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memorias de un viaje a mi inframundo

Tema en 'Fantásticos, C. Ficción, terror, aventura, intriga' comenzado por Melquiades San Juan, 2 de Septiembre de 2013. Respuestas: 3 | Visitas: 1399

  1. Melquiades San Juan

    Melquiades San Juan Poeta veterano en MP

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    -Sácamela, sácamela sin que me duela, sin que sangre, sin que muera.


    Era de noche ya. No sé cómo llegué hasta aquí. Recuerdo que los faros de mi auto se perdían en una noche tan oscura como no la había visto nunca. Era un sitio extraño este. Me bajé a mear por el camino y me sorprendió no ver una sola estrella en el firmamento. La noche estaba despejada, un cielo oscuro como nunca antes lo había visto en toda mi vida, oscuro y sin una sola estrella en la bóveda celeste. Volví a poner en marcha el automóvil y me interné por esa vereda de terracería casi imaginaria.
    Me preocupaba que las otrora potentes y modernas luces de leds de mi automóvil parecieran dos débiles bujías de cera de la edad media. Algo pasaba también con el camino, ramas secas llenas de polvo parecían ir cercándome cada que avanzaba hasta cerrar completamente el camino. Sus filosas varas rechinaban al intentar herir a la carrocería. Esto era impresionante, de verdad impresionante. No sé por qué pensé en una especie de mar de los sargazos pero aquí, en este mundo polvoriento, en vez de algas marinas gigantescas ramas secas, espinosas, obcecadas en frenar mi avance hacia cualquier rumbo.

    -Cómo se llama "usté", "siñor"


    -<<Cuál es mi nombre, acuérdate cuál es mi nombre>>.

    [Eran dos voces que resonaban en mi cerebro, una le preguntaba a la otra, y la otra respondía haciendo la misma pregunta a la primera].

    - <<Dígale que no tiene nombre>> -dijo una de las voces-.
    La otra voz no obedeció. Se quedó callada.

    La voz que pregunta tiene un matiz despreocupado, holgazán.


    Otra voz irrumpe en el extraño ambiente.

    -¡Que pase el siguiente!


    La voz despreocupada responde.

    -No dice su nombre.


    Las voces dentro de mí vuelven a hablar entre sí.

    -<<Dígale que no tiene nombre, dígaselo ya, están esperando>>.

    La otra voz no responde, está ahí pero no responde, ha quedado callada.


    -¡Tráigalo ya!

    Este hombre tiene garras de águila en lugar de manos. Me mira con sus ojos de ave depredadora. Tiene un pico enorme y afilado. Me mira de lado como si buscara ver en mi mente.

    -Es una lucha -me dice-, tienes una víbora clavada en el pecho, como lanza y no quiere salir.

    "Sácamela sin que me duela, sin que sangre, sin que muera -dice la voz que había quedado enmudecida-.


    -Todo duele, todo sangra, todo lo que sale causa la muerte.


    -¿Dónde estamos? -pregunta la otra voz.


    -"Esto se llama El Mictlán, nuestro propio inframundo".

    -¿Quién ha hablado? -Preguntan ambas voces mías, a coro.

    Coros.

    Son cerca de cuatrocientas mil voces infantiles que forman el coro. Voces deliciosas al oído, al alma, las que se derraman desde todos los ecos del sufrimiento que se gesta desde los valles del hambre. Ya no lloran el hambre ha desaparecido del universo de sus angustias. Libres son ahora, como recompensa a sus carencias terrenales. Cantos en la lengua materna, cantos naturales que describen los tesoros que descubrieron sus miradas, a pensar de todos los días y las noches del vacío.
    Ecos, lo que queda aquí son los ecos. Es la alegría que no se expresó a través de la sonrisa, la risa reprimida de los años que viven los niños sin sonrisas ni caricias.

    Este es el lugar de los cantos guardados. Los que no se pudieron escuchar.

    He llegado aquí sin saber cómo. No hubo un camino conocido. Todo sucedió de repente, sin sentirlo, sin desearlo. Parece ser un lugar que no existe. Parece que formo parte de algo que no existe.

    -"De aquí se sale en la misma forma que se llega" -dice esa voz extraña, con paladar de caverna.

    Es de noche aquí pero se mira como si fuera de día, se mira sin mirar con pupilas que conocen el lenguaje de la luz. Se mira de una manera extraña, con la consciencia se miran las luces del Mictlántecutli. Donde no faltan puertas para entrar o salir. Donde solo se llega sin saber cómo se llega.

    [Las voces internas dejan de hablar entre sí, es el reposo la única propuesta cuando nos cobija el descanso, se oyen las voces infantiles cantar con alegría un coro pintoresco, es el lugar que está entre la nostalgia y el anhelo esperanzado, son los cantos que brotan desde la lengua universal, esa que no conocen los labios ni la lengua del hombre, la que habla a las miradas, a los sentidos desde todas las sensaciones que perciben la vida]


    He despertado.
    Escucho.
    El pecho sangra sin dolor, mana el torrente blanco de la sangre del alma.
    Vivo.
    Estoy vivo, creo estar vivo.

    Desde El Mictlán mi águila se ha conciliado con mi sierpe: hermanas son, voces son que se escuchan mutuamente. He ahí mi serpiente adormecida en el pecho, y las alas potentes que navegan mi consciencia.
    Los niños que cantan van y vienen por las veredas polvorientas y los miro con alma renovada.
    No tienen nombres, lo sé;
    pero cantan, lo sé;
    están mirándome y quieren que los mire, lo sé.

    "Mirar es existir para todas las consciencias hambrientas de ser".

    Eso dicen los glifos que están pintados en la salida del inframundo.

    Recuerdos de mi último viaje a lo desconocido.
     
    #1
    Última modificación: 2 de Septiembre de 2013
  2. Elizabeth Flores

    Elizabeth Flores Poeta que considera el portal su segunda casa

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    Escalofriante viaje a lo desconocido.Excelente narración que estremece los sentidos.Le felicito querido amigo.Placer dejar mi sencilla huella.Abrazos...
     
    #2
  3. Melquiades San Juan

    Melquiades San Juan Poeta veterano en MP

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    Yo agradecido por su paso. Abrazos.
     
    #3
  4. Évano

    Évano ¿Esperanza? Quizá si la buscas.

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    No debe fumar según qué cosas, Don Melquiades, que lo llevarán a inframundos raros jajaja... Es broma, perdone si le ha molestado. Un muy buen relato y entretenido, como todos los de usted. Se le saluda afectuosamente.
     
    #4

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