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las ideas y las otras ideas

Tema en 'Prosa: Filosóficos, existencialistas y/o vitales' comenzado por Melquiades San Juan, 21 de Octubre de 2012. Respuestas: 5 | Visitas: 1025

  1. Melquiades San Juan

    Melquiades San Juan Poeta veterano en MP

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    No tiene por qué ser cierto. No. Todo lo que digo no tiene por qué ser cierto. No estoy obligado a decir todo el tiempo cosas ciertas. Ni estoy obligado ni puedo. No creo que nadie pueda. Sin embargo reconozco que hay mucha gente que siente y cree que todo lo que dice es cierto, y lo siente así porque dice y hace lo que todo mundo hace y dice todo el tiempo, porque cuando hace y dice es tomado por el imaginario colectivo como cierto. Esta gente se ha aprendido todas las reglas, los dichos y los credos que para la gente son ciertos o son el "cómo debe ser". Por ejemplo, siempre están vestidas, cubierta su desnudez, aún cuando haya un calor infernal estas personas están vestidas. Si ven a alguien que se desnuda completamente para librarse de los efectos del clima, entonces se escandalizan. Unos ven ese cuerpo con morbo; otros encuentran en ello una falta grave, gravísima. Le cubren los ojos a los niños y les ordenan alejarse de ahí. Sin saberlo han sembrado en el menor un concepto erróneo: la desnudez es sucia, es mala, es vergonzosa y es repugnante. Esto por supuesto no es cierto, pero es parte de lo que comúnmente se ha aceptado como indebido durante mucho tiempo.

    No le quiero poner términos definitorios a muchos otros actos o prácticas que están consideradas como malas. A expresiones consideradas como indebidas. No tengo claro el propósito de tocar este tema porque al tratarlo no espero que inicie una revolución intelectual en los lectores, éste y otros temas similares ya han sido ampliamente tratados por muchas personas, y son pocos los que, después de reflexionar sobre ellos han modificado su actitud. Se cree que la gente que modifica sus credos o hábitos es porque los quiere modificar; en el caso contrario, las reflexiones adversas a los hábitos o credos arraigados solo producen un efecto de bloqueo para quienes no los quieren abandonar.

    Pero aquí, en la escritura y lectura de textos filosóficos, es preciso ser claro. Sobre todo para quienes al leer ya están predispuestos a rechazar o ignorar a quien no se expresa tal como ellos esperan. Quizá amortigüe un poco las posturas inflexibles el pensar que lo filosófico no tiene la misma característica de lo teológico. El filosofo no espera (es contraria a su predica) que todo cuanto dice se convierta en un dogma. Quien lee un texto filosófico debe tener muy claro que las ideas contenidas en éste no son para aceptarse y repetirse puntualmente y sin discusión, sino todo lo contrario: son semillas que se deben discutir ampliamente, cuestionar, y de ellas se espera surjan otras tantas; y de éstas... más aún.

    La interacción de las ideas debiera ser un buen hábito entre los seres humanos. Pero al no darse esto, entramos a un escenario real que nos permite descubrir que el "debiera" no es precisamente la naturaleza de los hombres. Hay personas terriblemente cerradas a cualquier opinión que trasgreda su registro de pensamiento. Quizá tengan razón, pues esto es su mapa de vida y si él puede sentirse extraviado. Los extravíos son terribles por la sensación de indefensión que se puede experimentar. Frecuentemente me encuentro con opiniones críticas en contra de esos individuos trasgresores del "como debe ser" que son celebradas por una mayoría apabullante. Cuántas veces una opinión fuera de rango aceptable causa animadversión y hasta odio por parte del contertulio. Cuántas veces un ser, por tener un detalle fuera de lo "aceptable" para a ser marginado de una comunidad X. Los que escribimos no estamos exentos de estas prácticas. A primera vista pudiera parecer que quienes tienen acceso a la cultura a través de la palabra, por esta simple razón, nos consideramos personas tolerantes, del más alto criterio y con herramientas de comunicación e interacción superiores a las del denominador común del resto delas personas. Pero no. No es así. Lo vemos y leemos a menudo. Ponderamos en el otro lo que nos es afín; y rechazamos todo aquéllo que no concuerda con nuestra idea del "como deben ser las cosas".

    La capacidad intelectual del ser humano nos ha puesto por encima de las demás especies. Hemos, en base a nuestras concepciones, modificado el planeta donde vivimos, lo hemos hecho tan mal que nuestra forma de vida ha afectado a todos sus habitantes. Quienes afirman que no somos una especie producto de los procesos evolutivos que están presentes en todas las especies, deben ponerse a pensar entonces cuales son los orígenes de nuestro espíritu destructivo, de todas las bajezas a la vista y ocultas de los seres humanos. Pensar si la capacidad de hacerlo no nos implica un compromiso para con quien nos ideó así. Comprender que el mecanismo de pensar origina precisamente el pensamiento, la idea. Y que esta cualidad tiene entonces implicaciones divinas. Y que lo divino necesariamente está por encima de las pasiones muy humanas como pueden ser la vanidad, la ambición, la intolerancia. De la divinidad no puede venir, por ejemplo: la guerra, el abuso sobre otro ser humano también creación divina, la esclavitud, la servidumbre. Esto es un tema muy complejo porque, alejados de los convencionalismos tendríamos que abordar cuestiones como los defectos físicos y meditar cómo pudo ser posible que lo de origen perfecto pudiera ser desviado o modificado por cualquier factor ajeno a esa voluntad perfecta y entrar en todos los recovecos justificativos que hemos inventado para salvar estos huecos. Y nos es este un ensayo anti nada, solo un reencuentro con los matices de nuestro pensamiento.

