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El narrador

Tema en 'Prosa: Surrealistas' comenzado por Melquiades San Juan, 25 de Octubre de 2013. Respuestas: 3 | Visitas: 959

  1. Melquiades San Juan

    Melquiades San Juan Poeta veterano en MP

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    El programa que habían enviado de la capital del estado decía con letras chiquitas: improvisador de cuentos. Eso solo se descubría si se fijaba muy bien la vista en las letras chiquitas. El programa era un cartel con fondo oscuro, aparecía, en el encabezado del discurso, con letras grandes, lo siguiente: Cuentos sobre nosotros mismos. Debajo, la imagen de una persona de mediana edad, sonriendo. Luego seguía la fecha y hasta abajo decía : "Cervantes por donde quiera", el nombre del festival cultural. Debajo de la imagen del hombre venía su nombre, debajo del nombre, con letras muy pequeñas eso de "improvisador de cuentos."



    El auditorio estaba completamente lleno, dos días de voceo con equipo de sonido por las rancherías y el pueblo lograron la magia de reunir cerca de cincuenta personas en el auditorio de la casa de la cultura de aquel lugar. Influyó también la palabra "gratis," no hay que ser omiso con su gentileza. El asombro por una multitud de cincuenta gentes no es porque en esa región la gente escaseara. En eventos pagados en la placita de toros privada se han llegado a juntar hasta cinco mil cristianos para escuchar bandas musicales interpretando narcocorridos y música de ese tipo. Para cuestiones culturales diez personas eran un gran auditorio para empezar el evento, y si al final se contaba con cinco asistentes se podía afirmar que había sido todo un éxito. Así que cincuenta personas aquella tarde era toda una multitud. Faltaba ver cuántas resistían hasta el final del evento cultural.

    El hombre salió del improvisado camerino pueblerino vestido de negro, con capa, como los magos, y con un sombrero del mismo color pero de charol, uno del tipo bombín. Se veía ridículo. Pude ver que la "muchedumbre pensaba lo mismo que yo porque entre ellos había una gran cantidad de bocas abiertas, ojos saltones y chismosos, como si el esfuerzos de los ojos les hubiera jalado la lengua dentro de la garganta para dar vuelta por la laringe y volverse una extensión del nervio óptico, y así los ojos pudieran saltarse de sus órbitas para contemplar el aspecto extraño del desconocido.

    Vino a sentarse junto a mí en el presidium y una vez que me indicó que estaba listo inicié su presentación tomando los datos que me había proporcionado el ICX ( instituto de cultura de X).

    Cuando terminé de leer su curriculum le cedí el micrófono para que diera inicio a su trabajo. El hombre estaba mirando al público con toda la intención de que los concurrentes se sintieran auscultados. Se detuvo en una mujer que estaba ahí y empezó a hablar como si leyera en la página de un libro.

    Hablaba y miraba a la mujer fijamente. La gente se involucró tanto en la historia que, colectivamente, relajó la nuca y dejó que el cráneo cayera ligeramente hacia atrás a la vez que dejaban entreabierta la boca. El narrador abandonó entonces su asiento en la mesa que ocupábamos y se adelantó. Empezó a cambiar los matices de su voz y se acompañó de gestos, el lenguaje corporal era un gran aliado para su trabajo.

    El cuento duró escasos quince minutos y concluyó. La gente estaba tan metida en la historia que acababa de escuchar que no se dio cuenta que esta ya había terminado. Tuve que aplaudir para que ellos me imitaran y le obsequiaran al narrador su premio. Una vez concluidos los aplausos, el sujeto aquel ya había fijado su mirada en otra persona, esta vez era un señor de mediana edad muy conocido por la comunidad. La voz del artista se empezó a dejar oír y todos guardaron silencio. Una vida transcurrió en veinte minutos, con cosas tan complejas e increíbles que solo se conoce íntimamente.
    El efecto en el auditorio fue el mismo, parecido al comportamiento que se obtiene en la hipnosis colectiva. Así transcurrió el tiempo calculado para el evento. Al final, la charla literaria sobre los cuentos fue interesante, solo limitada por la pena que es característica en la gente de pueblo, que le da pánico hablar en publico.
    Expliqué que el narrador era un hombre que tomaba como modelo a una persona del auditorio y en el instante creaba, a partir de su aspecto general, todo un cuento.

    La gente entonces volteó a ver a los que habían servido de modelo para inventar la historia y trató de encontrar en ellos alguna similitud con el personaje del cuento escuchado.

