Puzzle

PUZZLE​

Una tortuga recorre el desierto mientras el sol impenitente la azota con sus rayos. La temporada de lluvias llegó a su fin antes de tiempo y si no encuentra pronto un charco se convertirá en un caparazón vacío adornando la estepa. Lejos en un rincón del Universo el inerte astro radia su calor ajeno al sufrimiento de la insignificante tortuga.

Un hombre joven sentado junto a su puesto de frutas y hortalizas observa el paso de los viandantes en una de las miles de callejuelas de Calcuta. Rodeados de templos ancestrales y modernos edificios la colorida marea de gente prosigue su marcha inmersa en la cotidianeidad. Es un día más en su porción del mundo, no existe nada más para él.

Un hombre en una ciudad estadounidense acaba de finalizar su visita al médico. Le han diagnosticado un cáncer, es probable que muera. Es una mañana fría de invierno de un día laborable cualquiera. El ruido del tráfico es incesante, es hora punta. Sin embargo para él el tiempo se ha detenido. Ajeno al bullicio el hombre reflexiona cómo afrontar la perspectiva de la muerte.

Una mujer da a luz en un destartalado hospital de un país africano. Debería haber gozo en su rostro y sin embargo hay lágrimas. Observa llorar a su hijo, tiene hambre. Y siempre la tendrás piensa ella mientras se pregunta de qué sirve traer vida a semejante infierno. Como una isla en un mar de camastros, una madre y su hijo lloran.

Un hombre joven asiático acaba de despertarse en su pequeño e insalubre cuarto. Su turno comienza en menos de una hora. Desayuna las escasas sobras de la cena de anoche. Va a ser otro agotador día de trabajo. Nada más salir a la calle sin asfaltar se encuentra de frente con la fábrica. Está amaneciendo, va a ser otro día gris. El hombre se interroga cuánto tiempo más le queda para irse de allí, cuánto tiempo más lo podrá soportar.

Un hombre europeo se despide de su mujer. Son las ocho de la mañana. Camina hacia la enésima entrevista de trabajo. Ya ha pasado un año y medo, la prestación se agotará en días. Ha recibido el tercer aviso del banco amenazando desahucio. Siente un escalofrío recorriéndole el espinazo al ver un mendigo. Se imagina a él y su familia en la misma situación. Se pregunta cómo ha llegado a esa situación.

Un joven nippon mira al vacío desde lo alto de un rascacielos en Tokyo. Tiene sólo 18 años y ya siente que ha fracasado en la vida. Ha suspendido por segunda vez los exámenes de acceso a la Universidad. Todavía recuerda la cara de decepción de su padre la primera vez que le sucedió. Y será la última se promete. Siente un gran vacío en el estómago. Sólo unos segundos, se dice a si mismo, y todo habrá acabado.

Una zebra pasta en la sabana. Pero no se siente tranquila, le ha parecido vislumbrar una manada de leonas agazapada entre la hierba alta. Tiene los músculos en tensión, pero le duele la pata. Sabe que es muy probable que no sobreviva a esta cacería. Mastica lentamente aguantando la respiración. Ahí vienen. La manada comienza a correr frenéticamente. Se está quedando rezagada, las ve acercarse inexorablemente. Una de las leonas ha llegado a su altura. Nota sus mandíbulas en la garganta, no puede respirar. Cae derribada y lo último que siente es el espasmo de la muerte.

Un huevo de anfibio acaba de eclosionar en el meandro de un río. De él surge un renacuajo que de inmediato se ve rodeado por cientos, o quizás miles de hermanos. La charca parece inmensa en comparación con su anterior receptáculo. Su sistema locomotor le insta a nadar entre sus semejantes, ajeno a los depredadores que se aproximan. Los lucios comienzan el festín, decenas de hermanos son engullidos en breves segundos. Un instante es suficiente para que se su temprana vida llegue al fin. La macabra broma se vuelve a perpetrar.

Un joven musulmán recorre las calles de su ciudad natal en ruinas dentro de una tumultuosa manifestación. El aire huele a pólvora y sólo se puede oír el rugido de la muchedumbre y el ruido de las armas automáticas dispararse al aire. Acaba de cumplir 12 años y se esfuerza en gritar tanto como todos los demás. Enfervorecido por una afrenta que no acaba de comprender. Tan sólo sabe que sus hermanos murieron por culpa de aquellos demonios extranjeros con apariencia de hombre que invadieron su país. De pronto un fuerte zumbido suena en el cielo. Una enorme máquina voladora se cierne sobre ellos. Nota un fuerte dolor en le pecho, está sangrando. No lo entiendo, es su último pensamiento.

Una joven eslava nacida en un remoto pueblo de la estepa rusa se despide de su familia. Hoy vienen a recogerla aquellos hombres. No puede reprimir las lágrimas, es posible que no vuelva a ver a sus padres y hermanos. Pero es por su bien, porque una vida mejor le espera en occidente. El camión llega a la aldea y un par de hombres la aupan a su interior. Durante el todo trayecto todos están muy callados, nadie habla. Un chico joven no ha parado de mirarla desde que se ha emprendido la marcha. Quizá se ha enamorada de ella. Pero si es así, no entiende la tristeza que traslucen sus ojos.

Un lechón come pienso en una nave industrial. Sólo tiene dos semanas de vida. Desde que nació ha vivido hacinado con sus hermanos en un pequeño recinto cubierto de heno. Apenas ha aprendido andar, no le ha hecho falta. Siempre hay luz. Todos son cerdos a excepción de un extraño ser que camina sobre dos patas y viene todos los días a alimentarlos. Hoy han venido más de esos seres extraños. Se dirigen hacia su recinto y lo sacan de él. Tiene miedo, nunca ha estado fuera, no entiende qué está ocurriendo. Nunca vuelven, piensa para si mientras le alejan del recinto.

Una estrella supergigante ha explosionado en una galaxia remota produciendo una gran supernova que ha consumido planetas enteros. En uno de ellos estaba surgiendo una forma incipiente de vida que nunca llegará a ser.
Mientras un astrónomo en un planeta remoto observa el destello y hace una anotación en su cuaderno.

Una persona lee en un portal de Internet el relato escrito por un ser anónimo. Quizá se esté sintiendo aludida.