    La vertiente evolutiva tiene mayores posibilidades. Somos parte de esa constante lucha por sobrevivir y no ser alimento de otras especies. A cada respiro entran a nuestro cuerpo miles de millones de seres que esperan tener éxito y convertirnos en alimento. Y no sólo en el respiro, estamos bajo constante acoso y aún sobrevivimos. Sobrevivimos hasta aquí porque durante todo el proceso de evolución como organismo fuimos exitosos, más que los demás, hasta ahora. Dentro de nosotros hay un sistema bélico defensivo que prevalece sobre todos los demás. Todo el complejo entramado de lo que somos, desde lo orgánico hasta lo anímico ha funcionado a la perfección. Al menos hasta ahora.
    Y en este tenor viene la idea de disertar con todas las equivocaciones con que solemos hacerlo sobre eso grandioso e incomparable en el hombre. El pensar. El tener ideas. El llevar a cabo los proyectos que surgen de nuestras ideas.
    El empezar a construir de otra forma el mundo, al que con o sin derecho divino o de poder le hemos metido mano a fondo y sin mesura.

    Durante muchos siglos hemos sido esclavos de ideas erróneas. Ideas sobre superioridad racial, sobre diferencias religiosas, sobre convenciones sociales, sobre nosotros como personas, como organismos vivos. Digo erróneas porque tenemos mucho que ver con todos esos factores que actúan tan directamente y dañinamente con nuestro habitat.
    Mucho tiene que ver en ello el preservar las ideas del "cómo debe ser" con que identificamos a lo que consideramos"cierto". Es un mundo en transformación permanente el que habitamos, somos seres en constante transformación. Todo cambia al siguiente microsegundo. Hay conocimientos que nos ayudan para adaptarnos a esto que llamamos vida. Dentro de ellos hay unos que no tienen que ser siempre los mismos. Son ciertos porque los sostenemos ahí con el poder de nuestra irreflexión, de nuestras ancestrales costumbres. Son moldes cómodos donde solo hay que ser objeto encubierto. Por ahí de repente alguien se acuerda que es un hombre, que tiene la obligación ética de explicarse a sí mismo y ponerse a pensar, a romper el molde para estar acorde con todo lo manifestado por el universo del cual es maravillosa parte.

    No estamos obligados a escribir cosas ciertas, no. Escribimos solo para pensar, e invitar a pensar. Y escribimos porque es un hábito cotidiano el ejercicio de escribir y pensar diariamente sobre algún tema, y qué mejor hacerlo mientras llega la hora de la comida dominical.
    Buen provecho.
     
    #1
  2. cesarfco.cd

    cesarfco.cd Corrector Corrector/a

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    Amén.

    Buen provecho de pensares y ágapes.

    Interesantes líneas Melquiades.

    Gracias por compartirlas.

    Un abrazo.
     
    #2
  3. Melquiades San Juan

    Melquiades San Juan Poeta veterano en MP

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    Gracias paisano, la idea final es que: cuando todos estamos de acuerdo en lo mismo, es que nadie está pensando.
     
    #3
    Última modificación: 28 de Abril de 2013
  4. epimeteo

    epimeteo Poeta que considera el portal su segunda casa

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    Decía el padre de la sociologia (según algunos y según otros solo le puso el nombre) Auguste Comte "que la única verdad absoluta es que no hay nada absoluto" por lo que el concepto de relativo empezó a tomar auge. A veces se tiene que estar de acuerdo, porque el mundo se mantiene con certezas y si no fuera así no hubiéramos llegado hasta donde lo hemos hecho. Que en un momento dado estemos todos de acuerdo no significa que no se esté pensando. si no que como todo nace, se desarrolla y muere, se llega a una conclusión final y se opta por nuevas cosas. Nacen nuevos germenes a los que hay que analizar. Puede que se le esté dando un pequeño reposo al cerebro.

    Mis felicitaciones estrelladas por tu escrito
     
    #4
  5. Melquiades San Juan

    Melquiades San Juan Poeta veterano en MP

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    Gracias amigo por tu visita. Abrazos
     
    #5
  6. Melquiades San Juan

    Melquiades San Juan Poeta veterano en MP

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    Saludos afectuosos, gracias por tu comentario, muy interesante. Abrazos
     
    #6

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