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Biografía de Hermann Nesse

Tema en 'Biografías' comenzado por Mamen, 12 de Febrero de 2014. Respuestas: 3 | Visitas: 2007

  1. Mamen

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    Biografía del poeta y narrador Hermann Hesse



    Narrador alemán, nacido en Calw (Selva Negra) el 2 de julio de 1877, y fallecido en Montagnola (Suiza) en 1962. Autor de una extensa y variada obra narrativa que, a través de diferentes etapas, aborda los principales valores éticos y estéticos del hombre del siglo XX, en 1946 fue galardonado con el Premio Nobel de Literatura en medio de un reconocimiento generalizado que abrió las Letras alemanas contemporáneas al panorama literario universal.

    Nacido en el seno de una familia tradicionalista en la que se vivía rigurosamente la doctrina protestante (sus padres, Verlasgverein Johannes Hesse y Maria Gundert, eran dos misioneros bálticos), recibió una severa formación espiritual desde los primeros años de su infancia (que, desde 1881 a 1886, transcurrieron en la localidad suiza de Basilea). De nuevo en su ciudad natal, entre 1890 y 1891 se matriculó en una escuela de lenguas clásicas para preparar el examen de Würtemberg, imprescindible para su acceso a una fundación donde pudiera estudiar teología evangélica; y así, en dicho año de 1891 ingresó en el seminario monástico de Maulbronn, del que se fugó al año siguiente, convencido de que su verdadera vocación no pasaba por la vida consagrada a la religión. En cambio, ya por aquel entonces se sintió destinado a la creación literaria, aunque no específicamente al terreno de la prosa novelesca, ya que sus primeros intentos persiguieron el objetivo de triunfar como poeta.

    Fue también por aquel tiempo cuando comenzó a manifestarse en el joven Hesse una inestabilidad emocional que habría de acompañarle durante buena parte de su vida. En 1892 acudió a un teólogo para que le ayudara a expulsar los demonios que creía tener en el cuerpo, y en junio de aquel mismo año llevó a cabo una tentativa de suicidio que, a la postre, le condujo a una prolongada estancia en un sanatorio mental.

    Aprovechando este período de internamiento, Hermann Hesse concluyó en 1893 sus estudios de bachillerato, al término de los cuales dio comienzo a una peregrina trayectoria laboral que le llevó, primero, a ejercer como mecánico en una fábrica de relojes (1894), para pasar al año siguiente a trabajar de librero con J. J. Heckenhauer (1895). Este contacto con la letra impresa fue decisivo en su período de formación como escritor, hasta el punto de que antes de que concluyera el siglo ya había compuesto sus primeras obras. Entre ellas, suele citarse como una de las pioneras la titulada Schweingel (1899), cuyo manuscrito jamás se ha encontrado.

    Durante aquel mismo año de 1899, Hermann Hesse volvió a establecerse en Basilea, donde subsistió por espacio de cuatro años a base de trabajar como ayudante en una librería y publicar sus primeras colaboraciones periodísticas en diferentes medios de comunicación. Fue un fructífero período dentro de sus años juveniles, que le permitió viajar por vez primera a Italia (1901) y darse a conocer como poeta (1902) por medio de unos versos dedicados a su madre (que falleció a los pocos meses de su publicación). En 1903, cansado de su trabajo en la librería, abandonó este empleo para viajar por segunda vez a Italia, país que le había fascinado desde su primera visita. Ya por aquel entonces se anunciaba como escritor, pues, al margen de las dos obras ya mencionadas, había dado a la imprenta Romentische lieder (Canciones románticas, 1899) y Eine stunde hinter Mitternacht (Una hora después de medianoche, 1899).

    No obstante, la obra que puede considerarse como el verdadero inicio de su andadura literaria es Peter Carmezind, publicada en 1904, año en el que contrajo nupcias con Maria Bernoulli. Se trata de su primera novela, inspirada en recuerdos de su reciente juventud, obra que muestra ya una de las constantes en toda la escritura posterior de Hesse: el tema de la soledad del ser humano. En 1906 apareció su segunda novela, Unterm rad (Bajo las ruedas), una espléndida obra centrada en el destino de un joven oprimido por la severidad de su padre y las obligaciones escolares. Cuatro años después, Hermann Hesse volvió a los anaqueles de las librería con una nueva novela, Gertrud (1910), en la que la música se convierte no sólo en el tema principal de la obra, sino también en el eje central en torno al cual gira la vida de su protagonista, un joven deforme que sólo recupera las ganas de vivir gracias a esta pasión musical. Tradicionalmente, la crítica viene señalando que estas tres novelas configuran una primera etapa en la producción narrativa de Hermann Hesse, etapa caracterizada, en general, por la presentación de ese tema central de su obra (la soledad) y, en particular, por la presencia de una cercana idealización juvenil que exalta la naturaleza, el amor, la amistad y la belleza.

