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Origen De La Familia "BolÍvar" BiografÍa Del Libertador

Tema en 'Poemas sociopolíticos y humanitarios' comenzado por dilia.calderas, 16 de Mayo de 2008. Respuestas: 2 | Visitas: 8938

  1. dilia.calderas

    dilia.calderas Poeta que considera el portal su segunda casa

    Se incorporó:
    9 de Diciembre de 2007
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    VERSO-RESUMEN BIOGRAFÍA DEL LIBERTADOR SIMÓN BOLÍVAR

    El presente Verso-Resumen, se inspira en el auge informativo implementado por la Revolución Bolivariana, a través de obras magistrales como:

    “Bolívar”: escrita por el ilustre colombiano Indalecio Liévano Aguirre, publicada en el año 1950, distribuido por la Biblioteca Familiar al pueblo venezolano.

    “Vida de Bolívar”: de Felipe Larrazabal, publicada en Nueva York, en el año 1865, con prólogo y notas de Rufino Blanco Fombona y editada por José Agustín Carratalá. La misma fue reeditada bajo los auspicios de la Presidencia de la República, en el año 1999.

    Aún cuando Blanco Fombona realiza aclaratorias con respecto a la versión original de Felipe Larrazabal: “Gloria al niño Larrazabal del año 1830, pues nació en el 16, dedicándose a recorrer, los pasos que dio Bolívar; sobrehumano su esfuerzo fue, por las guerras intestinas, contra seguidores de él. Pero no cesó en su empeño; mantuvo su fuerza activa, hasta que la “Vida de Bolívar”, dio a conocer con ensueño, después de la triste partida”

    Ello sirvió a otros autores, como Carratalá y Fombona, a Indalecio, obras españolas y a preocupados escritores; magistrados, legisladores; poetas como José Martí, García Márquez y Pablo Neruda; los que transmiten locura y admiración por el hombre, más grande del nuevo mundo, con reconocimiento rotundo y perdurable de su historia.

    Como asombroso torrente, de aquel caudaloso “Niágara”, descrito por José Heredia, fue la vida de Bolívar; la “Oda” que surgió al momento, después de la triste partida, dio vida al Romanticismo, superponiéndose al Neoclasicismo, como única salida; ¿acaso Heredia se inspiró en Bolívar? ¡Eh aquí un pequeño fragmento!

    “…Abrió el Señor su mano omnipotente,
    cubrió tu faz de nubes agitadas,
    dio su voz a tus aguas despeñadas,
    y ornó con su arco tu terrible frente…”

    De aquella suma de luces, que Bolívar trasmitiera, surgen luceros que conducen revoluciones en Venezuela y en muchos otros países de la América “prisionera”; pero de las sumas y cruces, quiso Dios que por fin surgieran Hugo Chávez y Alí Primera; junto a patriotas hoy lucen, el ideal con la bandera.

    Al conformar el presente Verso-Resumen, se utilizaron sinónimos, en algunos casos, a fin de evitar tergiversaciones.


    VERSO-RESUMEN BIOGRAFÍA DEL LIBERTADOR SIMÓN BOLÍVAR

    Simón José Antonio, De La Santísima Trinidad,
    el más fiel testimonio de entereza y probidad,
    quien siendo un “Bolívar” y un noble “Palacios”,
    sus riquezas ofreció por la libertad.

    Informó el Barón Areyzaga, Jefe familia “Bolívar”,
    en 1918, al historiador Ispizua y éste a Blanco Fombona,
    origen de “Los Bolívar”:

    De Bolueta: “Molinos” Bol es “raíz de molino”;
    de Ibarra: Ibar es “ribera”,
    de allí surgió el apellido que en la madre España naciera,
    Bolívar: “molino y ribera”; de los vascongados la familia era.

    La casa primitiva por armas tenía,
    la piedra de molino, al natural y en plata,
    que censatarios labraron en la Iglesia Santo Tomás,
    en el lugar Bolívar, a los señores de Vizcaya en el siglo X,
    situándose la casa en el “Monte Oiz”,
    en pradera y puebla de los Bolívar
    y en la ante Iglesia Cenarruza,
    125 repúblicas conformaban el señorío Vizcaya.

    La Iglesia pasó a ser la Casa Solar de Bolívar, de los vascongados,
    pero hubo altercados en el 1053,
    la Sede Episcopal de Armentía arremetía
    y el Obispo García invadió a Viscaínos con “Merindad de Durango”.
    En el combate amargo luchó Don Gonzalo Pérez de Bolívar y murió García.
    Desterrado fue a Francia Pérez de Bolívar, confiscados sus bienes
    y el patronato Iglesia de Santo Tomás pasó a los Vizcaya,
    que en casa solariega de familia Bolívar conformaron “rentería”
    u oficina en que cobraban bienes y derechos,
    cambiando apellido de los “Bolívar” por el de “Rentería”.

    Los Bolívar regresan, fundan nueva casa
    y adoptan el nombre Bolívarjauregui
    para diferenciarse de los Rentería;
    Jáuregui equivalía a “demasiado señor”.
    Cambian también sus armas por faja de oro,
    cargada de tres panelas sinople.

    En el 386, del señorío Vizcaya surge un “Rey de Castilla” con nombre “Juan I”
    y pasa el patronato de Santo Tomás como hospital anexo a Colegiata de Cenarruza,
    sin existir excusa, así se vería, que no era de los Bolívar ni de los Rentería.

