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Wáshington Delgado

Tema en 'Poetas famosos, recomendaciones de poemarios' comenzado por DeVoRoUx, 18 de Septiembre de 2006. Respuestas: 2 | Visitas: 20855

  1. DeVoRoUx

    DeVoRoUx Poeta veterano y reconocido en el portal.

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    Hombre
    TE ESTOY PERDIENDO

    Te estoy perdiendo
    en cada voz que escuchas,
    en cada rostro que contemplas,
    en cada gesto tuyo,
    en cada lugar
    que recibe a tu cuerpo.
    Ser como la luz
    que te envuelve, por la que dejas
    un retazo de sombra. Ser
    como la noche que te obliga
    a un pensamiento, a un deseo,
    a un sueño.
    Ser una materia leve,
    una corriente extensa
    que te persiga siempre.
    No ser esto que soy
    y que te está perdiendo.

    (De Formas de la ausencia)



    DIOSES

    Amo a los pequeños dioses
    que no tienen nombre ni patria
    ni estatura.

    Amo a los dioses oscuros
    que viven sólo un día.

    Amo a los dioses sencillos:
    el viento amarillo del verano,
    el verde viento de la primavera
    y las iluminadas mariposas
    que al fuego vuelan
    y en el fuego mueren.

    (De El extranjero)



    CANCIÓN

    El corazón es fuego
    Hay un tiempo de amar
    Un tiempo de morir
    El corazón es fuego

    Es todo tiempo
    Una estrella impalpable
    Hay que vivir tocando
    El corazón es fuego

    Crece la roja flor
    Nadie ve lo que ha sido
    Mirad la luz del día
    El corazón es fuego

    Hay un tiempo de amar
    Un tiempo de morir
    Pero siempre
    El corazón es fuego

    (De Días del corazón)



    PARA VIVIR MAÑANA

    Mi casa está llena de muertos
    es decir, mi familia, mi país,
    mi habitación en otra tierra,
    el mundo que a escondidas miro.

    Cuando era niño con una flor
    cubría todo el cielo.
    ¿De qué cuerpo sacaré ahora sombra
    para vivir con un poco de ternura?

    Escucharé a los muertos hablar
    para que el mundo no sea como es
    pero debo besar un rostro vivo
    para vivir mañana todavía.

    Para vivir mañana debo ser una parte
    de los hombres reunidos.
    Una flor tengo en la mano, un día
    canta en mi interior igual que un hombre.

    Pálidas muchedumbres me seducen;
    no es un instante de alegría o tristeza:
    la tierra es ancha e infinita
    cuando los hombres se juntan.

    (De Para vivir mañana)



    CONDUCTA RAZONABLE

    Porque la libertad es un fuego
    que pule, afina, organiza
    y destruye la vida.

    Porque a un lado está el bien
    y al otro el mal y yo no sé
    cuál es la conducta razonable.

    Porque después de todo, nada
    importa sino es el amor,
    sino es el odio.

    Yo estoy aquí para vivir o para morir,
    para cantar o para morir,
    para respirar, comer y amar.
    O para morir.

    (De Para vivir mañana)


    CANCIÓN DEL DESTIERRO

    En mi país estoy,
    en mi casa, en mi cuarto,
    en mi destierro.

    Leve es el crepúsculo. Apenas
    si las cosas existen:
    mis libros en el suelo, tibio el aire
    encerrado en la luz escondida
    en sus hilos de alambre.

    Me rodea el silencio y
    -alguna vez-
    es alegre el destierro.

    Cuando acaba la noche,
    brota el cielo y se asoma
    a mi ventana,
    el aire me entristece
    y enciendo el cigarrillo
    del destierro.

    A raudales entra la luz:
    brilla en mis ojos, se empoza
    en las almohadas,
    estalla
    sobre un vaso con flores
    en mi mesa.
    Yo vivo sin cesar
    en el destierro.

    (De Destierro por vida)



    UN CABALLO EN LA CASA

    Guardo un caballo en mi casa.
    De día patea el suelo
    junto a la cocina.
    De noche duerme al pie de mi cama.
    Con su boñiga y sus relinchos
    hace incómoda la vida
    en una casa pequeña.
    ¿Pero qué otra cosa puedo hacer
    mientras camino hacia la muerte
    en un mundo al borde del abismo?
    ¿Qué otra cosa sino guardar este caballo
    como pálida sombra de los prados
    abiertos bajo el aire libre?
    En la ciudad muerta y anónima,
    entre los muertos sin nombre, yo camino
    como un muerto más.
    Las gentes me miran o no me miran,
    tropiezan conmigo y se disculpan
    o maldicen y no saben
    que guardo un caballo en mi casa.
    En la noche, acaricio sus crines
    y le doy un trozo de azúcar,
    como en las películas.
    Él me mira blandamente, unas lágrimas
    parecen a punto de caer de sus ojos redondos.
    Es el humo de la cocina o tal vez
    le desespera vivir en un patio
    de veinte metros cuadrados
    o dormir en una alcoba
    con piso de madera.
    A veces pienso
    que debería dejarlo irse libremente
    en busca de su propia muerte.
    ¿Y los prados lejanos
    sin los cuales yo no podría vivir?
    Guardo un caballo en mi casa
    desesperadamente encadenado
    a mi sueño de libertad.

    (De Historia de Artidoro)



    TOCO UNA MANO

    Toco una mano y toco
    todas las manos de la tierra.

    Nada es distinto de este rostro,
    de esta voz instantánea
    y la fuerza del corazón es también
    un resplandor en el cielo.

    El amor es idéntico
    a sí mismo, yo soy
    una multitud sobre la tierra.

