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Nuestro Primer Arbolito De Navidad

Tema en 'Prosa: Generales' comenzado por Juan Oriental, 21 de Diciembre de 2012. Respuestas: 6 | Visitas: 876

  1. Juan Oriental

    Juan Oriental Poeta que considera el portal su segunda casa

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    "Mi madre era muy joven, -contaba mi amigo Joselín- crecía con nosotros; con mi hermano y conmigo. Ella, era hija de un comerciante de campaña de cómoda posición económica, pero se enamoró de un labrador y confirmando la magia del amor, pasó de la abundancia a la austeridad con la misma alegría.

    De chica, le gustaba pintar y le hubiese gustado ser artista de circo y también violinista, pero con natural ingenio, pintura y manualidades llegaron a constituir hasta hoy, gran parte de su actividad. Jamás nos descuidaba. Nos reñía, pero finalmente cedía a nuestra gracia inocente y terminaba festejando nuestras travesuras. Mamá no era mamá; era una amiga un poco mayor. Reía con nosotros como una niña. Era nuestra gran cómplice ante la geniosa rectitud de papá. Éramos tres ratones sigilosos y pícaros correteando por la propiedad del gato.

    En las fiestas navideñas de ese tiempo, era raro ver en la campaña un árbol de Navidad; el festejo no pasaba de una buena comilona con bebidas espirituosas para los mayores, cola o jugos para los chicos y algo dulce y casero como postre. Eso de árbol y pesebre, “era cosa de puebleros, más bien”.

    Pero mamá, la genial mamá, decidió construirnos ambos: árbol y pesebre. Una rama de eucalipto de más o menos un metro, despojada de sus hojas, se convirtió en el esqueleto del “arbolito de Navidad”, que poco a poco con arte y paciencia lograría su forma definitiva ante nuestros ojos extasiados. Papel crepé verde cortado en flecos, fue revistiendo cada brazo de la rama; y eran varios. Algodón desmenuzado extendido sobre los mismos, figuró la nieve acumulada. Pequeños envoltorios brillantes cuadrados y rectangulares simulando paquetitos de regalos encintados con moño y todo, empezaron a pender aquí y allá desde las ramas bajas hasta la punta del árbol donde, ¡oh maravilla!, se posó una magnífica estrella de papel plateado hecha con forro de caja de cigarrillos.

    Un gran pedazo de “papel roca” estrujado y moldeado en forma de "montaña pedregosa con caverna" completó el escenario de nuestro árbol puramente ecológico y su pesebre: Recortadas de folletos y revistas con motivos navideños y pegadas en cartulina con un breve doblez al pie de cada silueta para su apoyo, empezaron a ubicarse las figuras de José, María, el niño Jesús, el ángel sobre la entrada de la cueva, la oveja, el buey, el burro, los pastores y los tres Reyes Magos. Tres diminutos patitos de juguete flotaron plácidamente sobre un estanque fabricado con un pequeño espejo bordeado con piedritas de la carretera, y por todos lados, especímenes de la más diversa fauna que mamá recortó o pintó para completar su obra.

    ¿Qué si nos gustaba? ¡Por Dios!, -dijo Joselín- creo que esa noche mi hermano y yo, no dormimos. Nos levantamos varias veces candelero en mano a contemplar aquel prodigio, que a medida rodeábamos, la luz de la vela iba redescubriéndole facetas y haciendo destellar brevemente sus pequeños adornos, llenándonos la cabeza de inspiradas luciérnagas de infancia.

    No me acuerdo si al otro día, además de nuestro flamante árbol, había en él algún regalo más para nosotros. De no haberlo, ya que "seguramente con nuestras idas y venidas no dimos lugar a la aparición de los Reyes Magos de verdad", no nos hubiese importado porque aquella artesanía magistral, a nuestro gusto, como otras labores de mamá, era motivo de orgullo para enseñar en nuestra zona rural. Trajimos amiguitos para admirarla: Los tres hijos del tambero: Gladys, Margarita y Luis, y todos a comer rosca con pasas y frutas secas también elaborada por nuestra artista personal, cuidando con mi hermano que nadie metiera mano en ningún ornato de nuestro arbolito.