    En el 574 llega a Venezuela Don Simón de Bolívar, “primero que venía”
    y al buscar información sobre su hidalguía,
    comprobaba entonces que era el heredero de “Merindad de Marquina”,
    hijo era de Martín Ochoa de la Rentería Ardanza y Magdalena de Ibargüen,
    nieto de Ochoa de la Rentería y María de Andiepe,
    dueños de la casa de la Rentería y Casa de Ibargüen de notoria nobleza;
    Simón de Bolívar toma el apellido que por naturaleza le pertenecía.

    Tal sería la influencia de la gran familia Bolívar y Ponte y los Rentería,
    que en árbol genealógico figuras se aprecian de conquistadores,
    si los mencionáramos habrían muchos nombres.

    Uno de ellos fue Pedro Ponte Andrade Jaspe y Montenegro,
    quien se unió a María Josefa Marín de Narváez
    dueños del Señorío "minas de Aroa" y de "Cocorote";
    construyó además la hermosa capilla “Santísima Trinidad” en Catedral de Caracas,
    donde sepultaban a la familia Bolívar y Ponte.

    La familia Bolívar realizó muchas obras con progreso social y fundó ciudades;
    fortificó el Puerto de Costa Firme en La Guaira;
    proporcionó “escudo de armas” a la ciudad de Caracas;
    construyó caminos y fundó las Milicias de Aragua;
    pero aún confrontaban los fuertes conflictos
    con estado paternalista de España que siempre se oponía
    a que gobernasen con continua cizaña.

    El Coronel Juan Vicente de Bolívar y Ponte,
    hijo era del Teniente Don Juan de Bolívar y Martínez de Villegas
    y de María Petronila de Ponte y Marín de Narváez,
    quienes dueños de inmensa fortuna adquieren escudo para Caracas
    y realizan diligencias para adquirir el Marquesado de San Luis
    que el Rey Felipe V donaba al Convento “Frailes de San Benito”,
    a manera de auxilio.

    Se autorizó al Convento para beneficiar, en colonias de Ultramar,
    a quien ese marquesado pudiese comprar,
    por el alto costo de veintidós mil doblones de oro que debía pagar.

    Efectuada fue la formalidad para el Marquesado
    y los veintidós mil doblones de oro Don Juan había entregado,
    pero se le exigió demostrar hidalguía y pureza de sangre,
    resultando difícil mostrar pureza y casta en una doncella,
    razón por la cual fueron rechazados,
    hasta confundirles con “salvaje tierra” que a América llamaban,
    sin imaginar que en aquella familia, las razas e ideas
    conformarían fuerzas revolucionarias,
    que destruirían un día el predominio de España.

    El Coronel Juan Vicente, padre de Bolívar,
    por el inmenso caudal de fortuna heredada,
    disfrutó del azar hasta edad avanzada
    y por fin decidió se debía casar
    con María de la Concepción Palacios y Blanco;
    la joven que sólo tenía 15 años
    y él 46 cuando el matrimonio decide por tanto.

    Cinco (5) hijos tuvieron Juan Vicente y María,
    por nombres tenían Juana, María Antonia,
    Juan Vicente, Simón José Antonio
    y en el último parto una niña moría.

    Hablemos ahora del niño Simón,
    quien llegaría a ser “el Libertador”.

    24 de julio, 1783:
    nace el penúltimo hijo de Doña María y Don Juan Vicente.
    Bolívar, el niño pequeño, del padre queda huérfano y luego no entiende
    la actitud de su madre, María de la Concepción,
    que asigna su cuidado en otros por misión.

    María pensó conveniente no exponerlo ante el dolor,
    puesto que su seno doliente, enfermo estaba con rigor
    y el perder a otra hija “repentinamente”
    acrecentó el proceso de enfermedad en formación;
    tendría que abandonarle “irremediablemente”.

    Hablemos ahora de la inmensa fortuna del pequeño Simón,
    que tuvo sus inicios cuando éste nació
    con el Mayorazgo de La Concepción,
    pues su primo-hermano Juan Félix Jeréz de Aristeguieta,
    Presbítero de la Catedral de Caracas, le bautizó,
    y luego el Mayorazgo, unos meses después le dejó, cuando falleció.

    Constaba la herencia de casa ubicada en la Esquina “Gradillas”,
    lindando al “naciente” con calle del medio de “Iglesia Catedral”
    y también solar de Castro, Juan José;
    el “poniente” fue, la calle del medio y estancia de Josefa María Blanco y Herrera;
    hacia el norte era, la calle del medio y lugar de la casa de Mateo Alvarez;
    lindaba hacia el Sur con vega de herederos de Diego Camacho y Palacio Episcopal;
    de manera tal, que aquella mansión evaluada fue en pesos 25.000
    y asentada también en el documento de legalización.

    Constaba además de haciendas de cacao en Yare, Taguaza y en Valle Macayra, más bienes y esclavos;
    solo que de acuerdo con Leyes de Toro, de Castilla e Indias,
    en los Mayorazgos, no podían venderse bienes adquiridos;
    sólo usufructuar ganancias habidas por el “primogénito” era permitido;
    la ley se implantaba como protección de la clase “noble”, su continuación.

