El macho Mariachi, o rei del mambo

El macho mariachi, de Makondo, el macho es.
Toda la marcha, con sus maracas, la pone él.

O coge un palo, te dá en un vaso o con un pincel.
Todo le vale, te saca ritmo hasta con los pies.

Tiene un espejo de fantasías que es un tambor
y en él te plasma toda la gracia que le dió Dios

Baila que toca. toca que baila, sin parar.
Es el centro de toda fiesta en donde está.

Camina erguido sobre sus partes como un marqués.
Piensa que todo, en este mundo, es joder y joder.

Es un ligón, sentimental y empedernido.
Si hay una mujer, cerca de él, anda encendido.

Les dá palique, se tira el rollo, pero está calao.
Se hacen las tontas, pá luego dejarle recalentao.

El macho Mariachi es mucho macho, es un cabrón.
Si te le encuentras, déjale paso, es lo mejor.

Es el rey del mambo, de los boleros y de la salsa.
Cuando coge el ritmo es una trompa que trompa baila.

Es de la noche, su fiel esclavo, su servidor.
Teme al día, como un vampiro, el rayo de sol.

Por cuatro cuartos, su alma al diablo, un día vendió.
y cuando el diablo, vino a cobrarse, a otro encontró.

No hay vicio, hermano, que no conozca o que no consuma.
Pero su cuerpo, no se que tiene que dura y dura.

No tiene un duro, más no le falta para alternar.
A un bar llegando, ya va gritando: Qué no falte de ná.

A pesar de todo, de sus errores y de sus defectos,
yo le considero como a un amigo casi perfecto.

Para dar la lata, de cualquier manera y en cualquier lugar.
Para echarle morro, pá fumarte un porro o para ligar.

Y aunque se pase, nunca te pases, ni con él te ofendas.
La buena fe, en los ojos lleva, una blanca venda.

Esta es la historia, del macho más bravo que he visto yo,
porque aunque es bajito y algo gordito, es un señor.

Y si a malas, no te conformas con lo que ves.
Te saca un ojo. te deja cojo y hasta más ver.

Y si te descuidas, te dá por culo y a tu mujer,
le saca los cuartos todas las noches en un burdel.

Te como el coco, se hace el loco, según le convenga.
Mira tu bolsillo, con cara de pillo, eso es lo que cuenta.

Si ve una raja, se hace una paja, en un plis-plas
Le va la marcha, tanto por delante, como por detrás.

Baila que baila, toda la noche, sin descansar.
Es puro nervio, con el cerebro de un alacrán.

Se hace de día, ya no hay un alma, pero le dá igual.
Él sigue su marcha, como si fuera siempre carnaval.

Yo me descubro, el sombrero, ante tal derroche.
Es una pena que se haga viejo y siga sin coche.

Porque su cuerpo, con este trote, el día menos pensao.
Va y nos aparece, más tieso que un ocho, por ahí tirao.

Si eso ocurre, que Dios no quiera, en muchos años.
Yo te prometo llevarte flores pá Todos los Santos.

Así es nuestro amigo, Leo, ey
y Leo es mucho amigo ... ya
Qué nunca le falte de ná.
Qué Leo es un number one.