    Unos años después, yo había empezado a retribuirle a mamá su regalo con ingenuas referencias sobre mis primeros avatares amorosos y mis "firmes" proyectos de dibujante; que por supuesto ella apoyó, impulsó y para lograr su ejecución, hasta intercedió con papá gato: Variable felino que a veces, ebrio, solía arañarla con garras y palabras; dolor que tras las lágrimas, ella mitigaba con su acto de pintar hasta recuperar la magia de su sonrisa.

    Con mamá, logramos nuestro cometido de perfeccionar mi afición tras nuevos horizontes, pero aquel proyecto me separó de mi amiga perfecta. Partí, con el íntimo afán de rescatarla; aunque sabía que para ella, el hogar era el hogar y se sentía en el deber de pintarle a su amarga realidad, esa palabrita al medio que dice: “dulce”.

    Felizmente lo logró, ayudada por una casi trágica experiencia de mi padre con el alcohol, que lo escarmentó y "amansó" de golpe. Entonces, más tranquilo yo, permanecí por muchos años fuera de nuestro país. Mamá también sufrió por ello como si dolor y felicidad ejercieran un constante viceversa en su vida.

    Aunque esto me dejó la sensación de que mi gratitud acabó en ingratitud, no fue así para ella; por natural tolerancia materna, creo, o por el hecho de mi promesa, cumplida al fin, de retornar definitivamente a su lado. Mamá sabe por mis propias palabras que hasta el día de hoy no hay árbol navideño, y los hay en un sinfín de sintéticos diseños, que supere en mi emoción al ingenioso regalo de su autoría.

    Es que sin ofender el reconocido esplendor de ese tamaño icono-abeto universal, -culminó diciéndome entre bromista y enternecido, Joselín- te aseguro que su modelo más caro y pomposo, cae desmerecido en mi sentimiento cuando me acaricia la humilde belleza y la sincera y amorosa intención familiar de mamá con aquel, nuestro primer arbolito de Navidad".


     
    #1
    Última modificación: 31 de Diciembre de 2013
  2. Sarad

    Sarad Invitado

    Me encantó. Es mágico el cómo recordamos aquello que nos ha llegado tan adentro. Especial hoy. Grato estar, Juan Oriental. Saludos
     
    #2
  3. Lourdes C

    Lourdes C POETISA DEL AMOR

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    Es un relato hermoso y conmovedor.
    Me encanto leerlo de principio a fin.
    No hay nada mas importante que
    las cosas que no cuestan dinero.
    Felices Fiestas!! Bendiciones!
     
    #3
  4. Juan Oriental

    Juan Oriental Poeta que considera el portal su segunda casa

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    Muchas gracias, Sarad, muy gentil al rescatar de su anonimato en el interés casi general, a este escrito 'incomentado' hasta el momento.
    Felicidades, paz y progreso para ti.
     
    #4
  5. Juan Oriental

    Juan Oriental Poeta que considera el portal su segunda casa

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    Muchas gracias, Lourdes, por tu amabilidad de siempre para con mis escritos.
    Felices Fiestas y bendiciones también para ti y los tuyos.
     
    #5
  6. victorpirulo

    victorpirulo Poeta recién llegado

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    Palabras que me hacen retroceder en el tiempo en aquel primer árbol que mi madre también construía gracias por compartirlo
     
    #6
  7. Juan Oriental

    Juan Oriental Poeta que considera el portal su segunda casa

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    Me alegra mucho por tu similitud en experiencia con mi personaje, su madre y su árbol de Navidad y agradezco tu amable atención y comentario.
    Feliz Navidad y un próvido 2014 para ti y los tuyos.
     
    #7

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