    Litigios constantes tendría que enfrentar la madre de Simón,
    por cuanto la familia Jeréz Aristeguieta nunca lo aceptó;
    el joven Bolívar tendría que luchar cuando fuese mayor;
    y para dotarles de más información, allí moriría la esposa que amó
    y el Cuartel General del Ejército Patriota allí se instaló;
    secuestrada sería la casa de Simón, en tiempos de guerra y traición
    y rematada igualmente al Consulado en Caracas por el realista español;
    en el 827 logra rescatar la casa que amó,
    pero a su sobrino Anacleto Clemente, Bolívar la entregó,
    concluyendo así el litigio y fricción;
    hoy en su lugar, Esquina de Gradillas,
    sólo existen comercios donde ésta se halló.

    La segunda herencia fue la de su padre,
    Coronel Juan Vicente, Bolívar y Ponte,
    y aumentó su porte de noble varón,
    la herencia materna de María de la Concepción,
    Palacios y Blanco.

    El caudal en franco aumento se vio,
    con herencia de abuelo materno el Regidor
    y Alferez Real, Feliciano Palacios,
    quien a su deceso bienes le dejó.

    No obstante con eso, fallece su hermano Juan Vicente Bolívar,
    quien del Mayorazgo de los Bolívar gozó,
    por ser el mayor hermano varón y Simón lo heredó.

    No es adelantarnos a la consecuencia de herencia y acción;
    aclarar debemos por ser tan extensa la gloriosa historia del Libertador;
    volvamos a su infancia con la explicación:

    El niño Bolívar, con varios tutores y también curadores
    por la herencia en cuestión, nunca comprendió la falta de amor,
    ¿por qué la distancia y diversos autores, confluían siempre en su educación?.
    Inés Manceba de Miyares, primera encargada de ejercer protección,
    y luego le asignan a la negra Hipólita con la misma función.

    Hipólita encanta, la fiel negra bella que al niño amamanta
    y siempre demuestra el más tierno amor,
    brindando a Bolívar consuelo y calor.

    Un “Curador Ad-litem” asignan al niño,
    por cuanto el carácter no es la tradición,
    tampoco es acorde con su condición;
    rebelde, imponente, se comporta siempre,
    por falta de cariño,
    en la etapa sublime en que todo niño,
    conforma los rasgos de su futura acción.

    Don Miguel José Sanz fungía de curador,
    hombre autoritario que inspiraba temor;
    un cambio arbitrario, tan brusco y precario,
    sin su negra bella que amor le brindó.

    Bolívar se enfrenta, no acepta el mal trato,
    colma la paciencia de su curador,
    devuelto es a la madre por tanto,
    en quien la enfermedad avanza,
    más acuerdo alcanza con su hermano Feliciano,
    quien decide otra acción;
    Junto al Padre Andujar, el ilustre Andrés Bello,
    junto al Doctor Vides y Guillermo Pelgrón,
    da inicio con ellos a difícil misión.

    En otra ocasión le cuida Don Carlos Palacios y Blanco,
    tío que contribuye con su formación,
    y al Tribunal que lo obliga a volver con Don Carlos,
    prematuras críticas a normas existentes, esboza con dicción:
    “Uds. Pueden hacer con mis bienes lo que quieran, pero con mi persona no.
    Si los esclavos tienen libertad para elegir amos, a mí no me la pueden negar para vivir donde me agrade”; firme decisión.

    Bolívar y sus hermanos: Juana, María Antonia y además Vicente,
    continúa la etapa de vital formación, compartiendo siempre;
    la negrita Matea que ayudaba a Hipólita,
    compartía con ellos en la Casa Natal, allá en San Jacinto
    y en la del “Mayorazgo de la Concepción”, ubicada en Gradillas,
    más en la hermosa hacienda de “San Mateo” de Aragua,
    que testigos fueron de la interacción,
    pero al niño rebelde le faltaba control y amor de padres siempre;
    los maestros no entienden su temperamento, reacio e inquieto
    ¿por qué el niño Bolívar no entendía razón?.

    Don Simón Carreño, “tío de Teresa Carreño”,
    con cargo escribiente de Don Feliciano,
    era un ciudadano de ilustre dicción,
    pero atormentado por su infancia agreste,
    cambió su apellido por el de Rodríguez
    y se opuso fuerte, a las formas que usaban en la educación.

    Se inspiró en Rousseau, en el libro “El Emilio”,
    como firme idilio de su vocación
    y en la idea de un hombre, feliz y apreciado,
    no como el harapo despreciado y sin amor;
    sólo que su idea no es considerada,
    rígido el sistema no halló en él valor.

    Su proximidad siempre a los Palacios,
    da inicio a la forma de acceso a Simón;
    Bolívar, el niño reacio que a nadie da espacios,
    nota que en Rodríguez no hay contradicción.

    Se identificaron, maestro y alumno,
    con el ideal profundo de Jacobo Rousseau,
    el no atosigarle con conocimientos,
    por ser imperiales los procedimientos,
    podría despertar la aptitud que en su mundo
    brindara satisfacción.

    Rodríguez concluyó que la naturaleza, de acuerdo a Rousseau,
    serviría de estímulo al inquieto Simón;
    en el desarrollo de capacidad y destreza,
    ejercicio físico, constancia, firmeza, libertad y decisión;
    a montar a caballo le enseñó en la acción.