    En 1911 se produjo un hecho que tendría unas consecuencias decisivas en la vida y la obra del escritor alemán, hasta el extremo de dar un brusco giro en sus formas de vida y originar la que suele señalarse como su segunda etapa literaria. A raíz de un prolongado viaje por la India, Hermann Hesse descubrió las posibilidades de su propio mundo interior y se convirtió en un autor mucho más sobrio, depurado y concentrado, capaz de exprimir los recursos de la introspección que había aprendido de la sabiduría oriental. A este período de ensimismamiento, que pronto habría de plasmarse en las novelas de su segunda etapa, contribuyeron otras dos circunstancias: por un lado, el estallido de la Primera Guerra Mundial, cuyo desarrollo horrorizó al escritor y le sumió en una profunda crisis que le llevó a encerrarse aún más en sí mismo; y, por otra parte, el descubrimiento personal que Hermann Hesse hizo de las teorías del psicoanálisis propuestas por el psiquiatra suizo Carl Gustav Jung (1875-1961), que le permitió encauzar, desde un substrato teórico, esta continua indagación de su propio interior. Así, los protagonistas de sus nuevas novelas se convirtieron en individuos solitarios a través de los cuales se puede vislumbrar a la perfección la profunda crisis de los valores en que está sumido el mundo burgués.

    Al margen de una obra menor (Rosshalde, de 1914), las dos grandes novelas de esta segunda etapa en la narrativa de Hesse son Demian. Die Geschichte von Emil Sinclairs Jugend (Demian. La historia de la juventud de Emil Sinclair, 1919) y Siddharta (1922). Se trata de dos obras que, concebidas en parte como una confesión interior del propio autor, no desaprovechan la ocasión de aportar nuevos elementos para la crítica social. Demian, publicada anónimamente, es una novela destinada a mostrar con claridad y firmeza los horrores causados por la guerra, manifiestos en la peripecia vital de dos amigos -Sinclair y Demian- que representan, respectivamente, la vida y el arte. Por su parte, Siddharta progresa por idénticos derroteros, pero profundizando aún más en el intento de armonizar las formas de vida de la vieja Europa con las milenarias enseñanzas derivadas de la sabiduría oriental (entre ellas, el pacifismo al que se había acogido Hesse durante la contienda bélica). En esta misma línea cabe situar otra obra menor de Hermann Hesse, El viaje a Oriente (1922), todavía encuadrada en su segunda etapa.

    La tercera fase en la producción novelesca del escritor alemán se inauguró con la publicación de otra de sus obras cumbres, Der Steppenwolf (El lobo estepario, 1927), la narración que, junto con Siddharta, ha convertido a Hermann Hesse en uno de los autores más leídos en todo el mundo durante el siglo XX. Se trata de una obra alegórica en la que, siguiendo con el intento de armonizar los valores y la sabiduría orientales y occidentales, Hesse recurre a un lenguaje sencillo, fluido y natural, plagado de matices musicales, que intenta recrear -desde una dimensión genérica cercana a la prosa poética- los más diversos aspectos del sentimiento humano. Toda la historia gira alrededor de un protagonista que, en permanente conflicto entre el mundo burgués en el que vive y las exigencias del artista que es, se contempla a sí mismo como un ser desgarrado y dividido, un esquizofrénico incapaz de conciliar sus dos mitades.

    Cuando El lobo estepario se asomó a los escaparates de las librerías, Hermann Hesse llevaba ya varios años residiendo de nuevo en Suiza, país cuya nacionalidad había adoptado en 1923. Se instaló en Montagnola, junto a Lugano, y allí vivió durante el resto de sus días, consagrado de lleno a la redacción de otras novelas que corrieron diversa suerte ante la opinión del público y la crítica especializada, aunque ninguna de ellas llegó a reportarle mayor reconocimiento y prestigio literario que el que ya tenía gracias a Demian, Siddharta y El lobo estepario. Tras la publicación de una obra menor (Narciso y Goldmundo, de 1930), dio a la imprenta la que sin duda había concebido como su novela más ambiciosa dentro de esta etapa postrera de su trayectoria narrativa, una obra en cuya redacción empleó más de diez años. Se trata de Das Glasperlenspiel. Versuch einer Lebensbeschreibung des Magister Ludi Josef Knecht samt Knechts hinterlassenen Schriften (El juego de los abalorios. A modo de descripción de la vida del magister ludi Josef Knecht junto con los escritos dejados por él mismo, 1943), una compleja y extraordinaria ficción creada a partir de los papeles de un personaje (Knecht) que sitúan al lector en un tiempo futuro (el año 2200). A partir de esta peculiar convención -extraña, hasta entonces, en la prosa de Hesse-, el autor alemán teje un curioso entramado de juegos matemáticos y guiños musicales que, en el fondo, retoma el gusto por ese género alegórico que daba razón de ser a El lobo estepario. Así, en Castalia, una provincia pedagógica inventada por Hermann Hesse, Knecht aparece como el director de una especie de orden espiritual puesta al servicio de los más elevados ideales, siempre tendentes a asegurar la perfección moral de los hombres. Pero el día en que Knecht decide abandonar su "torre de marfil" (ese juego de perlas de cristal que, creado a partir de la música, las matemáticas y la sabiduría más selecta, rige en la provincia de Castalia), no puede soportar el contacto con la vida cotidiana y muere.

