Para mi tumba

PARA MI TUMBA

Señor: Devuelvo ni feliz ni triste
en esta fosa fétida y podrida
lo que presumes que es un don: la vida,
que nunca te pedí, pero me diste.

Yo vine al mundo cuando tú quisiste,
inerme marioneta divertida,
y a tu gana también fue mi partida
cuando pedirme mi opinión debiste.

De tu cielo, promesa lisonjera,
nada anhelo que sólo es tu morada
y puedes repartirlo al que lo quiera.

Que al cabo mi existencia terminada
estoy como antes que mortal naciera:
¡Regresando a la paz que da la nada!

Luis Castro

 

de donde venimos a donde vamos, es como el boleto ida y vuelta, pero quién sabe si será al mismo lugar, mientras tanto allá paz interior en nuestro ser nada pasa, abrazos