    Felicidad completa no hubo en la intención,
    porque llegado el año 797,
    en el país se produce nueva conspiración,
    tal como hizo Chirinos en el 95,
    junto a José González, que en Hacienda “Macanillas”,
    en Coro, fomenta insurrección,
    la que frustrada fue, ejecutando a ambos en la acción.

    En esta Gual y España con monjes franciscanos,
    con presos españoles y muchos ciudadanos,
    proponían restitución de la libertad;
    Manuel Gual a Miranda, ayuda había solicitado,
    pero el intento es frustrado;
    los capitanes Gual y España a las Antillas escaparon,
    otros, a España y Puerto Rico enviaron,
    y siete (7) a muerte condenaron.

    José María España, no contento regresa,
    le arrestan, se escapa y de nuevo le apresan,
    a la “horca” es sentenciado y su cuerpo descuartizado;
    exponen su cabeza en La Guaira
    y demás restos esparcen en lugares en que había luchado;
    sólo que antes de morir, con el normal desengaño
    y con su terrible enfado, sentenciaba en su proclama:
    “No pasarán muchos años, sin que mi sangre sea vengada”;
    Pedro Gual, en Trinidad, también muere envenenado ya para 1800.

    El buen maestro Rodríguez que el proceso también sigue,
    del país es deportado y se refugia en Jamaica;
    de nuevo su nombre cambia, optando por “Samuel Robinson”
    como extrema prevención;
    así cambiaba su suerte y la del niño Simón.

    Hubo otra conspiración en el 799,
    Francisco Javier Pirela es arrestado y va a prisión.
    Continuando en la intención, el Precursor venezolano,
    Don Sebastián Francisco de Miranda,
    en 1806, después de luchar en Francia
    y también en Norteamérica,
    pidiendo apoyo a Inglaterra lucha con el mismo fervor.

    En su gran barco “Leander”, al que nombre de su hijo dio,
    y con goletas “Bachus”, “Bee”, más la ayuda de Inglaterra
    y de Haití que consiguió,
    logró izar nuestra bandera, la que él mismo elaboró,
    “con los colores del iris “primarios” de su esplendor;
    con la india, el gorro frigio, la lanza por convicción
    y el caimán que representó los ríos de este continente,
    su grandeza, su extensión;
    las palabras “patria” o “muerte” inscribió en el pabellón”.
    Frustrados fueron los intentos, porque en Ocumare y Coro
    aquel pueblo no se unió,
    terror tenían a represalias del barbarismo español;
    hubo muchos ejecutados y Miranda se escapó,
    regresándose a Inglaterra para planear otra acción.

    Regresemos con Bolívar, quien sin maestro quedó,
    cuando se fue don Simón,
    por ello el tío Feliciano, junto a Don Carlos Palacios,
    decide tomar las riendas de nuevo en la educación,
    del niño que en sus espacios, no acepta a nadie imponencias
    ni críticas a su reputación.

    Las contradicciones se tornan frecuentes;
    poco entendimiento y total desatino;
    del análisis fuerte sobre su sobrino,
    deciden lo conveniente:
    ingresarlo a las Milicias que en Valles de Aragua,
    Don Juan de Bolívar, el abuelo fundó.

    El ejercicio previo con Simón Rodríguez,
    allá en San Mateo su cuerpo adaptó;
    por tanto en las milicias agilidad consigue
    y logra progresos.

    Tanto es el progreso del joven Bolívar,
    que yendo a la cabeza de sus compañeros,
    al cabo de un año, por su firme esmero,
    ya es un subteniente
    y en Caracas exhibe el uniforme con honor.

    Comienza a interactuar en la Sociedad,
    pero inquieto ve la envidia y vanidad del ambiente fastuoso;
    hasta que un idilio de amor tormentoso con la bella Aristeguieta,
    termina en fracaso, su amor era escaso.

    Como en tantos seres, a Bolívar hiere su primer amor;
    su carácter más fuerte cae en contradicción
    y sus tíos deciden enviarle hacia España, completar su educación;
    hablan al tío Esteban en aquella Nación,
    advirtiendo artimañas que utiliza el actor.

    El 18 de enero del 799, Bolívar viaja a España en el “San Ildefonso”,
    con don José Borja, Capitán del barco y amigo generoso.
    A Borja, el joven conmueve, porque advierte en él atributos impactantes,
    por ello le augura futuro brillante.

    El San Ildefonso encalla en Veracruz,
    prevenir es luz por ser preocupante
    que piratas ingleses, sitiando La Habana
    fuesen atacantes.

    Un gran convoy de guerra debían esperar,
    durante una semana,
    para continuar el viaje emprendido.
    Por tanto Bolívar, a Borja había insistido dejarle ir a México,
    a conocer la capital o Virreinato de Nueva España, así conocido.

    Bolívar fue atendido por el oidor Aguirre, en México amigo;
    le llevó consigo a conocer la metrópoli;
    recorrió palacios, iglesias, riquezas y muchos espacios de la aristocracia,
    sin intimidarse ante la nobleza, comportándose siempre, con su astucia y gracia.

    Luego de su estancia regresa a Veracruz, a continuar travesía
    y el 5 de mayo por fin llega a España.
    Ya en Puerto Santoña se dirige a Bilbao,
    buscando el pueblecito llamado Bolívar,
    donde por fin arriba y que tanto ha deseado.