    Todo el amor es nuestro:
    toco una mano y toco
    toda la hermosura.

    (De Días del corazón)



    ENVÍO

    San Santiago del Cuzco,
    muy caballero,
    en su caballo blanco
    baja del cielo.
    Las espuelas de plata,
    dorado el pelo,
    claros ojos redondos,
    negro el acero.

    De la sombra le miran
    los que murieron.
    San Santiago del Cuzco,
    muy caballero,
    pisa tierra peruana,
    no quieren verlo;
    a su España se vuelve,
    no quieren verlo;
    por el mundo camina,
    no quieren verlo.

    San Santiago del Cuzco,
    muy caballero,
    a su cielo regresa,
    con torvo ceño.
    No quieren verlo.



    GLOBE TROTTER

    Sobre arenas tan interminables como el día
    imaginando nubes, palmeras, aguas, noches de luna
    he caminado por los desiertos, toda mi vida.

    Bajo luces de neón, atravesado
    por el estruendo de los automóviles,
    implacablemente gobernado por señales rojas y verdes,
    he caminado por los desiertos, toda mi vida.

    A menudo soñé con dulces samaritanas
    y siempre he despertado en un autobús:
    ajadas oficinistas me rodeaban, muertas de sueño, encadenadas
    a una vida polvorienta y sin una gota de agua
    en el corazón. Con insaciable sed
    he caminado por los desiertos, toda mi vida.

    Sin cesar he subido las escaleras del hotel.
    Nunca vi la palmera ni el manatial soñado
    ni el arco iris de la paz ni la paloma del perdón.
    Angeles despiadados me miraban sin verme,
    me preguntaban por mi nombre y mis señas,
    me echaban el humo en la cara
    y me indicaban con desdén
    el camino del paraíso que nunca era un paraíso
    sino las mismas arenas, el desierto
    por donde he caminado, toda mi vida.

    Si entraba en el salón vetusto
    el viejo inquisidor se atragantaba,
    lanzaba al aire el humo, el café, la sonrisa
    y me preguntaba por Mariena.
    ¿Mariena, Mariena? ¿Quién es Mariena?
    Suspendida está en el aire, lejos de este desierto
    y yo nunca la he visto.
    Vivirá en su isla rosada, en su casa pequeña,
    en su granja con gansos y conejos o se habrá ahogado
    en las aguas azules del mar Mediterráneo.
    Ese oasis no me sirve,
    el viejo inquisidor se marchó hace tiempo y me ha dejado
    una angustia inútil, un nombre
    que he de llevar a cuestas para nada
    mientras camino por los desiertos, toda mi vida.

    Las estrellas de los policías brillan y tintinean,
    los estudiantes pasan con libros o muchachas bajo el brazo,
    la niebla ligera se levanta para que duerma en la calle
    esta primera noche primaveral del año.

    De buena gana leería una novela de Voltaire,
    conversaría con mis viejos amigos,
    tomaría un café, fumaría un cigarro.
    En el arenal interminable todo es un sueño tan desesperado
    como la niebla, las palmeras y la dulce samaritana.
    He caminado por los desiertos, toda mi vida
    y nunca me acompañó nadie.

    A veces se dibujan ante mis ojos historias de fantasmas:
    aposentados en lujosos palacios ahuyentan
    a los escopetados compradores durante el día,
    en la noche alimentan y consuelan a las pobres gentes.
    Otras veces son ladrones: después de años de cárcel y miseria
    roban con fortuna una casa opulenta
    y disfrutan los goces de la vida
    o reparten limosnas a la puerta del templo.

    En la soledad del arenal no hay palacios ni opulentas casas
    ni pobres gentes ni fastidiosos compradores
    ni puerta ni templo ni limosna
    ni goces de la vida.
    Toda mi vida he caminado por los desiertos
    y ahora estoy triste.

    Una vendedora de claveles canta o llora en mi oído.
    ¿qué haría yo con un clavel en el desierto?
    He caminado solo y sin equipaje toda mi vida,
    estos claveles son también un desesperado sueño
    aunque la melodiosa vendedora me contemple con lastimados ojos
    como si ella fuera el fantasma y yo la pobre gente
    llegada en la gran noche a las puertas del palacio lujoso.
    He caminado por los desiertos, toda mi vida
    y nunca llegué a ninguna parte.
     
    #1
  2. MP

    MP Tempus fugit Miembro del Equipo ADMINISTRADORA

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    Un poco de este autor, extraído de :

    http://www.librosperuanos.com/html/Washington_Delgado.htm

    Washington Delgado "(Cuzco, 1927) ingresó a la Universidad Católica para seguir estudios de Letras y Derecho. Entre 1955 y 1958 viajó a España para cursar estudios de Literatura en Madrid. Cuando retornó al Perù, ingresó a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, donde optó los grados de Bachiller y Doctor en Literatura (1969).
    Desde 1958 se dedicó a la docencia universitaria y al cultivo de su vocación literaria, como poeta y crítico. Fue Miembro de la Real Academia de la Lengua Española y ganador del Premio Nacional de Poesía en 1953, así como del Primer Premio en el Concurso Copé de Cuento (1979), con el cuento La muerte del doctor Octavio Aguilar, y del premio “Juan Mejía Baca” (1996) por su labor creativa.
    Entre sus publicaciones cuenta con: Días del corazón, Para vivir mañana, Parque, Tierra extrajera, Destierro por vida, Un mundo dividido, Historia de la literatura republicana, Literatura colonial. De amarilis a Concolorcorvo, entre otros.
    Falleció en la ciudad de Lima el 6 de setiembre de 2003."
     
    #2
  3. hadita

    hadita Poeta veterano en el portal

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    HADITA

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    #3

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