Querida vida...

Vida,

A menudo nos brindas grandes momentos con las personas a las que amamos, los nuestros. De cuando en cuando nos haces putaditas, que joden sí, pero al fin de al cabo son chorradas sin importancia. Pero otras veces... otras veces nos arrebatas a aquello que más queremos. Y siempre me cuestiono la misma pregunta una y otra vez... ¿por qué? Muchos dirán, es la ley de esta misma, la ley de la vida, no se puede luchar contra ello. Pero... ¿en qué momento, en qué lugar, de qué forma y quién ha establecido esta norma?

Al final llegamos a la conclusión de que todo el mundo nacemos para acabar muriendo. No importa cuan bueno o malo seas, cuan rico o pobre te veas... al final todos nos quedamos en el camino, pues no somos inmortales. Venimos a esta vida de paso y lo más peculiar es que llegamos sufriendo, llorando... y muchas veces nos vamos de esta de la misma manera. Al final todos nos desvanecemos y nos convertimos en un mero recuerdo, en una sustancia tan insignificante como es el propio polvo...

Nos pasamos la vida luchando, persiguiendo nuestros sueños y mayores deseos... y... ¿para qué? ¿Para convertirnos en simples cenizas? ¿Qué sentido tiene eso? ¿Ninguno verdad? Nadie sabe lo que ocurre después de la muerte, pues ninguno ha vuelto a la vida para contárnoslo pero tan solo espero que haya algo más, por muy insignificante que sea, porque después de tanto sufrimiento no es justo que este haya sido completamente en vano.