    Allí encuentra los restos del antiguo castillo de sus antepasados,
    que habían emigrado como consecuencia
    del absolutismo y la monarquía,
    al no haber logrado el marquesado de San Luis;
    por ello se siente infeliz ¡cuán tristeza había!.

    Aún desconsolado, se hallaba alojado en la aldea vecina,
    por tanto “angustiado” a la capital se encamina;
    al entrar por La Vega divisa a Madrid
    y queda impresionado con tanta belleza.
    Se dirige luego a la Puerta del Sol que por fin atraviesa;
    detrás del Correo, en la Real Casa de Postas deja sus enseres,
    conocer al tío Esteban es lo que más quiere,
    después de larga travesía entre costa y costa.

    Su estupor es grande al conocer la forma en que su tío comparte,
    por supervivencia, imagen, prestigio y sin amor al arte,
    después de haber luchado, sin haber logrado
    el mismo marquesado de sus antepasados.

    Don Esteban Palacios se alió a Manuel Mallo,
    el amante afamado de María Luisa de Parma,
    la Reina de España,
    quien por la adulancia y sexo en abundancia
    no encontraba fallo,
    siendo él su ministro en el máximo Tribunal
    de la Contaduría Mayor,
    después de haber sido un Guardia de Corps
    en el Cuerpo de Honor.

    María Luisa de Parma, esposa del Rey Carlos IV tenía mala fama,
    pues la vida íntima de la soberana la hacia de cuarto en cuarto.
    Desfilaban soldados y Guardias de honor como Manuel Godoy,
    quien era Primer Ministro y en el reino listo le hacía el favor.

    Aún cuando Godoy con interés luchaba por la Madre Patria,
    la cruel corrupción y las embestidas del Imperio Inglés
    y fuerzas de Napoleón, pedazos cortaban;
    decaído estaba el patriotismo español.

    Con los dos Manuel, el Mallo y Godoy,
    María Luisa sin ley turnaba la función;
    cosa que a los dos ya no preocupaba,
    pues envejecida la reina engordaba.
    Godoy se encontraba siempre entretenido
    en cuestiones de Estado,
    pues el Rey Carlos IV en esos menesteres
    no se involucraba por no estar capacitado.

    La infiel situación provocó que Mallo,
    pronto se impusiera con su firme ambición
    y la reina en prebenda, por tanto decidiera
    instalarlo en mansión cercana a Palacio,
    siendo rechazado por los cortesanos que envidiaban su espacio.
    Por ello es que Mallo a los Americanos siempre se acercaba,
    los que aprovechaban para asirse a su tallo
    y en Madrid instalados prebendas lograban.

    Don Esteban Palacios, trabajaba y vivía en la casa de Mallo,
    logrando igualmente procurar sin fallo las comodidades.
    Al llegar Bolívar, es bien recibido y le colman ambos de oportunidades
    en casa de Mallo.

    Sucedía que el joven de 16 años les seguía a la Corte
    y con horror comprobaba que hasta en la realeza existía bajeza;
    contrario era aquello a los buenos principios de su estirpe y porte,
    pero disimulaba, aceptando el modo,
    viéndose involucrado en las orgías de todos, por su adolescencia;
    adquiriría conciencia en el camino andado.

    Como consecuencia de tantos embates que hacían los imperios,
    en España el océano se hizo inaccesible,
    por lo que el comercio debió organizarse a manera de convoy;
    escoltado siempre por fragatas de guerra, así era el control.

    La injusta situación se agravó al extremo,
    que una vez al año el comercio se dio;
    el joven Bolívar estancado se vio y escribía al tío Carlos
    en pos del embarque de cacao acostumbrado;
    forma de intercambio que se utilizaba, “pero no llegaba”
    y a usureros y prestamistas ya no soportaba.

    Aún más grave fue cuando el tío Don Pedro,
    llegara a Madrid en busca de espacios y apoyo de Esteban;
    los datos comprueban que tío y sobrino,
    se hospedaron luego en otro recinto por respeto a Mallo,
    costeando los gastos, pero estaban fallos.
    Gracias a que un préstamo en forma generosa,
    Pantaleón Echeverría otorgara, resuelven tal cosa.

    Con los privilegios de acceso ante Mallo,
    el joven Bolívar en cuenta es tomado;
    conoce a la Reina y círculos cortesanos,
    más el intelecto y refinamientos que en “Corte” observaba,
    le hacían comprender lo mucho que ignoraba.
    Independizarse, decide por tanto
    y busca otra casa en la calle de Atocha,
    intentando así futuro forjarse.

    En los intercambios que tenía en la Corte, al Marqués de Ustáriz conoce:
    Elegante filósofo de veladas literarias y estirpe liberal,
    pues había estudiado con la Enciclopedia de moda en España.
    Se identificaba con contemporáneos que habían intentado liberar la Patria:
    “De Floridablanco”, “Aranda y Jovellanos”.

    El Marqués de Ustáriz accedió al pedido que hiciera Bolívar, a fin de educarle;
    conocía a la familia ya desde el pasado y en su tiempo libre le enseñó con agrado.
    Le puso en contacto con buenos profesores en las matemáticas,
    en filosofía, en literatura, en lengua e historia
    y le aconsejaba que procurase honores.
    Conmovido estaba con tantos progresos que el joven lograba,
    y en cuenta no tomaba aquellas diversiones
    con respecto a Esteban, Bolívar y Mallo.