    A pesar de sus numerosos elementos fantásticos, El juego de los abalorios se presenta como una propuesta de utopía lanzada por Hermann Hesse, quien, a pesar de ser consciente de las enormes dificultades que planteaba la realización de su proyecto, no se cohibió por ello a la hora de volcar en el texto sus sugerentes propuestas para la mejora espiritual del ser humano.

    El resto de su producción literaria, dentro del tono menor que caracteriza su última fase narrativa, se completa con una novela de gran calidad, Alma de niño, a la que siguieron otras dos narraciones bastante más irregulares (Klein y Wagner y El último verano de Klingsor). Cuando la Academia Sueca concedió a Hermann Hesse el Premio Nobel de Literatura, valoró por encima de todo, dentro de su variada producción novelesca, "su inspirada escritura, que -con creciente audacia y penetración, y gran belleza estilística- muestra los tópicos ideales a los que aspira la humanidad".

    Fuente de la biografía;

    http://www.mcnbiografias.com/app-bio/do/show?key=hesse-hermann

    Os dejo uno de sus poemas


    Huida de la juventud
    El estío, cansado, inclina la cabeza
    [FONT=lucida grande]Para verse surgir, amarillo, del lago.[/FONT]
    [COLOR=#333333][FONT=lucida grande]Hago mi camino cansado y polvoriento[/FONT][/COLOR][FONT=lucida grande]
    [COLOR=#333333][FONT=lucida grande]Por las alamedas en penumbra.[/FONT][/COLOR][FONT=lucida grande]
    [COLOR=#333333][FONT=lucida grande]El viento titubea y corre entre los álamos.[/FONT][/COLOR][FONT=lucida grande]
    [COLOR=#333333][FONT=lucida grande]A mis espaldas, el cielo empieza a enrojecer.[/FONT][/COLOR][FONT=lucida grande]
    [COLOR=#333333][FONT=lucida grande]Delante de mí tengo el miedo de la noche.[/FONT][/COLOR][FONT=lucida grande]
    [COLOR=#333333][FONT=lucida grande]Y crepúsculo. Y muerte.[/FONT][/COLOR][FONT=lucida grande]

    [COLOR=#333333][FONT=lucida grande]Hago mi camino cansado y polvoriento,[/FONT][/COLOR][FONT=lucida grande]
    [COLOR=#333333][FONT=lucida grande]Y detenida y dudosa queda tras de mí[/FONT][/COLOR][FONT=lucida grande]
    [COLOR=#333333][FONT=lucida grande]La juventud, que baja su hermosa cabeza[/FONT][/COLOR][FONT=lucida grande]
    [COLOR=#333333][FONT=lucida grande]Y se niega a acompañarme.
    [/FONT][/COLOR][FONT=lucida grande]
    Fuente del poema;

    [URL]http://grandespoetasfamosos.blogspot.com.es/2009/01/hermann-hesse.html[/URL][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font]
    [FONT=lucida grande][FONT=lucida grande][FONT=lucida grande][FONT=lucida grande][FONT=lucida grande][FONT=lucida grande][FONT=lucida grande][FONT=lucida grande][FONT=lucida grande][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font]
     
    #1
  2. dulcinista

    dulcinista Poeta veterano en el Portal

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    De mis primeras lecturas
    junto con Sarte y Camus.
    Me marcaron sus libros en la adolescencia:
    El juego de abalorios y Sidharta entre otros
    y un delicioso libro de relatos
    titulado leyendas medievales.
    Un beso amiga.
     
    #2
  3. kique

    kique Poeta que considera el portal su segunda casa

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    Hombre
    Respeto y admiración
    vuelven hoy a mi retina
    como una luz repentina
    ilumina esta ocasión.
    Gracias por traernos a tan gran maestro.
    Un beso
     
    #3
  4. Uqbar

    Uqbar Poeta que considera el portal su segunda casa

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    Mujer
    De él, sólo he leído el Lobo Estepario pero me pareció una gran obra.

    Gracias por la aportación

    Palmira
     
    #4

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