. En Internet encontré una receta para hacer fermentar los alimentos con ingredientes caseros. Agarré la almohada y la puse sobre su barriga abultada. Con todas mis fuerzas, entrelazando los dedos de mis dos manos, lo golpeé varias veces hasta que empezó a vomitar. No podía moverse y se empezó a ahogar con su propio vómito. Sus ojos desorbitados me veían con desesperación, pidiendo ayuda. La espuma le empezó a salir por la nariz. Convulsionó unos instantes y murió. Muerto el perro se acabó la rabia, pensé y sonreí satisfecha. Esperé a que anocheciera para salir por la puerta trasera. Me fui al Ciber. El dependiente ya me estaba esperando para llevarme a Hunucma, no sin antes haberme cogido, unos días antes, como se debe. ¿Al motel? Preguntó Enoc cuando subí al carro. Asentí con la cabeza. Quería celebrar.

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