    En casa de Ustáriz, Bolívar conoce ideas revolucionarias que en Francia se daban:
    defensa a Masonería, condena de Jesuitas;
    costumbres sanas revivían y decidió abandonar sus cuitas.

    Conoce también en casa de Ustáriz, a la joven Teresa Rodríguez y Alaiza
    y a su padre Bernardo Rodríguez del Toro, huérfana era de madre.
    Su alegría era escasa, aún con su elegancia,
    pues sus ojos bellos reflejaban tristeza y aspecto enfermizo;
    aún así Bolívar que inspirado estaba,
    pensó haber llegado el momento preciso,
    mostrando ternura y amor con ligereza.

    El Marqués del Toro decide alejarlos,
    por lo prematuro de su amor primario y viaja a Bilbao
    a pasar el verano.
    Bolívar decide volver con Don Pedro para compartir,
    pues sentía la pena de amor no logrado y presentía sufrir.

    Quiso el infortunio que al amigo Mallo la reina apartara,
    por cuanto no hallaba sensual sus espacios; la vejez gobierna.
    Reaccionando Mallo, pensó amenazarla con cartas de amor,
    en señal de agravio,
    por lo que la reina habló con Godoy,
    quien pronto ordenó detener a Mallo;
    éste se ocultó y a quien se apresó fue a Esteban Palacios,
    que en la gran mansión se hallaba alojado.

    Hasta con Bolívar hubo represión por el caso Mallo,
    cuando transitaba libre en su caballo.
    En Puerta de Toledo la Guardia le detiene y busca registrarle,
    pensando que tiene las cartas de Mallo.
    Bolívar furioso, reacciona tajante, desenvaina su espada y avanza amenazante,
    requiriendo “cual gallo” que a un oficial no podían registrar oscuros esbirros,
    por lo que la guardia, tapando con tirros, bien disimulaba,
    haciendo hincapié en la prohibición de brillantes que en sus puños llevaba.

    Aupado por curiosos en los alrededores,
    Bolívar arremete contra los guardianes, sus perseguidores,
    dando tajos y mandobles;
    por lo que los guardias huyen a pasos dobles.

    Dirigióse entonces ante el Marqués de Ustáriz,
    pidiendo su opinión, un tanto preocupado;
    a lo que el anciano le recomendaba,
    abandonar ciudad en tiempo apurado;
    por ser amigo de Mallo, al igual que Esteban
    también le buscaban.
    Que fuese de prisa a Bilbao,
    donde se encontraba la joven amada;
    Bolívar accede y emprende camino muy entusiasmado.

    La estación de calor había terminado
    y Don Bernardo decide salir de Bilbao;
    Bolívar propone, antes de partir,
    casarse por poder y que sea en Madrid,
    para luego en Bilbao embarcarse con ellos
    hacia Norteamérica y realizar su sueño.

    Se dirige a Francia buscando otra estancia,
    hasta que el matrimonio fuese legalizado;
    no existen detalles de por qué su acción,
    si es que con su audacia, diligencias realiza
    conjuntas con Mallo,
    propiciando fuga de su tío en prisión.

    A Bolívar en Francia Napoleón encanta,
    por las multitudes que fiel le aclamaban;
    amor inspiraba por causas sociales
    en las que basaba su revolución.

    Un acuerdo de paz en Amiens se daba,
    Bolívar se acerca y le conoce en cuestión,
    lo que despierta en él extraños deseos
    de un amor sublime que lo transportaba,
    a una ansiada gloria que no precisaba.
    Pronto reaccionó, pensando en la esfinge de María Teresa,
    pero no olvidaba la de Napoleón.

    Regresa a Bilbao, donde por fortuna recibe noticia
    de que su pasaporte ya se había aprobado
    y parte a Ameyugo, luego hacia Madrid,
    pensando en la dicha del amor soñado.

    El 15 de mayo del 802, Don Bernardo dio su consentimiento
    y el día 26, con Dios bendiciendo se casan los dos
    en la bella parroquia de San Sebastián;
    su alegría es total y hacia La Coruña van los desposados,
    al “San Ildefonso”, con destino a América.

    Su amor es grandioso, tal cual un Santuario
    y allá en San Mateo se sienten dichosos;
    realizan proyectos en su hermosa hacienda,
    pero aquel camino se vuelca tortuoso.

    22 de enero del 803, el golpe más fuerte recibe esta vez.
    Quiso el cruel destino que su esposa bella,
    recayera en quebrantos que acaban con ella;
    no sirven doctores, tantos que la vieran,
    fiebres perniciosas su muerte aceleran.
    Enloquecimiento y proceder anormal Bolívar mostraba,
    al colmo llegaban ya los sufrimientos.

    Con resignación, regresa a Madrid
    y busca a Don Bernardo en ese País,
    devolviendo objetos de su amada esposa,
    pero allá en Madrid el recuerdo acosa
    y busca otra salida, viajando a París,
    procurando entonces un nuevo matiz.

    Diversiones busca tratando olvidar,
    retorna a su antigua manera de actuar,
    aunque en forma seria, de hombre más cabal.

    Consigue residencia en la Rue-Vivienne
    y a interactuar comienza con Carlos Montufar,
    con Fernando Toro y otros americanos,
    hasta que conoce a Fanny de Villars, su prima que impacta,
    y por tanto capta en ella la salida.

