Epitafio para el Dictador

Al dictador:

Te fuiste un día de mayo dejando un cono de sombra
mil lágrimas por doquier y millones que te odian.

No hubo arrepentimiento ni pedido de perdón
tan sólo mucha soberbia y ausencia de corazón.

Fuiste encontrado sin pulso en el penal de Marcos Paz
sin un hálito de vida te reclamó Satanás.

Causaste mucho dolor en esta región del mundo
por tu sangre corrió el odio pestilente vil e inmundo.

Pese a todo el mal que hiciste tendrás digna sepultura
tus deudos podrán dejarte una flor sobre tu tumba.

A su familia:

Ahí está el cuerpo familia de su pariente maldito
unos papeles y es suyo lo reciben enterito.

Ni golpes ni moretones tampoco magulladuras
ni una marca de picana ni siquiera quemaduras.

No hubo vuelos de la muerte tampoco fusilamiento
su cuerpo no fue violado ni enterrado en el cemento.

No asesinaron sus hijos ni le robaron sus nietos
no violaron su vivienda ni tampoco sus derechos.

Ruben Edgardo Sánchez, 17 de mayo de 2013

http://miuniversar.blogspot.com.ar/2015/05/epitafio-para-el-dictador.html​

 

Algunos seres dejan una marca en la vida de tantos otros que, dificilmente, puede la muerte aniquilarlos. La historia de tu país, como la del mío y la de muchos, se ha forjado entre historias que duelen por la herida abierta que dejan algunos, por el silencio con el que condenan a miles cuando se van a la tumba.

Hoy un dictador más echo cenizas...

Un abrazo, me gustó descubrir hoy su poesía.

 

Gracias, Anna. Es cierto, las heridas quedan abiertas y no hay nada más que hacer, salvo desahogarse un poco a través de las palabras. Un fuerte abrazo latinoamericano para tí.

 

Muchísimas gracias, Julia, por este nuevo reconocimiento y, en especial, por tratarse de un poema cuyo contenido forma parte de nuestros recuerdos más tristes y lacerantes de nuestra historia.

Ruben Edgardo Sánchez