    En los días subsecuentes me vinieron a visitar una por una las personas que sirvieron al narrador como personajes. Estaban muy confundidos. Me dijeron que cuando escucharon la historia que el artista contaba, se identificaron con ella; me dijeron que llegaron a pensar que él los conocía, y que sabía todo de ellos, de sus cosas más íntimas.

    La mujer fue más allá, dijo que sintió que aquel hombre le estaba leyendo el pensamiento.
    Que cuando la miraba ella sentía que sus recuerdos volaban por la mirada de aquel hombre como si fuera un túnel.
    Que todo sus secretos se fueron ahí. Luego empezó a sollozar. Se ahogaba, casi no podía balbucir palabra alguna por las hondas exhalaciones y compresiones que imprimía la emoción que sentía al revelarme uno a uno todos los detalles de su propia vida que fueron puestos ante todo el auditorio.
    La invité a sentarse para que se tranquilizara y le ofrecí un vaso con agua, cerré la puerta de mi oficina para que mi secretaria no escuchara lo que estábamos hablando.

    -Mire -le dije- todo esto es una casualidad, el señor que vino es un escritor, es una persona que tiene una gran imaginación y que se inspira en las personas para inventar una historia, así son los escritores, miran a las personas e inventan cuentos y novelas, solo que este, en lugar de escribirlos, los narra al instante.

    Se serenó un poco, tomó un sorbo de agua y luego me dijo:

    -No, todo lo que dijo de mí era cierto, era mi vida, eran mis secretos. Ahora todo mundo los sabe. Todos saben que el hijo que tengo no es de mi marido, que es de Fulano de tal. Que no me iba a X (una ciudad de cuyo nombre acordarme no quiero ( Cervantes editado) los fines de semana a visitar a mi hermana allá, que iba a verme con él, que nos seguimos viendo, y saben otras cosas de mí que siempre oculté.
    Ahora todo mundo sabe mi vida.

    Yo estaba muy preocupado, no sabía qué responder para tranquilizar a la mujer. Cuando se fue me hizo prometer que nunca revelaría nuestra charla.
    Se lo prometí.

    Con los demás vecinos implicados en los cuentos sucedió algo parecido. Fue difícil hacerlos entender que al personaje lo habían mandado desde el Instituto de Cultura del Gobierno del Estado, que yo no era el responsable de su presencia en el lugar.
    Qué problema para mí, a pesar de las explicaciones, no logré convencerlos de mi inocencia en un asunto que les afectaba tanto. Desde entonces sentí la animadversión de todos ellos hacia mi persona.

    En la primera oportunidad que tuve de hablar con los organizadores de estos eventos les expliqué lo que había sucedido durante su presentación. Ellos se rieron de mí, no daban crédito a las estupideces que les estaba diciendo.



    © Melquiades San Juan.
    Todos los derechos reservados, prohibida su reproducción total o parcial sin autorización del autor.
     
    #1
    Última modificación: 25 de Octubre de 2013
  2. Uqbar

    Uqbar Poeta que considera el portal su segunda casa

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    Me falta historia socorrooo, ha volado frente a mis ojos en un plis plas y aquí estoy, ¿quién era ese narrador?, ¿es así cómo nacen las prosas?, es genial la imaginación con la que se guisa este cuento. Me ha divertido mucho la descripción del personaje y la puesta en escena de los actos culturales.
    Gracias caballero, he disfrutado mucho, creo que me está creando adicción, casi como el buen vino jajaja.

    Un abrazo

    Palmira
     
    #2
  3. airesdeltiempo

    airesdeltiempo Poeta adicto al portal

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    En esta vida suelen suceder las cosas mas inimaginables...fantasía o realidad, hipnosis o dones raros...será el sereno (como dice la chimoltrufia, por que hay cosas que ni qué... jajajaj). Yo si conozco a personas como el narrador...hablan,actuan al momento dejando a los escuchas suspendidos en el tiempo...¿Lo que dice esta persona lo dirá por mi...o es mera coincidencia?.....
    Gracias Melquiades por tu magnifico relato. estrellitas para ti....Dios te bendice
     
    #3
  4. LUZYABSENTA

    LUZYABSENTA Moder Surrealistas, Microprosas.Miembro del Jurado Miembro del Equipo Moderadores

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    Actos unicos en esa confabulacion de un personajes
    que en sintaxis es violin y se hace suspension de
    tiempos y decrecimientos. felicidades. magnifico.
    luzyabsenta
     
    #4

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