    En su firme idea de a Fanny impactar,
    perfecciona formas y maneras de hablar,
    lujosos atuendos, exceso al gastar,
    hasta que consigue a Fanny impactar,
    disipando la pena del amor ideal.
    Más su inquieta vida, no logra alcanzar
    la fase sublime del amor total, su angustia prosigue.

    Otro día consigue en el Salón de Fanny,
    al Barón de Humboldt y al sabio Bonpland,
    quienes su visión de América dan con cruel realidad.
    Decían que colonias de España tenían
    amargo destino, triste y medieval;
    a lo que Bolívar procedió a exclamar:
    “Brillante destino el del Nuevo Mundo
    si sus pueblos se vieran libres del yugo
    y qué empresa tan sublime…”;
    el Barón de Humboldt procedió a agregar:
    “…aunque en América las circunstancias son favorables
    para tal empresa, faltan hombres capaces de realizarla…”.
    Nunca iba a olvidar la conversación, no del todo amena
    con el Barón de Humboldt y el sabio Bonpland,
    y ellos sin saber que en frente tenían al hombre ideal.

    Bolívar se entera que en la hermosa Viena está su maestro,
    Don Simón Rodríguez y viaja a su encuentro, pero extraño le consigue;
    interesado estaba en Contrato Social de Jacobo Rousseau,
    no solo en su “Emilio”;
    Rodríguez le encuentra inquieto, ofuscado, temperamental
    y le recomienda viajar a su lado, su pena aliviar.

    El día 6 de julio del 805, emprenden el viaje con marcado ahínco,
    tal cual en su infancia, con ejercicio físico.
    En conversaciones por nuevas ideas, hablan de Rousseau,
    de Bacón, Voltaire y también de Hobbes;
    Bolívar experimenta inquietudes jóvenes por lo que desea.

    Viajan a París y luego en Chamberí,
    conoce Las Charmettes, lugar en que Warens y Rousseau se amaron.
    Una vez en Milán logran observar coronar a Napoleón, Rey de los Romanos,
    en llanura de Montesquiaro, cerca de Castiglione.
    En aquel momento Napoleón dispone dirigir su ejército
    en columnas uniformes
    y al sentir la mirada del Rey Napoleón,
    Rodríguez pensó en la retirada, como mejor vía,
    no fuera a pensarse en que eran espías.

    Bolívar sintió admiración por la sencillez del gran Napoleón;
    comparando su vestidura, recubierta en oro y finos bordados
    con la del emperador,
    quien sólo llevaba charreteras, sombrero sin galón
    y también casaca, sin el ornamento;
    manifestando su intento del al Rey imitar,
    pero se contuvo, a fin de evitar tergiversación.

    JURAMENTO EN EL MONTE SACRO (15 de agosto de 1805)

    De Milán pasan a Venecia y también Verona,
    Bolonia, Florencia y finalmente Roma,
    donde analizó la historia de lugares visitados,
    más, al sentirse cautivado por enseñanzas de Simón,
    Bolívar escaló el Septimonium y en la cima del lugar sagrado,
    como era el Monte Sacro, lanzó su “proyecto macro”,
    manifestando en su criterio, lo que a los pueblos causó bruma:
    Recordó a Rómulo y Numa, los Gracos y los Horacios,
    Augusto y también Nerón, César, Bruto, Tiberio y Trajano,
    grandezas que siendo villanos en Roma causaron horror.
    Por un Cincinato, Caracallas (malos);
    si es por un Trajano, Calígulas (diablos);
    por un Vespasiano, Claudios (endiablados),
    "en grupos de cien los alineó en su apreciación";
    severidad, austeridad y depravación.

    Oradores y poetas que seducen y conmueven,
    como Virgilio y Cicerón;
    otros distintos como Juvenal y Lucrecio,
    en quienes la sátira arrecia por montón.

    Filósofos débiles como Séneca,
    ciudadanos como Catón,
    pocos ya con buena prédica y condición
    para la justa verdad por la causa de la humanidad;
    mesalinas y Agripinas corrompidas sin entrañas,
    (¡Oh Dios mío cuántas mañas!).

    Naturalistas e historiadores, procónsules y sibaritas,
    que en conjunto eran señores conformados por aristas
    que entre insignes y guerreros,
    convivían con criminales y groseros mal vividores.

    Para emancipar el espíritu, extirpar preocupaciones,
    perfeccionar la razón, poco o nada;
    (¡Cuánta visión conformada tenía Bolívar en su acción!).

    Civilización de Oriente que mostró con sus acciones
    las fases del hombre sin condiciones, sin libertad esperanzada;
    la incógnita sería despejada liberando al Nuevo Mundo,
    con el empuje rotundo, (por supuesto, si no, no había nada).

    Por tanto meditabundo, con firme resolución,
    el juramento de honor lanza Bolívar iracundo,
    allí, frente a su maestro, en pro de la emancipación.

    Enrojecido su rostro, húmedos sus ojos,
    sin aguantar tanto enojo, casi en estado febril,
    un Bolívar tan juvenil, jurando al Dios de sus padres,
    por ellos, su honor, su patria,
    no dar descanso a su brazo, ni dar reposo a su alma,
    hasta romper las cadenas del opresor español.
    Lo hizo con profundo amor, con fuerza y ansiada calma,
    con firmeza de su alma, gran entereza y valor.

