Triada inconsciente

Mi pensamiento brilla en silencio sobre algunos espacios deseados.
Podré entenderlo aunque me lleve la vida.
Pero solo veo lagrimas en las pequeñas tristezas de las mañanas aceleradas.
La mitad de mi sed se moviliza hacia donde deba calmar su ira.
La otra mitad deambula en busca de la verdad de ciertas cuestiones poco prácticas.
El inconsciente amenaza con un ataque utilizando su tan conocida triada de malos pensamientos vehiculizados a través de imaginarias fantasías oscuras.
Esperaré el asalto sin descuido, aunque me seduzca su lira automática que ya es parte de mi realidad clínica.
Desde que he percibido una conexión en los tiempos, conspirada por esta motorización discontinua de movimientos difusos. He quedado relegado al entusiasmo vivo de estas indireccionadas cuestiones metafísicas.
Lo notorio es que no lo lograré y sin embargo, lo seguiré intentando.