1. Invitado, ven y descarga gratuitamente el cuarto número de nuestra revista literaria digital "Eco y Latido"

    !!!Te va a encantar, no te la pierdas!!!

    Cerrar notificación

la leyenda de los Kuku Kaka

Tema en 'Prosa: Surrealistas' comenzado por Melquiades San Juan, 30 de Noviembre de 2013. Respuestas: 0 | Visitas: 815

  1. Melquiades San Juan

    Melquiades San Juan Poeta veterano en MP

    Se incorporó:
    3 de Diciembre de 2008
    Mensajes:
    5.147
    Me gusta recibidos:
    664
    Género:
    Hombre
    Cuenta la tribu de los Kuku kaka que hubo un tiempo en que el Dios creador de todas las cosas SIOD, venía todas las tardes a escuchar a los hombres y a cumplir sus deseos. Él, sabemos, tiene el poder de escuchar, hablar y obrar en todas las cosas en el mismo instante. Antes del ocaso las muchedumbres salían de sus casas y esperaban a que, desde el cielo, Siod, el todopoderoso y amoroso señor, se hiciera presente para atender todas sus necesidades.

    Él atendía todo, por ejemplo, a Botoj Kari, la mujer del rey de los Kuku Kaka le cumplía diariamente todos sus deseos. Un día pedía ser delgada, otro día pedía ser caderona, al día siguiente quería ser alta y al otro bajita y delicada. Unos días morena y otros rubia. Ella era feliz seduciendo a los Kuku Kaka durente la noche y la mañana del día siguiente.

    Y su marido, Penich Luenguel, también venía a perdirle que su mujer fuera como a él le gustaba que fuera ese día, pero, ambos, jamás coincidían en sus deseos, por eso, para que no fuera infeliz, le concedió que existiera en su palacio un harem con las amantes más raras y extravagantes de su reino.

    Otros seres venían y le pedían que el sol durara más tiempo sobre el cielo porque no alcanzaba su tiempo para todas las cosas que quería hacer; otro venía y le pedía que fuese un tiempo más corto pues no le gustaba hacer tandas cosas en el día, así los días así las eras.


    Un día escucharon unas voces que venían de todas partes, salieron de sus casas y vieron todo el cielo cubierto de nubes, y, detrás, una gigantesca bola de fuego que iba de aquí para allá. La voz vociferaba, reclamaba y maldecía. Se dieron cuenta que Soid, el todopoderoso y amoroso creador de todas las cosas, había enloquecido y estaba hablando solo. Luego guardó silencio para siempre y jamás volvió a aparecerse entre los hombres.
     
    #1
    Última modificación: 2 de Diciembre de 2013

Comparte esta página