    Tras el juramento emprenden regreso,
    visitan a Nápoles, vuelven a París;
    Bolívar ya impreso en su nuevo matiz
    regresa cambiado.
    Fanny con enfado reclama, amenaza,
    pero el joven avanza con indiferencia,
    no es la misma prédica;
    ahora es convicción regresar a América
    a emprender la empresa por liberación.

    Breve explicación surge allí por ende,
    sobre catolicismo y comercialización que en países advierte.
    Con Felipe II, la monarquía en América conformó su ambiente
    en comercio del oro y en la religión;
    países de Europa como Francia, Inglaterra y también Italia,
    eran dependientes de España en cuestión
    y acatar debían cualquier decisión.

    España no creó industria creciente,
    con virtudes sociales para tal acción,
    todo ello motivado a la animadversión
    de militares y clérigos siempre;
    por tanto se revierte en contradicción,
    pues con Francia, Inglaterra y los Países Bajos,
    intercambia el oro en su interacción,
    siendo estos países bien provisionados,
    sin pensar en futuro de su propia Nación.

    En la agricultura también hubo fricción,
    por cuanto en América, ya los virreinatos,
    conforman sociedades, con productos tropicales
    para exportación: cacao, tabaco, añil y café eran primordiales.

    Países productores como Lima, Quito, México, Cartagena
    y también Buenos Aires,
    exigían la forma de venta y acción,
    por cuanto en España los mismos productos no se cultivaban
    y aquello obligaba a la importación manufacturada.

    Como condición España imponía transporte en navíos
    de Casa de Contratación que tenía en Sevilla;
    sometía al Nuevo Mundo de manera sencilla.

    Asimismo Francia y Holanda aceptaban
    los altos impuestos que se les cobraban,
    considerando a España imperio que manda,
    por tener marina más sofisticada;
    después de “Lepanto” que fue gran batalla,
    dueña era de mares que anhelaban tantos.

    El comportamiento comercial de España,
    provocó el tormento que accionó en su entraña,
    con cruel detrimento.
    En países de Europa como Italia, Inglaterra y también en Francia,
    la economía avanza con las provisiones del oro de España;
    por tanto en América inician contrabando,
    el que poco a poco fueron consolidando.

    Inglaterra con fuerza su espacio ganaba
    y España impotente la guerra enfrentaba,
    perdiendo ingenuamente la cruenta asonada
    y sus embarcaciones destruyen por ende.

    Mientras Inglaterra ganaba su espacio,
    en Francia se hablaba de la libertad, fraternidad e igualdad,
    lo cual motivaba a mantuanos de América,
    que en contradicción con España entraban.
    Era que el comercio, bien los cautivaba;
    aunque la igualdad del pueblo en cuestión
    no les agradaba
    y por el Rey optaban en su indecisión;
    el racismo imperaba.

    En el Nuevo Mundo el descontento avanza,
    aún más con la Real Cédula de España,
    que prohíbe en América contrabando creciente;
    productos que al doble pagaban los otros países,
    “eran cercenados”.
    Estallan instintos en cada nación, “clima-ofuscación”,
    dando pie al inicio por liberación.

    España no aguanta, se siente ofuscada,
    no cultiva productos, no está preparada
    y arremete inclemente, con mercantilismo
    y con explotación de oro y minerales;
    impuestos indecentes cubrirían sus deudas
    en Europa crecientes.

    Los rumores crecen en toda nación y se tornan frecuentes,
    sobre los franceses y su Ley reciente
    que habla de igualdad, de fraternidad y de libertad.

    Comentarios van, comentarios vienen
    y en la Isla de Haití, Toussaint Louberture ya aplica la ley,
    de manera ferviente;
    el negro en América su pasión extiende.

    Los blancos concientes conforman procesos sin racismo inerte,
    contra hegemonía de la esclavitud, “igualdad social” como gran virtud
    y acceso al poder de forma inminente.

    Venezuela muestra signos de ese ambiente en épocas diferentes,
    como se explicó:
    con Leonardo Chirinos, también Gual, España
    y Don Simón Rodríguez,
    que en levantamientos esta acción persiguen,
    sin lograr con ellos la liberación;
    caen los insurgentes asesinados impunemente
    y El buen Don Simón expulsado es por ende.

    Francisco de Miranda, el gran Precursor,
    también lo intentó y hasta Bandera izó,
    sólo que no halló colaboración,
    aún cuando el esfuerzo fue tan superior.

    “Vea próximamente creación y pérdida de la Primera República en Venezuela”: de 1810 a 1812”

    Recordemos que ya se dio a conocer la Segunda República que comenzó con la "Campaña Admirable" y también se dio a conocer la Tercera República.

    :::banana:::
     
    #1
  2. Salvador Pliego

    Salvador Pliego Poeta veterano en el portal

    Se incorporó:
    5 de Febrero de 2006
    Mensajes:
    12.630
    Me gusta recibidos:
    196
    Este lo copié en mi computadora para leerlo con calma. Es genial tu pluma con poemas históricos.
     
    #2
  3. dilia.calderas

    dilia.calderas Poeta que considera el portal su segunda casa

    Se incorporó:
    9 de Diciembre de 2007
    Mensajes:
    2.135
    Me gusta recibidos:
    35
    Gracias por tus palabras Salvador, disculpa que no te respondí a tiempo; se que leerás la historia del Libertador con mucho interés. Te aprecia, Dilia. Un beso.
     
    #3

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